La pasividad por costumbre en el Baskonia: 13 partidos de ACB con parciales en contra de diez puntos o más
El conjunto de Laso ha encajado un gran parcial en 13 de los 21 partidos de ACB, ayer de nuevo con un escaso ímpetu defensivo
Hay partidos de baloncesto que se deciden en momentos concretos. El parcial de 14-0 encajado ayer en el segundo cuarto volvió a colocar al ... Baskonia con la necesidad de revertir otro marcador de la manera que más se le atraganta: atacar en estático a un equipo en ventaja y sin necesidad de arriesgar. La dificultad de generar situaciones favorables con balón parece ya un mal endémico que acompañará hasta final de curso a la escuadra azulgrana, que volvió a caer en la distensión y en el fundido a cero en un encuentro que no se distinguió demasiado de otras tardes adversas.
El conjunto vitoriano que arrancó la temporada a contracorriente en Tenerife tras un parcial de 11-0 en el último periodo dista poco del que claudicó en Andorra cinco meses después pese a imponer sus rachas de superioridad. Con la visita al Principado son ya trece los partidos en 21 jornadas ligueras en los que el Baskonia ha recibido una diferencia en contra de diez puntos o más en pocos minutos. Ya sean con final feliz contra Granada (0-11 y 14-0), Lleida (13-0 y 0-10), Bilbao (28-7), Manresa (13-0 o 29-11) o con derrota como ante Girona (15-0), Unicaja (19-9), Valencia (2-12), GranCanaria (17-5) o Joventut (0-12), el apego por la pasividad es un síntoma alarmante en el diagnóstico azulgrana.
La desconexión de ayer fue especialmente significativa. El Baskonia vencía 23-30 (minuto 13) cuando empezó a caer. Primero con un palmeo de Lammers después de dos rebotes contestada con una bomba de Rogkavopoulos. A partir de ahí, el Andorra corrió la pista sin oposición. Laso abroncó a los suyos en un tiempo muerto tras cinco puntos consecutivos de Kuric. La respuesta fueron tres triples más de los jugadores de Joan Plaza, liberados en la línea exterior ante la tardanza de los jugadores visitantes en regresar a posiciones defensivas o en incurrir en faltas tácticas que no abundan en el bando vitoriano.
Los aficionados tenían ayer dos argumentos a su favor para ser optimistas. Los de Pablo Laso solían cumplir en la ACB después de una derrota en la Euroliga y, por una vez, el cansancio parecía hacer menos mella después del parón de Copa y la ventana de selecciones por la que el base del Andorra, Shannon Evans, disputó tres partidos en tres días con Guinea. Pero ambos quedaron desarmados cuando el Baskonia volvió a verse a remolque y sin causa, con un ataque predecible sin los trances anotadores de Howard, y extremadamente errático ayer en el tiro, con un 2 de 9 de Rogkavopoulos en triples (0 de 3 Sedekerskis) o el 3 de 9 en intentos de canastas dobles de Trent Forrest.
Males sin corregir
Del exceso de bote y la escasa circulación de balón a las dificultades para defender a los jugadores exteriores. Los males crecen ahora que los pívots rivales lanzan desde la media distancia. Hasta tres ataques consecutivos del Andorra terminaron con un lanzamiento de cuatro o cinco metros de Lammers en el segundo cuarto, a lo que Doumbuoya hacía lo propio. Cuando penetran, sí sienten la intimidación de hombres grandes como Hall, Diop o Samanic, inestables en labores de intendencia.
Laso insiste en que una buena dinámica por ahora tampoco se traduce en resultados. El Baskonia acredita el mismo balance en el inicio de la segunda vuelta que en la primera tanto en la ACB (2-2), como en la Euroliga (4-6), abocado a los días de la marmota. Su tendencia es salir de la madriguera solo cuando el nubarrón ya se ha posado sobre sus cabezas.
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