Matt Janning | Exjugador del Baskonia
«Moneke es el factor X ante el Madrid. Cuando juega bien, el equipo también suele hacerlo»El escolta azulgrana de 2017 a 2020 inicia su carrera en los banquillos y desgrana el inicio de la serie ante el Madrid. «No pueden dejar que haga grandes parciales»
En el último triunfo del Baskonia ante el Real Madrid en play off, Luka Doncic todavía no había dado el salto a la NBA. «¿Desde ... entonces nada? Va a haber que cambiar eso», apunta Matt Janning (Watertown, Minnesota; 1988) al otro lado del teléfono. El estadounidense fue uno de los artífices de la victoria azulgrana en el primer partido de la final de 2018. «Fue uno de los días que más me he divertido en la cancha», recuerda. Su experiencia sobre el parqué la traslada ahora a los banquillos como asistente de la Universidad de Northeastern. Con un discurso reposado, analiza la serie que empieza esta tarde en el Movistar Arena.
– ¿Cuál sería su planteamiento para ganar en casa del Madrid?
– La defensa es esencial. La única manera es ser consistentes. No puedes dejar que un equipo como el Madrid haga grandes parciales porque así es como ganan los campeonatos. Contra nosotros, Carroll podía salir y meter 15 puntos en cinco minutos. Si eso ocurre, estás acabado. No te recuperas porque al final ellos no van a cometer errores. Hay que ser mínimo igual de sólidos y detener cualquier racha que puedan tener. Y en ataque, poner en apuros a Tavares. Los equipos que fueron capaces de ponerle en problemas de faltas tuvieron éxito. Tienes que tratar de forzarlo lejos del aro y hacer que sus otros grandes jueguen. En nuestra época, cuando estaba Ayón, nos era más fácil anotar.
– ¿Qué jugador del Baskonia cree que puede dar un paso al frente en esta eliminatoria?
– Howard tiene la capacidad de cambiar un partido. Realiza un gran volumen de tiros, con lo que si tiene un buen día, será lo mejor para los baskonistas. Luego Moneke creo que es un factor X. Tiene que ser constante para que ganen. No tiene que anotar 20 puntos, con 10 pueden valer. Cuando juega bien, sus equipos suelen hacerlo bien. Creo que tiene que tener una serie realmente buena. Ellos tienen que destacar. Luego, obviamente, tienes que tirar con buenos porcentajes. Nikos (Rogkavopoulos) necesita jugar bien en ambos lados. Y Tadas (Sedekerskis). Desde que Toko (Shengelia) se fue, Tadas ha sido algo así como el carácter del equipo. Siempre constante. Es uno de los tipos que muestra el camino de cómo debe jugar el Baskonia. Tiene que ser una voz importante y mantener la calma en los momentos difíciles.
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– Laso está ahora en el Baskonia. ¿Qué puede aportar el conocer tanto al rival?
– Lo más importante que puede infundir ahora es un buen ambiente en el vestuario. Tiene que encontrar la manera de mantener a los chicos lo más juntos posible. No puedes ir a Madrid y ganar tú solo. Eso siempre lo ha gestionado muy bien. En el Madrid, repleto de estrellas, nunca hubo un tipo que hiciera 20 puntos. Compartían el balón. Recuerdo que en la fase final de Valencia, una vez entrenamos a su lado. Lo único que se oía era a Pablo dando ánimos durante todo el entrenamiento. Era una locura. Nunca gritó, nunca insultó. Nunca paraba el entrenamiento porque tuviera que gritar a un joven. Todo era confianza. 'Bravo, bravo, bravo'. Es un tipo listo y creo que planteará bien el partido.
– ¿Ustedes estaban convencidos de que iban a ganar en aquella final de 2018?
– Sí. Nunca he estado en un equipo en el que hiciéramos tantos planes juntos fuera de la pista. Iba a casa de Toko y éramos seis jugadores allí al mismo tiempo pasando el rato con las familias. Estábamos tan unidos que no creíamos que pudiéramos perder contra nadie. Sabíamos que podíamos ganar allí. Siempre habíamos jugado partidos muy igualados. Recuerdo que cuando vinieron a Vitoria en fase regular, les ganamos casi de 20. Entramos en el primer partido con más confianza que nunca y ganamos. Luego el segundo partido fue un poco de ida y vuelta. Empezamos muy bien, pero cedimos demasiados puntos.
