Baskonia-Panathinaikos | 20.30 horas
Tiempo al tiempoA Ergin Ataman le han dado tiempo, además de presupuesto. Y ese mismo tiempo es el que le permite desarrollar un equipo bastante reconocible a su estilo
Es una virtud, no cabe duda, la de controlar el tiempo, o los tiempos, cuando requieren más de una acción o decisión a tomar. Le ... habrá pasado - o no - estar en el lugar preciso en el momento adecuado. Entendamos que las cosas necesitan de ese bien escaso que se llama tiempo para que puedan funcionar, porque si estrujásemos el argumento en sentido estricto, a partir de ello llegan esas consecuencias que se relacionan directamente con la paciencia y la ausencia de ella.
A tenor de todo lo que ha pasado en esta primera vuelta en Atenas, a Ergin Ataman le han dado tiempo, además de presupuesto. Y ese mismo tiempo es el que le permite desarrollar un equipo bastante reconocible a su estilo, algo que vimos ya en Estambul. Ataman tiene predilección por jugar con baloncestistas que generen constantemente, que creen peligro, que desborden en su uno contra uno, principalmente con jugadores 'pequeños'.
Hagamos repaso, Sloukas, Vildoza, Grant, Nunn, Grigonis se unen y se reparten las tres posiciones exteriores para construir un juego donde también hay un denominador común: los espacios y la ejecución veloz. Uno observa su manera de jugar y descubre efectivamente que el campo, en especial si Sloukas está en pista, se hace más grande y más complicado de defender para el rival. Dejar espacios para su compañero y atacar el aro desde fuera de manera explosiva es algo que Ataman exige y sus jugadores cumplen fielmente.
Claro que también hay otra serie de factores que influyen para que esto funcione de manera coral. Uno es la presencia siempre de un 'grande' físico, rápido y con capacidad de estar por encima del aro: Lessort ya manda como lo hizo el año pasado en Belgrado y Antetokounmpo le suple cada vez con más garantías. Con ellos es más fácil porque en caso de que un 1x1 no salga de manera fluida, siempre hay una garantía en darles el balón allí donde solo unos pocos llegan, y ellos lo hacen.
Y el otro factor que hace que este Panathinaikos sea el esperado es la llegada de Mitoglou. Fíjese que en este 'Salto inicial' hablamos constantemente de que este deporte requiere dar esa sensación de juego de equipo, de coralidad. ¿Es posible que un jugador pueda condicionar el estilo? Desde luego que sí, porque además en el baloncesto hay un rol que ejerce de equilibrista para que el conjunto no pierda compostura: la posición de '3-4'. Esta figura tiene que ser capaz de jugar lejos y cerca del aro, debe esperar que le llegue su oportunidad para ejecutar la acción, colapsa espacios en defensa y no pierde el sitio en su responsabilidad defensiva individual y sobre todo es el encargado de generar espacios para el resto cuando el equipo lo necesita. Mitoglou ejerce esta responsabilidad con mucha garantía, bastante más que Hernángomez, y eso el equipo lo ve, lo explota y lo reconoce.
Con todo ello, y con la seguridad que te aporta Sloukas cuando está en el campo, Ataman tiene claro cuál es el camino para seguir en lo más alto en esta Euroliga: que la defensa sea cada vez más intensa al estilo histórico del Panathinaikos. Ahora solo falta que el tiempo que queda hasta el final de la temporada le permita cumplir y superar las expectativas creadas.
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