Otra vez a empezar

A la Virtus Bolonia le han cambiado la primera frase un par de veces y ahora mismo todo se focaliza exclusivamente en la mirada fija y el semblante de extremo rigor que impone Dusko Ivanovic. Es actualmente un proyecto que navega en dudas, con demasiadas preguntas sin respuestas, y las que tiene visten la negatividad en sus resultados, que necesita no solo un nuevo escritor que marque un estilo sino también rasgar las hojas ya escritas, llenas de círculos rojos de alerta y tachones, para coger folios en blanco, afilar el lápiz y comenzar a escribir de nuevo rápido y con supuesta buena letra.

En el inicial paso de Scariolo se diseñó un equipo a su manera. Su salida posterior extrañó a todo el mundo, quizá menos a él, y llegó Luca Banchi, que sacó chispas y resultados de una plantilla que, o tenía dudas, o no creía del todo en lo que hacía. La realidad es que Banchi implantó otro modelo que tuvo su continuidad en esta temporada pero la crudeza de los resultados ha empujado su salida. ¿Qué ha fallado en este caso si la continuidad es premiada y se refuerza un equipo para competir en teoría mejor? Solo hay una respuesta: esto es deporte y no existe relación directa entre las ideas sobre un papel y la realidad sobre la pista semana tras semana.

Dusko llega a una plantilla en la que tiene un cometido: romper desde ya esta dinámica de resultados en una plantilla que probablemente no tenga tantos puntos fuertes como se pensaba y sí más puntos débiles que afectan en consecuencia en sus resultados. Si atendemos a sus nombres, Hackett, Belinelli, Cordinier, Clyburn, Shengelia, Polonara, Zizic, principalmente, nos pondríamos en alerta para creer que es una plantilla completa, y si sumamos a la progresión de otros como Pajola, Morgan, y Diouf, que aportan matices en las rotaciones, si en cada quinteto se busca el equilibrio en la rotación adecuada, diríamos que es un equipo sólido.

Pero la realidad es otra: Hackett no tiene aquella fortaleza física de hace unos años, a Belinelli le pesa su edad, Cordinier es todo energía hasta de más, a Clyburn los minutos se le hacen más largos de lo que son, Shengelia sigue con su habitual intensidad y decisiones individualistas, a Polonara le falta esa continuidad donde su energía y calidad aparecía sí o sí, y Zizic debe ser más dominante y no pasar tan desapercibido.

Conste al mismo tiempo, que si Dusko es capaz de simplificar el juego, ordenar las jerarquías y gestionar bien las rotaciones adecuadas para tener quintetos sólidos y de garantías, este equipo por su experiencia y su saber jugar es capaz de ganar en cualquier pista. Tiene energía e intensidad, a pequeñas dosis que tienen que ser más continuas, necesita más tiro exterior fiable pero son capaces de anotar desde cualquier espacio, y necesita más liderazgo para saber quién debe tomar las decisiones adecuadas en cualquier fase del partido, sobre todo en las de verdad. Aquí es desde donde Dusko comenzará su primera frase y su reconstrucción. Tengamos una cosa clara: seguro que dudas no tendrá.