«Nunca vi a nadie como Howard hasta que lo conocí en la NBA»
Compañeros en Denver, el argentino atisba un simple «altibajo» del astro azulgrana. «Fue y sigue siendo un dolor de cabeza»
Cuando Markus Howard aterrizó en Vitoria aseguró que uno de los jugadores que le habían hecho ser mejor era Facundo Campazzo (Córdoba, Argentina, 1991). Compartieron ... equipo dos temporadas en los Denver Nuggets y les encantaba medirse en los entrenamientos. Competitivos, risueños y perjudicados ambos por los recelos de la NBA a los bajitos, al argentino le fascinaba que un tipo «quizás un pelín más alto» que él tirara «con la mano en la cara y sin importar quién tuviera delante».
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Y la metiera, claro, porque no duda de que el astro azulgrana sigue siendo ese ángel exterminador capaz de «hacer 15 puntos en 10 minutos». El Buesa Arena vuelve a ser hoy escenario del saludo, la charla y el enfrentamiento de dos de los baloncestistas capaces de desequilibrar un Baskonia-Real Madrid. El internacional albiceleste, que hace yoga, no desayuna y tiene miedo a volar, atiende con cortesía a este periódico antes de subirse al autobús.
– ¿Cuál es su rutina al llegar a entrenar?
– Me pongo a tirar tiros de situaciones de partido que generalmente me tocan. Después un poco de pesas y gimnasio, ir a la sala de fisios, con los que me divierto mucho y lo disfruto en el día a día, y luego a entrenar con el equipo.
– ¿Y todo ello sin desayunar?
– Sí, como dos veces al día, almuerzo y cena. Vengo a entrenar en ayunas. Parece contradictorio, pero con la tripa vacía es cuando más energía tienes. El cuerpo está en su estado natural. Empecé con el ayuno intermitente más o menos en 2012, así que ya estoy más que acostumbrado.
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– Este es un año de cambios en el Madrid. ¿Por dónde pasa la evolución del equipo?
– Por poner nuestra cabeza en lo que necesita el equipo de cada uno de nosotros y aplicar el mensaje que nos da Sergio (Scariolo). En estos primeros meses no vamos a estar tan finos como queremos, al nivel que buscamos a final de temporada. Estamos todavía un poco verdes y necesitamos intensidad y agresividad para disimularlo. Nuestro arranque de temporada va de jugar fuerte, intenso y disciplinado, y a partir de eso se empieza todo.
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– ¿Scariolo es muy meticuloso?
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– Le gusta tener las cosas bajo control; exigente y estricto. Creo que necesitábamos algo así en este momento. Tenemos muchos jugadores nuevos y él es cercano y da mucha confianza a todos. Tenemos los minutos muy repartidos y controlados, entonces tenemos que saber que tenemos que darlo todo cada vez que estamos en pista, defender, intensidad y hacer la jugada correcta.
– El Baskonia tiene problemas en el juego interior y Tavares será un factor importante en el partido. ¿Qué significa el gigante de Maio para usted?
– Nos facilita el trabajo de todos. Tenemos al mejor defensor de Europa y tenerlo cada vez que presionas un balón en defensa, cada vez que atacas y no encuentras soluciones y se la das a él y te da la solución, pasa bien el balón, abajo en la zona es muy difícil defenderlo… está empezando la temporada muy bien y ya creo que su presencia en el partido hace que el juego cambie. Cuando está Edy hace que cada rival se tenga que adaptar a él y eso es un arma muy buena para nosotros para sacarle provecho.
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– Hace tiempo que no se habla de su altura. Hay más bajitos con éxito como Howard, Shorts y ahora ha llegado Nowell con su 1,70.
– Son de mi séquito. Yo creo que los más bajitos tenemos el mismo camino para intentar llegar a nuestro mejor nivel. Estar muy bien físicamente y que no te importe a quién 'tenés' al frente para competirle de igual a igual. Al final, nos divertimos mucho jugando e involucrando al resto y haciendo que les guste jugar con nosotros. Creo que Nowell es muy bueno, da confianza, defiende bien y tiene un impacto muy positivo.
– Su excompañero Howard no atraviesa un buen momento.
– Pero no 'podés' dejarlo solo ni un segundo, te puede hacer 15 puntos en 10 minutos. Estuve con él en Denver y la realidad es que nunca había visto a nadie igual. Con una altura parecida a mí, quizás un pelín más alto, pero que la tire con la mano en la cara y tenga ese impacto en el juego, no lo había visto. Con esa valentía de que no le importe quién tiene al frente, te la iba a tirar y la iba a meter, con una eficacia muy buena, y fuera del campo un tipazo. Cuando sabía que iba a venir 'acá' dije que iba a ser un dolor de cabeza para toda la liga, para Europa y para España y así lo fue. Lo sigue siendo. Obviamente tiene altibajos, pero cuando te enfrentas a Markus, hay que trabajar mucho para intentar defenderlo.
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– Dicen que le gusta venir a Vitoria porque puede venir en autobús.
– (Risas) Sí, y eso que lo sufrimos al volver porque llegamos a casa como a las 3 de la mañana, supertarde. Pero al avión le tengo mucho, mucho respeto pese a todo lo que lo tengo que usar. Mejor el bus, podemos ver películas, charlar mejor con los compañeros...
– ¿Le dan igual los abucheos?
– Es parte del folclore, del show también. Respeto mucho a la gente de Baskonia, cuando era más chico veía cómo jugaba Luis (Scola), Chapu (Nocioni), Pablo (Prigioni), etc. Además el pabellón está lindo y cuando juego estoy metido en el partido y cuesta escuchar los gritos.
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Controlar las emociones
– ¿Con la edad juega más calmado, menos vehemente?
– El fuego sigue estando en el interior. Al final la posición de base requiere estar calmado o por lo menos demostrar que estás calmado y así tomar buenas decisiones. Pero por dentro las revoluciones van a un millón por hora. Intento estar tranquilo y demás, pero soy un jugador emocional y que se deja llevar muchas veces por las emociones del partido. Hay veces que lo controlo, otras que no. Me pongo a hablar con los árbitros, me peleo con algún rival.... Pero bueno, dentro de todo intento siempre tomar la decisión correcta para que mis compañeros tengan la sensación de que estoy tranquilo.
– ¿Qué tal le fue con Dusko Ivanovic en Belgrado?
– Le respeto mucho. Llegué de Dallas de una temporada difícil, me habían cortado en diciembre, voy al Estrella Roja y me puso físicamente muy bien. Me dio mucha confianza para jugar. Si a ti te gusta trabajar, es un entrenador increíble. No se casa con nadie, tiene una idea en la cabeza y va a morir con eso. Tengo muy buenos recuerdos de él porque al llegar a Serbia, a una ciudad nueva que nunca había conocido y tenerlo a él y a su familia, me ayudaron mucho para la adaptación. Ahora tenemos a Stefan, su hijo (asistente de Scariolo), que a veces me recuerda mucho a él.
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