«No he ganado tantos títulos como esperaba»

- Le consideraban el 'Gasol' del Este. ¿Su carrera le hace justicia?

- Si comparamos mi carrera con la de Pau Gasol, ni de cerca (risas). Pero bueno, estoy bastante contento con lo que he hecho. ¿Qué podría haber sido mejor? Sí y no. Muchas veces las cosas no dependen de ti mismo.

- Estos días se cumplen 13 años de su llegada a Madrid. ¿Qué ha cambiado entre aquel Tomic y el de ahora?

- Todo. La vida entera. Sí que recuerdo mi primer partido con el Madrid, pero poco más de aquella época además de la Final Four aquí en Barcelona. Pero me han pasado tantas cosas luego… Cuando llegué no pensaba en el largo plazo.

- ¿Recuerda que antes estuvo en la agenda del Baskonia?

- No muy bien. ¿Cuándo fue?

- El Baskonia buscaba un pívot para acompañar a Splitter en el verano de 2009 y se fijó en usted y en Stanko Barac.

- Creo que la cláusula era un millón con el Zagreb. Es mucho dinero e imagino que les echaría para atrás. Pero creo que personalmente nunca he hablado con ellos.

- En octubre, Pablo Laso dio una conferencia en Vitoria y dijo que le ficharía para construir un equipo o en cualquier otra situación a la que tuvieron en el Madrid. ¿Es una espina clavada?

- (Risas). ¿No fastidies? No sabía que Pablo había dicho eso. Es cierto que no me renovaron en el Madrid porque él no me quiso y nos fuimos por caminos distintos. No le guardo rencor. No soy así.

- ¿Estamos ahora ante su mejor versión?

- No lo sé. Creo que he tenido muchos buenos momentos a nivel individual. Pero seguro que es uno de los mejores.

- ¿Le da rabia ver la Euroliga desde casa?

- Pues… no veo mucho la Euroliga. Solo algún partido en particular pero no tengo tiempo para ver mucho. Como decís aquí. Lo que no se ve, no se siente.

- ¿Cómo se convive durante tantos años con la etiqueta de blando y mal defensor?

- (Balbucea). No sé explicarlo. Tengo mi manera de ser y de jugar, si a alguien no le apetece o no le gusta, pues lo siento, pero no es problema mío. Siempre doy mi máximo, si para alguien no es suficiente… Cada uno de mis entrenadores y compañeros no creo que digan que soy blando y que defiendo mal. Pero entiendo que entre las redes sociales y los periódicos se crea una etiqueta que, por mucho que te empeñes y aunque no sea verdad, se queda ahí.

- ¿Ha sentido que se le minusvaloran sus cualidades por no tener los músculos de otros?

- Sí, y eso me ha dado ventaja. Yo siempre he jugado con talento y con cabeza. Físicamente, he intentado con los preparadores llegar al máximo nivel adecuado para mi altura y mis rodillas. Contra la genética, hay un límite, es un muy mal rival. Y en mi caso, por suerte, encontré otros recursos para jugar a alto nivel y no tener que forzar o poner en juego mi salud.

- ¿Por qué dejó la selección con solo 28 años y por qué, con tantos buenos jugadores, Croacia no llega a rondas finales?

- Dejé la selección en 2015 después de un Europeo en Zagreb. Simplemente, me sentí cansado. (Segundos de silencio). Sentí que no podía ayudar más. Había jugadores jóvenes que entraban, acabé decepcionado con el resultado -59-80 ante la República Checa en octavos-… un poco de todo. Y luego, la selección siempre ha tenido buenos jugadores. Ahora puede que más. Bogdanovic, Saric, Hezonja, Zubac, Zicic… Pero para hacer cosas grandes en deportes de equipo, con eso no vale. Tienes que crear una atmósfera buena. Y no quiero decir con esto que no la hubiera. Pero siempre nos falta algo. ¿El qué? Creo que nadie lo puede decir.

- ¿Puede ser lo que sí tiene la selección de fútbol?

- Sí y no. El fútbol ahora es el primer deporte en Croacia. Después del bronce del Mundial 98, tampoco tuvieron muchos resultados muy buenos. Pasaron 20 años entre una medalla y otra. En baloncesto dura un poco más pero creo que acabará llegando el ganar algo de verdad. Llegará seguro, pero igual hacen falta otros diez años más. Quién sabe. Da rabia vivirlo. Pero son las cosas del deporte. Bogdanovic es nuestro mejor representante, pero no puede solo.

- ¿Cuál es su peor momento jugando al baloncesto?

- Ha habido muchos. Es difícil seleccionar. La derrota contra el Baskonia en la final en Valencia fue dura, porque yo sentía que ahí se me acababa el ciclo y era el capitán del Barça. También perder contra la República Checa en Zagreb y no anotar ¡ni un punto! No quiero recordar más (risas).

- ¿Con la edad ha cambiado en algo su forma de digerir la derrota?

- Igual. Por suerte, ahora enseguida llega otro partido. La derrota forma parte de nuestra vida y lo mejor que puede hacer es asumirlo y pasar página.

- Este discurso en el Madrid y el Barcelona no se suele escuchar.

- Sí, te obligan siempre a ganar todos los días pero sabemos que no es posible tener una temporada sin derrotas.

- De cara a la Copa. ¿El Baskonia está al nivel del Madrid y el Barcelona como rival a evitar?

- Seguro. Nuestro objetivo es ser cabeza de serie de la Copa. Eso lo primero. El Baskonia lo está haciendo muy bien esta temporada. Hoy es un buen test para ver cómo estamos y cómo podemos jugarle a uno de los mejores equipos de la Euroliga.

- ¿Ganar la Eurocup con el Joventut compensaría todos los malos ratos?

- No lo veo así. Para ganar un trofeo todo el equipo tiene que estar a la altura. A nivel personal, me encantaría ganar algo con el Joventut, pero… no se cómo decirlo. No he ganado tanto como esperaba pero estoy contento, más o menos, con mi carrera en España.