A la espera de su mejor versión
Un Baskonia que aún guarda armas en su arsenal debe estar preparado para el crecimiento de un Valencia Basket necesitado y ahora contra las cuerdas
Tampoco hace falta hacer de la desconfianza una manera de afrontar lo que viene por delante, más bien es cierto que de la confianza hay ... que fiarse lo justo. Tiene que ver también con esa compañera de viaje que se llama 'expectativa', que muchas veces juega más de una mala pasada. Como todo en esta vida, se trata de ser lo más ecuánime posible, caminar sobre el equilibrio sabiendo que habrá días mejores y peores y que todo depende de lo que esté en tus manos.
Si nos atenemos únicamente al resultado, la victoria del martes en Valencia por un punto debería ser motivo más que suficiente para dejar la confianza a un lado y no ir pensando en qué llevar en la próxima maleta de las semifinales. Fue un matiz, unos detalles por aquí, una decisión acertada por allá y una ejecución no bien hecha del todo los que hicieron que Baskonia ganara este primer duelo. Si nos atenemos a las sensaciones, sí que pareció evidenciar que este Baskonia fue más sólido en su juego que Valencia Basket, en especial en los momentos de las tomas de decisiones finales. Precisamente por eso, por los detalles, por tomar decisiones correctas y por ejecutarlas bien o mejor que el rival. Valencia desperdició una ventaja de casi 3 posesiones cuando quedaban apenas 2 minutos de juego.
Ambos equipos, Valencia Basket y Baskonia tampoco jugaron su mejor partido. Sí que fue un encuentro intenso, de ritmo, con el aporte físico que un play off y dos equipos curtidos en otras batallas te exigen. Así que tanto uno como otro tienen mucho que mejorar todavía, no han tocado techo.
A Valencia porque debe evidenciar que su juego interior es robusto y tiene suficientes alternativas en su estilo y en sus jugadores más que lo que demostraron el martes. Solo Tobey y Pradilla pudieron competir en ambas partes del campo contra los interiores baskonistas. Dubljevic estuvo lejos de sus prestaciones, Rivero no rindió como cabe esperar de su intensidad y su constante presencia y Labeyrie no compareció. Ocho tiros entre los tres jugadores da qué pensar. El exterior estuvo mejor pero se hace 'corto' que el Valencia Basket lo fíe todo todo a López-Aróstegi y Dimitrijevic. Entiendo y puedo compartir el plan de Peñarroya de que esté quien esté en el campo deba rendir al máximo y por tanto mueva sus rotaciones para que así sea. Pero su equipo necesita de más jugadores para poder superar el juego y la capacidad física del Baskonia. Necesita más de Claver, más de Hanlan, más de Van Rosson, más de todos sus interiores.
Baskonia sigue en esa progresión a ritmo pausado semana a semana, donde el juego del equipo está claro del todo, sus rotaciones son conocidas y aprendidas de memoria. Cada vez es más patente el equilibrio entre defensa y ataque. Spahija comenzó su trabajo desde el ataque para ir consolidando después su defensa. Sigue siendo Baskonia un equipo que si se encuentra cómodo jugando delante, se compromete mucho más en defensa y rebote. Si no es así, saltan las costuras y las dependencias individuales.
Esa supuesta ventaja interior de Valencia Basket sobre Baskonia sigue siendo clave porque es donde más se evidencia la mejora de un equipo, pero en cambio mantiene la dificultad de su emparejamiento. Sus interiores juegan de cara y eso hace complicada la defensa de Valencia y más aún permite distribuir mejor el juego al resto del equipo. Una debilidad convertida en fortaleza. Siempre y cuando el exterior siga empatándose en esfuerzo y calidad, cada posesión es un tesoro para el resultado final. Sin fiarse nunca.
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