El Athletic quiere su cuarto puesto
Fútbol ·
La entrada al campo de Sancet y Adama mejoró a su equipo en un partido que había sido demasiado espesoJuan Carlos Latxaga
Bilbao
Viernes, 16 de mayo 2025, 00:29
Bordalás había situado la víspera el partido en sus justos términos: «Obviamente mañana es un partido muy importante para nosotros; ya sé que para el ... rival también, pero para nosotros es muy, muy, muy importante, puesto que tenemos también en juego algo muy importante».
Demóstenes no lo hubiera explicado mejor. Estaba claro que el choque entre el Getafe y el Athletic era, sobre el papel, muy importante, incluso el triple de importante para los locales si nos atenemos a la insistencia de su entrenador en el empleo del adverbio. Valverde suele ser menos expresivo, pero no es descabellado suponer que también otorgaría a este partido una gran trascendencia, teniendo en cuenta que, calculadora en mano, su equipo empezaba el choque a un punto de amarrar la Champions League, pero con la necesidad de sumar los tres para seguir manteniendo a raya a ese Villarreal de Marcelino que, con muchos menos partidos en las piernas, ha llegado muy fresco al tramo decisivo.
Un punto dejaba también a los locales a seis de sus vecinos de Leganés, los mismos que faltan por disputarse, aunque el average particular favorable a los pepineros y un calendario que les lleva a jugar contra dos equipos descendidos daba sentido a la valoración previa de Bordalás.
Aunque en términos estrictamente comerciales el empate podía ser un buen negocio para los dos equipos, primaron los criterios futbolísticos y, pese a que los porteros tuvieron una noche tranquila, sus compañeros de campo buscaron la victoria aunque lo disimularon bastante bien a base de fallar pases y perderse en choques incomprensibles.
Las circunstancias de los últimos tiempos obligaban a Valverde a un nuevo ejercicio de imaginación para armar la parte ofensiva de su equipo. El peso de la temporada ha caído a plomo sobre la piernas de sus jugadores y hasta de Iñaki Williams, que parecía de acero inoxidable ha terminado sucumbiendo.
Así que el Athletic empezó el partido con una delantera que hace un par de semanas calificamos de insólita pero que se ha convertido en habitual en los tres últimos partidos. Por desgracia, su rendimiento, en términos estrictamente futbolísticos fue el habitual, o sea, entre escaso y nulo. En términos laborales, nada que objetar, como siempre; este equipo es un continuo homenaje a Stajanov.
Después de un primer tiempo que fue un ladrillo, la mazamorra empezó a parecerse a un partido de fútbol tras el descanso. Sobre todo después de los cambios, cuando Sancet y Adama sustituyeron a Maroan y Unai Gómez que se habían partido el pecho pero apenas habían visto el balón.
Jauregizar encontró por fin un socio para mover la pelota, Berenguer también veía más cerca caras amigas capaces de sacar partido de su despliegue y el equipo dio un paso adelante cada vez más convencido de que podía extraer petróleo de aquel erial. Como por ensalmo, el Athletic empezó a trasladar al césped la diferencia de nivel entre un aspirante a la Champions y un equipo metido en el lío del descenso y que anoche perdía su sexto partido consecutivo.
La inventiva de Valverde para ir armando una delantera casi sin delanteros, le llevó a situar al joven Adama Boiro en el extremo izquierdo, haciéndole transitar en sentido inverso el camino que tantos extremos han recorrido hasta el lateral. El chaval, un defensa con recorrido, no le hizo ascos a jugar unos metros más adelante y colaboró en la mejoría que experimentó el equipo.
Hasta Guruzeta despertó a tiempo después de dos remates fallidos y de tres meses de sequía y abrió el marcador con uno de esos disparos que el año pasado le salían casi sin querer y había olvidado este curso. El gol sentenció el partido y selló el billete para la Champions. Por si acaso, Vivián hizo un duplicado unos minutos después para que el trámite quedara definitivamente cerrado.
Tenía razón Bordalás cuando dijo la víspera que el partido era muy importante porque había cosas muy importantes en juego. Pero no solo lo era para su equipo. También el Athletic se jugaba muchísimo y supo superar no solo las limitaciones que le están lastrando en este final de temporada, sino también la presión del Villarreal para sumar tres puntos que le siguen dando ventaja para defender ese cuarto puesto que ocupa desde Navidad y que quiere que sea suyo cuando dentro de diez días termine la competición.
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