Las cartas sobre la mesa

De aquel 4 de junio aciago al día de hoy la escuadra azulgrana presenta un perfil casi irreconocible. Echa a andar con siete jugadores nuevos, el puesto de base por estrenar y un cambio casi total en el juego interior. El rodaje ha sido corto y accidentado, con problemas físicos de diversa índole y una situación médica inquietante. Es la de Alec Peters, que sigue de baja debido a su dolencia en la rodilla derecha.

La ausencia del 'cuatro' estadounidense, único superviviente de la batería de hombres altos del pasado curso, abre todo tipo de incógnitas respecto a las posibles soluciones para tapar su baja.En principio, Tadas Sedekerskis puede ser el relevo más socorrido para unas funciones en las que también podría desdoblarse Matt Costello. En cualquier caso, bastante tiene el interior de Michigan con haber cogido un par de conceptos con pinzas después de un aterrizaje motivado por su participación en el Afrobasket con la selección de Costa de Marfil.

El enigma del 'cuatro' bien puede trasladarse a otras posiciones en un Baskonia con siete nuevas incorporaciones. Desde la convivencia de dos aleros titulares como Rokas Giedraitis o Simone Fontecchio hasta la compatibilidad de dos bases como Granger o Baldwin, ambos también con rango de escoltas si se tercia la necesidad de exprimir la polivalencia. Dentro de un orden, claro. Al fin y al cabo, las posibilidades de la plantilla azulgrana en ataque son múltiples, especialmente entre aquellas piezas que divisan el aro desde posiciones exteriores. Lo que tiende a delimitar la asignación de posiciones es la exigencia defensiva. En este punto, tampoco fue extraño la pasada temporada observar a Sedekerskis o Giedraitis defender a exteriores de talla baja.

El plantel azulgrana arranca hoy el curso 2021-22 con casi todo por descubrir. El Valencia Basket también anda de estreno, aunque conserve un buen número de rostros conocidos. El cambio más sustancial se produce en el banquillo con la llegada de Joan Peñarroya. De la dirección reposada de Ponsarnau al carácter volcánico del extécnico del San Pablo Burgos, casi siempre en tensión y con un amago de bronca en la boca. Junto a él, se ajusta la corbata de técnico asistente Fernando San Emeterio en un plantel que ha recibido con los brazos a Víctor Claver, hijo pródigo que vuelve a su cuna baloncestística a los 33 años.

Cambia el nombre de la batuta, pero el núcleo fuerte de jugadores en la escuadra levantina se mantiene sin demasiados arreglos. Sam Van Rossom, Klemen Prepelic, Javier Pradilla, Martin Hermannsson, Mike Tobey o Bojan Bubljevic preservan la continuidad en una escuadra cuya aspiración se centra en volver a saltar a un asiento de la Euroliga. En el arranque liguero también cuentan con su ración de problemas físicos. Nenad Dimitrijevic y Louis Labeyrie son duda y causarán baja dos de sus nuevas incorporaciones Xabier López-Aróstegui y Jasiel Rivero.