El Baskonia también se la jugaba en Valladolid
Los planes de expansión, los modelos de negocio o los edificios se refuerzan con un Alavés instalado en la élite
El Baskonia camina hacia los play off ACB después de su triunfo del pasado domingo ante el Barcelona en el Buesa Arena por 110-98. ... Fue el arranque con acelerón anotador incorporado de una tarde dominical de máxima tensión en el grupo Baskonia-Alaves. Para nada un domingo cualquiera. El plantel azulgrana fue metódico en su labor de desgaste y demolición para superar a un rival demacrado por las lesiones. Resuelta la cita en Zurbano, tocaba mirar hacia el estadio José Zorrilla, donde el Deportivo Alavés afrontaba la gran oportunidad de resolver la permanencia en Primera.
La tinta de la estadística en la que brillaban los 34 puntos de Markus Howard o las 11 asistencias de Trent Forrest ya estaba seca cuando llegaba el penalti de Cenk a Tenaglia y la ejecución de Kike García desde un punto que nada ha tenido de fatídico para los albiazules en los dos últimos choques ligueros. Luego, entraría en escena la angustia de ver cómo el Valladolid se abría camino hacia la puerta de Sivera mientras el Alavés no encontraba manera de regatear su propia ansiedad. La hoguera parecía lista para alargar el drama una jornada más, pero la falta de puntería blanquivioleta rubricó el indulto para los vitorianos.
Salvados. La tarde terminó perfecta para los dos grandes representantes del deporte profesional en territorio alavés. El Glorioso salió vivo de su pulso por continuar en Primera. Un suspiro de alivio generalizado entre el aficionado albiazul, que lleva el sufrimiento como una segunda piel, pero también para el hincha azulgrana. Establecidas de manera firme las sinergias y entre el Paseo de Cervantes y la carretera de Zurbano, ya visibles los vasos comunicantes económicos entre una y otra sede, el Baskonia también se la jugaba en el José Zorilla.
Que nadie dude a estas alturas de que los goles de Kike García ponen de su parte para pagar el sueldo astronómico de Markus Howard. Claro que no en su totalidad, aunque algo ayuda. Desde que la gestión del Deportivo Alavés y el Baskonia es una tarea compartida que asume el equipo gestor liderado por Josean Querejeta, los dramas y éxitos del césped repercuten en el parqué.

Los planes de expansión, los modelos de negocio o las edificaciones que ya asoman junto al humedal de Salburua se refuerzan con un Deportivo Alavés instalado en la élite. El Baskonia también se lleva su parte en calidad de gestor del conglomerado futbolístico. Ya saben, ese 4% sobre el presupuesto anual de ingresos albiazules que van a la cuenta de la entidad azulgrana en concepto de dirección de club. El pasado noviembre, el Alavés anunció una previsión de presupuesto de 77,3 millones para la temporada que ahora está a punto de terminar, el más alto de la historia del club. Sobre el presupuesto del Baskonia y su inversión en plantilla para la temporada en curso, este periódico preguntó en su día y desde las oficinas de Zurbano se guardó silencio. Para ser terrenos situados en la misma parcela, la acera baskonista gasta una discreción con sus cuentas económicas que muta en luz, taquígrafos y asambleas de accionistas maratonianas cuando la memoria contable luce membrete albiazul.
Puede que tanto sigilo responda a que no resulta fácil reconocer que, en estos tiempos, ese 4% es un factor clave para reforzar las finanzas baskonistas. No se trata de las inversiones a fondo perdido que realizan colosos como el Real Madrid o el Barcelona para cubrir las pérdidas de sus secciones de baloncesto ni tampoco el mecenazgo todopoderoso de Juan Roig, que paga casi todas las cuentas en el Valencia Basket y un pabellón nuevo, haga o no falta. El 'management fee', que así se define en las cuentas anuales del Baskonia, es un 'pellizco' que ascendió a cerca de 3 millones de euros en la temporada 2023-24, según muestra la documentación contable azulgrana, que también fijó en 14,3 millones los ingresos de aquel curso, cerrado con superávit de 121.737 euros.
Se trata de un sustento con peso específico en una economía baskonista que busca ingresos más allá de la ruleta continua de traspasos de jugadores que no para cada verano. Andrés Nocioni suele recordar que con las multas que le imponía Dusko Ivanovic llegó a financiarse alguna sala de pesas del Buesa, pero fueron los más de 3 millones de euros que dejó en el verano de 2004 tras marchar a los Chicago Bulls los que taparon agujeros y contribuyeron a pagar el sueldo de otros compañeros. Ahora, vender jugadores no basta, así que un gol en la portería situada ante la grada de Polideportivo puede dar un empujón a la renovación de un jugador baskonista. De la misma forma que una manopla oportuna de Sivera puede facilitar el pago de la cláusula de salida de un objetivo estival apuntado en la agenda del secretario técnico baskonista, Alfredo Salazar.
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