– Ese fue su gran partido, con seis de seis en triples.
– Cinco fueron en la primera mitad. Algunos muy locos. Justo uno de mis jugadores de ahora encontró el vídeo de ese día y me preguntó hace dos semanas. Así que volvimos a verlo. No defendimos bien. Ese fue el problema. Al descanso íbamos casi empate a 50. Cuando dejas que un equipo como el Madrid anote 90 puntos en su propio campo, las posibilidades de ganar no son muy altas. Nosotros ganábamos prácticamente los tres primeros cuartos y luego, de alguna manera, el Madrid siempre hacía una pequeña remontada que les daba una ventaja de seis u ocho puntos. Y no podíamos recuperarnos. Fue una gran serie. Uno de los partidos más divertidos de mi carrera.
– Siempre quedará la duda de qué habría pasado si no se hubiera lesionado Voigtmann.
– Siempre se echa de menos a alguien de su tamaño, que puede jugar por dentro y por fuera, con su inteligencia... Cuando quitas una pieza clave y te ves obligado a jugar con una rotación más pequeña, especialmente con el estilo de Pedro (Martínez), es difícil recuperarse. No puedes encontrar estabilidad obligando a Toko a jugar todo el partido. Fuimos más fáciles de vigilar.
– ¿Cuánta importancia tenía los sistemas y los bloqueos antes de tirar en su buen rendimiento en Vitoria?
– Para mí siempre ha sido importante conseguir una pantalla, ya fuera con balón o sin él. Si Marcelinho jugaba al pick and roll, yo podía espaciarme para él y simplemente recibir y tirar. A Pedro le encantaba poner el balón en el poste bajo para Toko y luego hacíamos algunas pantallas sin balón para que yo volviera hacia el balón. Funcionó varias veces. Pudimos hacer que Sergio Llull se estrellara en un par de pantallas. Creo que Carroll se me echó encima en una. La ACB siempre ha tenido este molde de tiradores y suelen funcionar bien. A mí Toko, 'Joe' y Vincent (Poirier) me ayudaron mucho. Me han filtrado y me han liberado. Deberían recibir más reconocimiento por eso. Ahora pienso en todo eso como entrenador y en cómo crear ciertas ventajas y veo mucho al Madrid, al Baskonia y al Valencia de Pedro para ver si puedo robar alguna jugada y hacerla aquí.
– ¿Cómo recuerda sus otros dos años en el Baskonia?
– El segundo año empezó más duro de lo que todos habíamos planeado. Pensábamos que las cosas iban a ser fáciles con la continuidad de Pedro. Teníamos un equipo muy parecido, pero no encajamos enseguida. Luego, cuando Peras se hizo cargo, empezamos a jugar bastante bien otra vez. Sobre todo yo. Me sentía muy cómodo con sus sistemas y creo que estaba teniendo uno de mis mejores años anotadores. Hasta que tuve una fascitis plantar muy fuerte. Me ponía inyecciones para jugar. Recuerdo un partido en casa contra el Khimki. Jugué muy bien y al día siguiente apenas podía andar. No pude jugar el play off. Esos partidos me destrozaron porque sabía que podía haber ayudado. Luego, el tercer año, creo que nos quedamos un poco sin fuerzas. No estábamos tan unidos como antes. Yo personalmente no jugué bien. No tiré bien. Entonces llegó Dusko y nos cambió un poco la temporada.
De la celebración al quirófano
– Ganaron la ACB de la pandemia.
