Entre la incertidumbre y el cambio de ciclo

Barcelona y Madrid, los dos con el posible fichaje de un pívot de relumbrón en la recámara, aspiran a monopolizar el campeonato un año más. Si la pandemia lo permite, por supuesto. Los clubes dan por seguro que apareceran positivos y que algún partido deberá aplazarse. Mientras eso llega, o no, los de Laso arrancan defendiendo su supremacía como gato panza arriba en el ocaso de sus estrellas. Lo hacen en Bilbao contra el Gipuzkoa Basket. Los de Jasikevicuis -su llegada es otro de los alicientes del campeonato- reclamarán estos meses el esperado cambio de ciclo. Para ello han contratado a Nick Calathes, que completa una plantilla de álbum de cromos con Higgins, Claver, Abrines, Mirotic y Davies... ¿Llegará Marc Gasol? Soñar es gratis, su ficha no.

Un paso por detrás, quizá solo media zapatilla, están el campeón Baskonia y el Valencia Basket, que por cierto se enfrentan en la primera jornada. Fichajes de campanillas en el caso de los taronja -Derrick Williams y Nikola Kalinic desde Fenerbahce- para suplir la importante marcha de Alberto Abalde al Madrid. La brecha entre los equipos Euroliga y el resto se agranda. La vaguada ha tornado desfiladero.

Aunque mejor mirado, y por el bien de la ACB, lo interesante debe llegar por detrás. En el pelotón. Unicaja, el puente entre los de arriba y el resto. El Tenerife, el Burgos, el Joventut y el Andorra son los cocos. Un Zaragoza en reconstrucción, las dudas del Gran Canaria por la mala última campaña, pero con plantilla para estar muy arriba y un entrenador superlativo como Porfi Fisac serán el termómetro de una liga que es la mejor tras la NBA.

Y después llega el RETAbet. Los hombres de negro guardan la poción mágica que les proporciona el alquimista Álex Mumbrú. Son el catalán y Salgado los que a base de trabajo, tesón e ingenio hacen invencible a la tribu de Miribilla. Claro que los 10.000 asientos vacíos del Bilbao Arena harán mucha mella a un grupo que pierde a Lamers (enrolado en el Alba Berlín) y Sulejmanovic tras haber dicho adiós a Bouteille a mitad de la pasada temporada. Cosas que tiene ser uno de los equipos con menor presupuesto y que hace de la labor en equipo su seña de identidad, por encima del valor de las individualidades. Los vizcaínos deberán, además, conjugar el esfuerzo de la competición doméstica con su regreso a Europa.

Por atrás, tratando de evitar el descenso, arrancan el curso los dos que debieron perder la categoría el año pasado -Estudiantes y Fuenlabrada, con nuevo patrocinador y algo de esperanza en la cartera-, el Murcia de Sito Alonso (producto de autor, lo amas u odias, pero no hay término medio), el Manresa de Pedro Martínez, pese a quien pese el mejor entrenador del campeonato.

También el Obradoiro, magistralmente dirigido por Moncho Fernández y al que se debería dar un salvoconducto para jugar siempre en la élite por su capacidad para descubrir nuevos talentos para la liga. Este curso recluta al pívot triplista Steve Enoch desde la universidad de Louisville, siguiendo la senda abierta por Fletcher McGee el curso pasado.

De Cenicienta, invitado incómodo por mandato judicial, y adalid de los románticos encontramos al Gipuzkoa Basket, cerrando una competición de 19. Los del Gasca, que se estrenan mañana en Miribilla contra el Madrid porque deben acondicionar Illumbe, han conformado una plantilla de urgencia para que Marcelo Nicola obre el milagro de la permanencia.

Ganaron en la cancha el derecho de estar en la élite, se lo quiso negar la patronalo. Con su entrada en la competición a última hora, se recuperan las jornadas de descanso, que tanto juego dan a los que están también compitendo en Europa. Como el RETAbet este año.