Un mal menor para el Athletic
Es enervante la acreditada falta de pericia para superar a los equipos que se cierran
El Athletic salió con una alineación bastante sorprendente. Es verdad que vuelve a jugar el jueves, es decir, con dos días menos de descanso que ... el Betis, por lo que se puede entender que se quedaran en el banquillo Nico y De Marcos, que tenían molestias. La decisión más llamativa fue la titularidad de Agirrezabala, y no parece descabellado pensar que era una advertencia a Unai Simón por su grosero error en el partido anterior. A mí me parece bien que ningún futbolista se crea indispensable y en cambio sepa que el puesto hay que ganárselo todos los días. La peculiar limitación del Athletic en el mercado de fichajes puede originar en algunos futbolistas la percepción de que tienen seguro el puesto por falta de competencia, lo que ha resultado muy perjudicial en muchos casos y en todas las épocas, no hace falta dar nombres, que cada uno piense en los que quiera.
Se diría que debo explicar mejor la opinión siendo como soy, y sigo siendo, partidario, como saben mis pacientes lectores, de que en la Copa, como en la Liga, juegue el titular en la portería, como jugaron Ter Stegen y Courtois en la otra semifinal, siendo para ellos una competición de segundo nivel. Mi argumento viene de que la Copa es la competición más importante a la que tiene acceso el Athletic y, por tanto, debería jugar siempre con los titulares habituales en todas las posiciones, incluida la portería. No entro en quién debe ser el titular, esa decisión naturalmente le corresponde al entrenador, pero que juegue el mejor, o el que mejor esté en ese momento, no por repartos proporcionales para tener contenta a la plantilla. No sé si Unai Simón habría parado el gol de Abde, que no fue para tanto, incluso el de Griezmann, quien televisó, aunque le pegó más fuerte, hacia dónde iría el balón, pero entiendo que vaya al banquillo después del regalo que hizo a Yeray y el Sevilla.
Es verdad que Yeray no miraba, como Berchiche tampoco lo hacía en una jugada ante el Mallorca. Es algo bastante inexplicable, cuando los aficionados no perdemos ni un instante de vista el balón. Yeray también fue sustituido tras un nuevo gol de cine cómico. Lee se va como quiere de un lento y blando Vesga, abre a la derecha desde donde envían un centro largo a Muriqi. Van como locos Vivian y Paredes, y dejan solo a Lee, quien chuta sin ninguna precisión, pero la cuela entre las piernas de Yeray y la estirada de Agirrezabala. Como en esas pelotas en el frontón a las que no llegan, el uno por el otro, el delantero ni el zaguero.
En el primer tiempo el Athletic tuvo la posesión, pero no inquietó gran cosa (el Mallorca jugaba a ceder el balón para salir a la contra). En el segundo tuvo diez minutos de caraja que hicieron temer por el partido, rescatado a última hora por la pelea incansable de Raúl y la serenidad de Iñaki ante el penalti. Pero es bastante enervante para el aficionado la serie de centros cruzados a ver si hay suerte, la acreditada falta de pericia para superar a los equipos que se cierran, la sensación de que el equipo no va a encontrar la manera de ganarle a nadie.
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