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El Baskonia y la catarsis de enero'El sexto hombre' es una newsletter de EL CORREO exclusiva para sus suscriptores que cada semana hace un repaso a la actualidad del Baskonia. Si quieres comenzar a recibirla en tu correo electrónico suscríbete aquí
La existencia vital del Baskonia durante una temporada tiene sus meses críticos. Está noviembre con sus nubes más o menos oscuras que se ciernen sobre todo entrenador que se sienta en el banquillo azulgrana. También tenemos el febrero copero, que, la verdad sea dicha, ... últimamente suele ser síntoma de vacío, período corto de vacaciones y cierta sensación de que algo le falta al sufrido seguidor azulgrana. Abril y mayo son meses europeos, con las opciones de alcanzar los cruces de cuartos y, quién sabe, incluso auparse a la Final Four, un escenario que no pisa el Baskonia desde 2016. A estas alturas de calendario, todo se precipita. El cierre de la campaña continental enlaza con los play off de la Liga ACB y, sin darse cuenta, asoma el verano y se activa la puerta giratoria de entradas y salidas en las oficinas de Zurbano.
Este curso, debemos añadir un capítulo más al pulso vital reseñado. Se trata de la catarsis de enero, esa página en blanco que el equipo de Pablo Laso está tratando de llenar después de un primer trimestre de amarguras, intermitencias y un doloroso destierro de la fiesta copera que se celebrará en Gran Canaria entre el 13 y el 16 de febrero. Toca digerir el golpe al orgullo que supone no jugar la Copa y ojalá que sirva de despertador. La impresión es que en Girona se tocó fondo con aquel 96-67 que terminó de hacer trizas las opciones coperas vitorianas. Tras un nuevo domingo de hundimiento, tampoco parece que los ánimos estuvieran en perfectas condiciones para recibir al Olympiacos y al Panathinaikos. Ante los del Pireo se cayó en una prórroga que agotó a un Baskonia impecable en la actitud, pero con esas pequeñas 'salvedades' –dichoso rebote– que te condenan ante un gigante. Jugó como casi nunca este curso el conjunto vitoriano y volvió a perder.
Quien más, quien menos se temía lo peor en la reválida ante el vigente campeón de la Euroliga. Como para ir con casco protector al Buesa ante el posible encontronazo con un rival que venía herido tras caer en el Palau. El caso es que el Baskonia rescató un triunfo deslumbrante ante el Panathinaikos para mantenerse en pie en una Euroliga que, este año, no da opción a un solo respiro. Querer es poder. Sobre todo si también se sabe cómo. No iba mal la semana; con 8.198 espectadores ante el Olympiacos y 11.209 frente al Panathinaikos. Colorido y fiesta en el Buesa Arena, que incluso tuvo una nutrida presencia de seguidores griegos.
No te negaré que el partido al que más miedo tenía era al del Breogán. Y tampoco te negaré que, durante muchos minutos, vislumbré una nueva vuelta a las andadas del equipo de Laso. Aquello era una trampa; una tarde de domingo soleada en Vitoria, un rival modesto y la resaca acumulada tras un martes y un viernes de trasnoche continental. Reconozcamos que el Baskonia no fue brillante frente a los gallegos, pero al final supo ser práctico. Se quitó de encima a un oponente voluntarioso a base de pegada y calidad. Si el plantel azulgrana hubiera mostrado este tipo de ánimo resolutivo en un buen puñado de duelos ACB en la primera vuelta liguera, el pasaje a Canarias hubiera estado asegurado.
Lo de la Copa ya no tiene remedio y ahora la escuadra azulgrana lucha por salir a flote para ajustar sus biorritmos al calendario y no confundir la cuesta de enero o los idus de marzo con las vacaciones veraniegas. El Baskonia y Pablo Laso parecen buscar una revolución en calma. La alianza entre club y entrenador se mantiene firme, Luka Samanic es la cara nueva del mercado de invierno y no se registran bajas a pesar de que más de un jugador genera dudas dentro de la entidad de Zurbano. Se espera como agua de mayo la vuelta de Tadas Sedekerskis y el aficionado que tanto vibró ante los gigantes griegos y sufrió contra el Breogán quiere creer que aún no es tarde para salvar la temporada. Habrá que seguir dando argumentos para reforzar su fe.
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