Lucha sin premio

Hizo llorar

Empezó el partido con muchas ausencias por ambos lados e intercambio de canastas entre Moneke y un coordinado Cordinier. Las pérdidas compartidas como amigos sin que lo fueran, aunque algunos en otros tiempos lo fueran. Morgan navegaba a sus anchas sin que nosotros pudiéramos ponerle un parche. Los rebotes en nuestro aro hacían agua a la par que el ritmo impuesto por nuestro base zozobraba ante el marcado por Pajola. Con la entrada de nuestro griego y Jaramaz fuimos a más salvando unos muebles que olían a quemado. Hall aportaba en sus alturas, la defensa apretaba de otra forma y conseguimos volver a la pomada untando un poco más en la defensa. Polonara era nuestro talón de 'Achille' junto a un Pajola con vista y un americano que traía cola. Gran labor del nuevo fichaje baskonista que volvió a demostrar que no sabe jugar al escondite. Así nos fuimos al receso con las diferencias en un pañuelo y con muchos momentos donde el baloncesto de calidad nos hizo llorar.

Por los suelos

Salida entre sábanas de un Baskonia dormido. Morgan tomó los remos de los de Dusko consiguiendo alejarse de unos vitorianos a la deriva. Polonara ejercía de ayudante de a bordo haciendo que la marea subiese creando en los de Laso una sensación de ahogo. El retorno de Nikos y Ognjen nos evitó la asfixia cuando pedíamos auxilio. Minutos de ir y venir con los balones sin cordel en ambos equipos y pupita compartida en el rebote en el aro enemigo. Las diferencias volvieron a contarse con un dedo de la mano y tras un rebote de Timoteo dimos la vuelta a la tortilla sintiendo que la victoria podía estar a huevo. Los triples del italiano de Dato e Isaia parecían poner punto y final a una noche trabada pero entre el 'review', las penetraciones de Forrest, los libres y Luka les volvimos locos. Tuvimos la opción del empate en la muñeca de Trent pero le tembló la mano. Lucha entre gigantes con una nueva oportunidad en las alturas, pero acabó cayendo la misma por los suelos.

Final

Lucha sin premio de un Baskonia con luces y sombras ante un Segafredo descafeinado por sus ausencias. Sin Howard ni Moneke en muchos minutos del partido supimos volver de la mano de los hombres del banquillo. Derrota en Bolonia pero todavía queda mucha tela que cortar y no hay que perder el hilo.