El daño de otro inicio horrendo: el Baskonia solo ha ganado dos primeros cuartos en quince partidos
El club azulgrana firma su peor primera parte del curso, necesitado de una mínima mordiente defensiva para competir. «Es una vergüenza», clamó Sedekerskis al descanso
Tadas Sedekerskis es de los que habla claro. Sin reservas. Hace algo más de un año, en el OAKA de Atenas, el lituano sacó la ... cara por Joan Peñarroya en su intervención en los medios al descanso. «Queremos luchar por nuestro entrenador», clamó con el técnico en la cuerda floja. Fue destituido tres días después. Ayer tampoco se mordió la lengua. Misma entrevista y misma contundencia. «Es una vergüenza». Ejerció de capitán en las declaraciones, con la mano ensangrentada, y sobre el parqué.Fue el único jugador baskonista con una actuación aceptable en la terrorífica primera mitad del encuentro de anoche.
La de ayer fue la peor de lo que va de temporada. Pero no la única. Andorra, Villeurbanne o Lleida. El Baskonia de Pablo Laso solo ha ganado dos primeros cuartos en quince partidos. El del Alba Berlín (24-13) y el del Joventut (27-19), cuando perdió el pie en el segundo (20-28). El resto, cruces.Especialmente alarmante la de ayer. Con una versión preocupante, que volvió a carecer de un mínimo de mordiente defensiva que ayudara a presionar los tiros del rival.
El 6 de 10 en triples inicial del Mónaco o el 8 de 12 el Efes del martes no es coincidencia. Dos rivales con potencial financiero, pero engrandecidos por la indolencia del cuadro vitoriano, apagado en ataque hasta la reacción de orgullo de Chima Moneke. El rebote es otra de las heridas de sutura que muestra el conjunto de Laso en las últimas semanas, con dos victorias en ocho encuentros. Aunque lo todavía más angustioso es comprobar que las sensaciones no son mejores que los resultados.
Semana negra de Howard
El Howard desatado ante el Lleida, con un triunfo cuyo grado de importancia se medirá en unos meses, fue un simulacro. Se quedó sin anotar el martes ante el Efes después de año y medio y anoche terminó de nuevo con cero puntos. Sasha Obradovic, perro viejo, se acercó a animarle después de estrecharle la mano a Laso, sabedor del interés de su directiva por el astro azulgrana.
El silencio ofensivo del escolta criado en Chandler, un exterior anotador especial convertido en un jugador ordinario en la mayoría de encuentros de su tercer año, fue la más fiel representación del ataque vitoriano. Con el frío instauró en las venas de todos los baskonistas con el 18-45 (minuto 17). La pitada al inicio de ese tiempo muerto y al descanso propició una reacción que acabaría pagando en el último cuarto. Apareció el desgaste que luego pasa factura en la ACB.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión