La última cena

Milán se ponía un traje de circunstancias para recibir a dos equipos a los que la Euroliga ha hecho un siete. Más o menos ese era el número de aficionados en las gradas. Iniciaba Mannion mandando recuerdos en forma de puntos al que respondían Diop y Moneke con saludos cercanos. Ritmo de medio campo con aranceles a las carreras. Ellos tenían LeDay de meter mientras que algunos de los nuestros no pegaban Nikola. Primeras sentadas de algún supuesto principal que en equipos de nivel sería secundario. Diferencia por encima de los 15 sin que apareciese ningún Dúo Dinámico.

Las pérdidas más dolosas que las de las Bolsas y la imagen haciendo crack. Cabarrot maquillaba el desaguisado guisándose un triple ante los de Armani. Hall y su Diop se intercambiaban brincos mientras nuestros aficionados estaban con bronca. La cosa era de Ricci por no llorar. Defensa de parvulario y ataque de guardería con jugadores menores siempre escondidos ante cualquier 'grande'. Vacas 'Flacca' y poca mala leche.

Aparecía Howard tras pasar su penitencia en el banquillo aún sabiendo que sin él nuestro ataque suele ser un Vía Crucis. Por su tino logramos menguar levemente su ventaja aunque el enfermo seguía en estado grave. Mirotic en compañía de Niccolo continuaban dándonos 'Zachcas' sin que la indefensa pusiera freno. Gracias a los huevos griegos y el acierto de Markus rebajamos un poco su renta sin librarnos de estar colorados.

Apretamos algo más atrás y delante ya había algunos a los que no les daba el apretón. Al menos dábamos la cara tras haber cargado con una pesada cruz. Aquello no tenía resurrección posible por mucho que Samanic lo hiciera como dios. Minutos y minutos de Gardelegi donde cada uno va buscando engañar a la estadística sin que dé el timo al que sabe. Messina fue sentando a su derecha a las estrellas de la noche para iluminar el banquillo. Los segundos se hacían horas mientras se intercambiaban canastas de mentira. Orejas gachas y mejor vista para la temporada próxima.

La última cena en Europa se le indigestó a un Baskonia inapetente. Pésima imagen de un equipo que se dejó llevar por la apatía e indulgencia defensiva. Toca reflexionar y recomponer una plantilla que no está para los trotes europeos. A pensar en zapatillas de casa que es ahora lo que toca.