Regreso fúnebre sin respuestas a la debacle copera
Jugadores, técnicos y dirigentes no encuentran explicación a la mala imagen y la falta de competitividad del equipo en las dos finales
La tristeza más absoluta reinó de nuevo en el cuartel general del Athletic en la isla de La Cartuja. Los jugadores, dirigentes y entrenadores no ... dejaban de preguntarse sin hallar respuesta a los motivos de haber desaprovechado sin competir siquiera la gran oportunidad histórica de dos finales de Copa en quince días, cuando sí se había hecho en el choque decisivo de la Supercopa contra el Barcelona y en los duelos de la Liga contra el verdugo del sábado, uno de ellos el estreno de Marcelino García Toral en el banquillo. Ayer vivió un nuevo regreso con ambiente de funeral.
Después de otro partido penoso, los futbolistas llegaron pasada la media noche al hotel. Experimentaban una sensación aún más dolorosa que la de hace quince días. «Parecía difícil, pero el ambiente era incluso de mayor dolor que tras el día de la Real porque la sensación es que ahora no hay nada a lo que agarrarse», indicó un asistente.
Los familiares e invitados de la directiva esperaban a los jugadores a su regreso del campo en el hotel. Les hicieron un pasillo y ovacionaron. Muniain, que encabezaba el grupo, se acercó a su esposa y su hijo mayor, al que besó emocionado. Todos eran muy conscientes del durísimo golpe que habían encajado. Su reacción buscaba elevar los ánimos. Algunos de los presentes se alejaron del grupo porque entendían que no tenía sentido una ovación tras un 4-0.
Jugadores, técnicos, directivos e invitados del club se reunieron para cenar. Fue un maligno día de la marmota. «La atmósfera era de funeral», resumió de forma gráfica uno de los presentes.
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Los jugadores se retiraron rápido, pero los técnicos y los invitados prolongaron su presencia en el salón porque era el mejor sitio para una noche de insomnio. Marcelino había quedado muy tocado tras el día de la Real Sociedad. Su diagnóstico entonces fue que su equipo se quedó agarrotado y que le pesó la responsabilidad. Estaba tan abatido por lo sucedido que incluso pidió disculpas a algunas personas. Tras caer ante el Barcelona no le vio tan hundido. Su equipo dio de nuevo un pobrísimo nivel, pero esta vez fue aplastado además por la manifiesta superioridad del rival.
El apoyo de Elizegi
El presidente, Aitor Elizegi, estaba muy afectado también, aunque se mantuvo en su papel de anfitrión. El dirigente trasladó al entrenador el mensaje de que está muy satisfecho con su trabajo y que, por tanto, cuenta con su pleno apoyo.
🛬 Loiu
Athletic Club (@AthleticClub) April 18, 2021
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Los invitados comenzaron a abandonar el hotel ayer a las 10.00 horas de la mañana. Gestos de profunda tristeza. El Athletic ha tenido a la vista dos Copas y regresa sin ninguna.
En medio del dolor, hay personas en la junta que piden mirar hacia adelante, aunque se asume que es muy difícil levantarse tras caer dos veces de forma tan estrepitosa. «Hay que centrarse en la Liga. No es lo mismo acabar el nueve que el catorce», señaló un dirigente.
Con los rostros hundidos, los jugadores desfilaron hacia el autocar a las 10.30 horas. Media docena de hinchas les esperaban. Tenían claro que su papel era el de animar a los jugadores. «Cabeza arriba», les arengaba mientras aplaudía Manu, un joven seguidor de Minas de Ríotinto que llegó con su bandera rojiblanca. ¿Todavía tienen ganas de ovacionar a los jugadores? «Sí, claro. Gracias a ellos hemos jugado las finales». Algunos se detuvieron a fotografiarse con los hinchas.
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