Una prueba fallida en Alemania
Pretemporada ·
El Athletic cae goleado con el Stuttgart (4-0) en un partido que jugó una hora con chavales y sin titulares y en el que no enseñó nadaEl Athletic se fue a Alemania para testar la madurez de su fútbol a cinco días del comienzo de la Liga y salió escaldado ayer ... del MHPArena de Stuttgart, donde el conjunto local le pasó por encima, le endosó una goleada y regaló una tarde entretenida a los 50.000 espectadores que acudieron al campo. Ellos disfrutaron con su equipo, que se impuso con claridad sin hacer tampoco nada del otro mundo, mientras que los bilbaínos no dieron una a derechas y cerraron la pretemporada con un balance de tres victorias –Racing de Santander, Eibar y Osasuna– y cuatro derrotas –Burgos, Sporting de Portugal, Aston Villa y el propio Stuttgart–. En sus cuatro salidas, los vizcaínos han encajado 12 goles y marcado 3.
Si el partido se perfilaba como la prueba general antes del pistoletazo de salida liguero, con el Getafe en el horizonte, Valverde se encargó de rebajar enteros al test. ¿Cómo? Con una alineación infinitamente más próxima al «B» –así le gusta al técnico referirse al Bilbao Athletic– que a la del primer equipo. Hasta siete 'cachorros' se acomodaron en el once inicial, además de Martón, quien dispuso de la única ocasión en la primera parte. No había ningún titular indiscutible en la formación original, completada con Ander Herrera y Lekue como central, socio de Egiluz. Tal vez Txingurri no quería arriesgar con una convocatoria cogida con pinzas, huérfana de gente como Simón, Agirrezabala, De Marcos, Vivian, Yeray, Ruiz de Galarreta, Djaló y Nico Williams, entre otros, por lo que las conclusiones que pueden sacarse del simularco de partido perpetrado ante los alemanes hay que ponerlas en cuarentena y dejar el látigo en el trastero.
El Stuttgart pegó dos veces a la segunda unidad rojiblanca nada más saltar al 'verde' y la mandó a la lona. Al poco de empezar, Silas marcó con la espalda a la salida de un córner botado por Stenzel. Chabot ganó por arriba a Adama y el congoleño fue más listo que Unai Gómez para recoger la pelota y en un afortunado remate dorsal superar a Padilla. Tres minutos después, con Lekue y Adama mal colocados, el bosnio Demirovic por el que los alemanes pagaron 21 millones al Augsburgo recibió solo en el área un centro de Diehel e hizo el segundo. El Athletic no conseguía dar tres pases seguidos, el centro del campo brillaba por su ausencia y la presencia ofensiva solo podía catalogarse como nula.
Los bilbaínos apenas cruzaron la divisoria, afanados en contener al Stuttgart, que levantó un poco el pie con el tanto de Demirovic. La mejor y la única ocasión de los primeros 45 minutos la fabricó el joven Olabarrieta. Cabalgó por la derecha y sirvió un pase fantástico a Martón, quien se trabajó bien el espacio pero su remate, un tanto forzado por el agarrón de un defensa, salió fuera por poco. Fue todo el bagaje ofensivo de una alineación de circunstancias, que hizo lo que pudo con chavales llamados a jugar en la próxima Primera Federación o a salir cedidos, como es el caso de Hugo Rincón. Sorprendió que Valverde tardara hasta el minuto 60 en hacer los cambios, cuando Silas ya había hecho el doblete y los germanos iban 3-0. Metió a nueve hombres –solo conservó a Padilla y a Lekue– que sí estarán el jueves contra el Getafe. Eso sí, demasiado tarde como para variar el rumbo de un encuentro que incluso pudo cerrarse con una goleada mayor de los germanos.
Nada que hacer
Nada más salir de los vestuarios, un error de grueso calibre de Adama supuso el tercero del Stuttgart. Silas le robó la cartera, el reloj, la cadena de oro y la calderilla de los bolsillos, hasta la foto de su primera comunión, se hizo con el balón y tras quebrar a Lekue fusiló a Padilla. Los rojiblancos estaban en la lona, groguis, cuando Diehel perdonó el cuarto. Estrelló la pelota en el exterior de la red. Entonces Valverde reaccionó con un multicambio propio de hockey sobre hielo y dio entrada a nueve jugadores. Stiller asustó, Demirovic envió alto un balón que todo el mundo veía dentro y por fin dio señales de vida el Athletic. Un robo de Guruzeta supuso un pase de Berenguer a Sancet, quien se metió en el área y mandó el balón al cuarto anfiteatro. El navarro dispuso de otra ocasión poco después, en la que él solo se lo guisó y comió todo pero de nuevo definió mal en el área alemana.
El calvario tuvo su epílogo en el minuto 79, con una pérdida de Iñaki Williams, centro de Führich, cabezazo de Wooyeong –superó por arriba a Yuri– y la llegada y remate a placer de Woltemade para cerrar la goleada. ¿Lo mejor? El jueves empieza la Liga, y eso será otra historia.
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