– Para mí fue muy duro. Había metido aquel triple ganador ante el Alba que iba a cambiar mi año. No tenía ninguna duda de que iba a meter un 50% de triples el resto del año y todo se paró. Mi mujer estaba embarazada, pero no pudimos irnos. Yo seguía mal del pie. Personalmente, no estuve muy bien en la fase final, pero pude hacer algunos tiros importantes contra el Barcelona en la final. Creo que lo que la mayoría de la gente no sabía es que a los pocos días me operaron del pie en Estados Unidos. Me habría venido mejor hacerlo en enero, pero nunca lo cambiaré por ganar la ACB ese año. Valió la pena todo lo que pasé. La pasión de la ciudad cuando volvimos con el título... Ya había menos restricciones y recuerdo haber estado en un par de bares después y celebrar un poco. Fue increíble. Siempre le digo a mi mujer que tenemos que volver a comer y ver partidos. Diría que hay diferentes niveles de aficionados en toda Europa. Pero cuando mezclas la pasión y la fidelidad de los aficionados del Baskonia con el conocimiento del juego que tienen... creo que es el mezcla perfecta para el jugador.
– ¿Han hablando de volver a hacer una celebración multitudinaria en la Virgen Blanca como es tradición?
– Sería genial. Creo que tenemos que empezar un chat de grupo probablemente con Toko y ver si podemos juntarnos aunque sea para un partido de principios de temporada o de finales de temporada. Es difícil, pero seguimos unidos hasta el día de hoy. Hablé con Toko la semana pasada. Hablo con Luca Vildoza de vez en cuando. Hablé con Marcelinho hace no mucho. Con todos. Era un grupo muy divertido. Creo que deberíamos volver para tomar unas copas y hacer una fiesta en Vitoria junto con la gente, que es increible. Estaban con nosotros todos los días. Ese es el tipo de energía que me empuja a darlo todo. No hay ninguna posibilidad de que les decepcione. Al fin y al cabo, esta gente está pagando dinero para verme jugar al baloncesto. Para mí, el baloncesto nunca fue un trabajo. Era lo que quería hacer. Esta gente viene y aporta energía, pasión y carácter. Yo tengo que hacer lo mismo. Eso es lo que realmente me abrió los ojos sobre quiénes son y de lo que es capaz esa ciudad.
– ¿Siempre tuvo claro lo de ser entrenador?
– Quería dedicarme a los negocios o tener algún restaurante. Algo alejado pero siempre pudiendo volver para ayudar a los jóvenes. Entonces vi que el camino era entrenar. Me encanta poder enseñar el juego. Lamayoría de chicos que tengo podrán ser mejores que yo porque tienen muchas más herramientas. Pero sí me gustaba entrenar como jugador. Era de los que entendía que lo mejor era ponerme a prueba ahí para que los partidos fueran más fáciles.
– ¿Con qué cualidad de los tres entrenadores que tuvo en el Baskonia se quedaría?
– Diría que la atención al detalle. Es primordial también como jugador. Es un esfuerzo constante por los detalles. Todo el mundo a este nivel, cualquiera que venga a vestir la camiseta del Baskonia como jugador, todos sabemos ya que va a tener mucho talento. El uno o dos por ciento de los mejores jugadores de baloncesto del mundo juegan en la Euroliga, así que el Baskonia va a tener buenos talentos. Si los buenos talentos no se centran en los pequeños detalles, es cuando no pasa nada. Puedes ganar, perder, pero nunca vas a llegar al siguiente paso. En equipos como el que tuvimos con Pedro y con Dusko al final, la atención a los detalles era tan alta que yo sabía que cada vez que pisábamos la pista, jugáramos contra quien jugáramos, teníamos la posibilidad de ganar e incluso ganar por 20 puntos.
Luego, hablais mucho del carácter Baskonia. Es real. Hay algo ahí y no son solo los aficionados. No es sólo la ciudad. Son los entrenadores los que aportan eso y luego también los jugadores los que lo adquieren. Durante mucho tiempo, Alfredo, Félix y Josean, reclutaron jugadores que tenían características específicas que encajaban con el Baskonia. No se trataba simplemente de ir a por el jugador con más talento. Para mí, no importa lo que hagas en la vida. Puedes ser artista, contable o trabajar en una farmacia, pero si no te enfrentas a todo con un poco de carácter y un poco de dureza, te vas a quedar atascado. Si tienes esas cosas, puedes hacer cosas muy, muy positivas en el mundo.
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