El despegue definitivo de Luka Mitrovic

Lo suyo le ha costado. Tuvo que emigrar a Alemania, España, Israel y Montenegro para regresar al Pionir. Hogar de acogida de un juvenil nacido en Novi Sad que se hizo seguidor 'delije' por tendencia social. Jamás se arrepentiría. Con 19 debutó de rojiblanco y con 21 le entregaron la capitanía. Acababa de superar su primera lesión grave y su ética de trabajo impactó tanto en el club como a un vestuario de altura con Marjanovic, Kalinic y Dejan Radonjic en el banquillo.

Agradeció la confianza con una temporada primorosa.Anotó 30 puntos en la cancha del Galatasaray sin ningún solo gesto de ego y destacó por su instinto reboteador, lectura de juego, corpulencia física y capacidad de pase. La NBA llamó a su puerta, pero la rodilla izquierda le volvió a fallar. Pocas veces se ha visto al Pionir con un silencio sobrecogedor como el que registró mientras Mitrovic abandonaba la pista en camilla. El equipo realizó la mejor temporada de su historia en la reciente Euroliga y su capitán logró regresar para el play off contra el CSKA. El curso siguiente sí logró tener continuidad, pero tras levantar otro doblete, el tercero en cinco años, decidió cambiar de aires.

La llamada de Trinchieri le cautivó, pero los contratiempos físicos arruinaron su paso por el Bamberg. Tercera operación de rodilla en cuatro años. Con semejante historial médico, su currículum se agrandó a base de contratos temporales. El 2019 lo pasó en España. El cuñado de Vasilije Micic –mantiene una larga relación con su hermana Nina– acabó la campaña en Murcia, hizo la pretemporada con el Valencia y fue renovando mes a mes con el Manresa hasta que estalló el coronavirus. En las tres plazas comentan que acostumbraba a ser el primero en llegar y el último en marcharse.

El Hapoel de Jerusalén le reclutó para la Final a 8 de la Champions y, para disgusto del presidente 'delije', Nebojsa Covic, el Buducnost le hizo hueco entre sus filas. Además, es amigo de la infancia de un referente del Partizán como Nikola Milutinov, que le ayudó a ampliar su colección de camisetas de fútbol con una del Olympiacos de Yaya Touré.

Pero el excapitán 'delije', de 28 años, tiene don de gentes y su presidente y sus aficionados se lo perdonaron. El pasado verano regresó para formar parte del proyecto de Radonjic y su tropa serbia. Aunque sale desde el banquillo en la mayoría de encuentros, es un jugador imprescindible en los sistemas. Unas veces de 'cuatro', otras veces de 'cinco', después de Kalinic, es el segundo jugador más valorado (10,3) en Belgrado, que ve despegar definitivamente a su precoz capitán.