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El Buesa Arena acoge esta tarde (17:00 horas) un partido que nunca puede ser considerado como uno más. El Baskonia-Barcelona es un clásico, ... una rivalidad, un simulacro de play off y una oportunidad, quizás la última, para el conjunto de Pablo Laso de ilusionar. El equipo azulgrana está obligado a demostrar el potencial que lleva dentro para encarrilar el pase a las eliminatorias por el título liguero y convencer a su afición de que podrá competir por el mismo sea quien sea el rival. La idiosincrasia que se ha labrado a lo largo de las últimas décadas.
El guía principal de este rasgo ahora común en la personalidad baloncestística alavesa fue Dusko Ivanovic. Su eco reverbera de tanto en cuanto en el entorno de Zurbano. Con el Baskonia en apuros a falta de tres jornadas para sellar una plaza entre los ocho primeros, la situación trae a la memoria una de las reflexiones del montenegrino el año pasado. «Si no somos capaces de ganar al Madrid, ¿para qué ir a la Copa?», expresó después de caer en el feudo blanco y quedarse sin opciones de jugar el torneo del k.o.
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Cambiando Madrid por Barcelona y Copa por play off, el conjunto azulgrana tiene que evitar que sus aficionados y su entrenador se pregunten algo parecido al término del encuentro. Una oportunidad para redimirse del chasco del pasado sábado ante el Joventut y hacerle olvidar a su parroquia el mal trago. La dinámica de las malas noticias no se ha detenido entre semana.
Rogkavopoulos sigue lesionado (muscular) y no podrá vestirse de corto. Uno de los tobillos de Jaramaz se resintió en la sesión del viernes y parece complicado que pueda ayudar. Moneke también volvió a notar molestias en la espalda, pero ayer parecía dar el visto bueno para ser convocado. Igual que Baldwin, que podría reaparecer dos meses después por una fractura en la mano derecha. El base tiene la virtud de ser ambidiestro y sus sensaciones en los tres entrenamientos que ha completado con el grupo son buenas.
Enfrente se halla un Barça revitalizado desde la decepcionante eliminación copera y de parte médico cristalino. Son bajas de larga duración Laprovittola (ligamento cruzado y menisco), Juan Núñez (menisco), Metu (Tendón de Aquiles) y Vesely (persistente dolor lumbar). Ante los contratiempos y la ausencia de refuerzos, el exbaskonista Joan Peñarroya ha unido a la plantilla y mejorado las prestaciones del equipo en los últimos meses. De baloncesto creciente, al igual que la presión. Un club amenazado con terminar por segundo curso consecutivo. Sus opciones de mejorar el quinto puesto son escasas, pero serán uno de los huesos del play off. Además, afrontan el choque con el descanso de la primera semana del año sin un partido entre semana.
La situación clasificatoria también se presenta benévola en el bando baskonista gracias a los tropiezos del Manresa. Pese a la derrota en Badalona, donde el marcador (90-71) no fue lo peor, la octava plaza sigue en propiedad vitoriana. El Baskonia quiere pensar que ese será mínimo el lugar que ocupará al término de la fase regular el próximo 30 de mayo. «Tenemos que estar en el play off», remarcaba el viernes Laso. Dependen de sí mismos.
El conjunto azulgrana no quiere que nadie decida sobre su porvenir sino que pretende ser el dueño de su destino, aunque mirará de reojo a otros campos. Se da por sentado que el Manresa no va a poder ganar a Real Madrid (hoy, 12:30 horas), Andorra y Tenerife después de caer con Granada, Breogán y Murcia. El problema de los resultados que se dan por descontados es que hay que refrendarlos sobre el parqué, donde se ven los puntos flacos de este Baskonia. Sin automatismos en el juego ni regularidad, pero fiable al calor del Buesa. Las once victorias consecutivas entre enero y abril sirvieron para enderezar el rumbo liguero. Un triunfo apasionante ante el Barça podría ilusionar a la afición para el desenlace del curso en junio.
La Liga ACB, el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Baloncesto se han puesto manos a la obra para tratar de paliar la fuga de talento de las canteras hacia la liga universitaria de Estados Unidos (NCAA). Los tres estamentos trabajan de la mano en un proyecto para la creación de una liga nacional sub-22 que implicaría a cada uno de los 18 equipos que compiten en la ACB, según avanzó el diario SUR. Las bases de la nueva competición están sentadas entre todas las partes y su idea sería echar a andar el próximo octubre. Se espera contar con la financiación del Gobierno. El CSD aportaría alrededor de unos cinco millones de euros, según el mismo medio, para lanzar un proyecto embrionario que se quiere vincular a universidades locales o a distancia. Se pretende emular el sistema norteamericano para que los jugadores jóvenes puedan compaginar la profesión con los estudios como una especie de beca. El sistema de competición favorito sería paralelo al calendario de los clubes ACB, pero aún está por concretarse. Se trata de una primera medida, junto a intentar que los traspasos hacia las universidades de Norteamérica se regularicen como los traspasos de clubes, que ingresarían dinero.
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