El fichaje de Laporte y el concepto de cerca y lejos del director de fútbol del Athletic
Hay veces que, para decir lo que se dice, es mejor estar callado. Después de ese partido que, como comenta Valverde, no fue el mejor de la historia del fútbol, ... ni estuvo cerca, aunque no dejó un regusto demasiado amargo porque el Athletic lo supo jugar con suficiente empaque para, al menos, sacar un punto, me llegan las declaraciones de Mikel González antes del partido, en las que parecía sentirse satisfecho por haber estado «cerquísima» de fichar a Aymeric Laporte, aunque reconociendo que no le habían hecho ninguna oferta.
El concepto lejos-cerca es muy relativo por muy bien que lo explicaran Epi y Blas. Así, Palma de Mallorca está cerca de Bilbao si lo comparamos con la distancia que nos separa de Brisbane, en Australia, pero queda lejos si estamos hablando de Erandio como destino alternativo. ¿Que Erandio no ofrece los atractivos veraniegos de Palma? Es cierto, pero está más cerca de Bilbao y esa es una afirmación irrefutable.
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Así que decir que Laporte ha estado cerca, teniendo en cuenta la oferta por la que se decantó, es un tanto exagerado. La ocasión en la que más cerca ha estado el jugador del Athletic en los últimos tiempos fue cuando su mujer dio a luz en la clínica de Zorrozaurre y padre, madre e hijo se hicieron una fotografía con San Mamés de fondo.
Además, por muy cerca que haya estado, ya no está, así que contar lo que pasó o no pasó es absurdo. En la vorágine del cierre del mercado, el Athletic no incorporó a ningún jugador y esa es la única realidad. Buena o mala, depende de cómo se mire. Las palabras de González recuerdan bastante al balance de fin de temporada, en el que él también intervino, y en el que se trató de convencer a la concurrencia de que los datos recogidos en los ordenadores de las mentes pensantes del club, eran magníficos; que no se metieron más goles por auténtica mala fortuna, que no había ningún otro equipo con estadísticas más aseadas. Vinieron a decir que el octavo puesto de la clasificación no reflejaba lo que el Athletic había hecho sobre el césped. Más o menos, que era la clasificación la que estaba equivocada y no el big data.
Mejor centrémonos en lo que hay y no en lo que pudo haber. Son tan voluntaristas las palabras del director de fútbol, que no merecen la pena tenerlas en cuenta. Todos hemos pensado alguna vez que podríamos ser ricos si se nos llega a ocurrir la combinación ganadora de la primitiva. Que el club se deje de declaraciones huecas y se centre en lo importante, que pasa, entre otras cosas, por atar definitivamente la renovación de Nico Williams. Porque después de un partido se puede comentar el disparo cruzado de Sancet que rozó el poste, o las ocasiones que tuvo el Athletic en la primera parte sobre todo, pero a sabiendas de que de nada servirá ver una docena de veces el resumen del partido, porque el tiro no cambiará de dirección por mucho que lo deseemos.
Pues eso. Aunque podamos cuestionar las declaraciones de Ernesto Valverde en las que decía que el Mallorca-Athletic no había sido uno de los mejores partidos de la historia. Bueno, depende. Como en el concepto de cerca que utilizó Mikel González. Si hacemos un listado con los diez mil mejores partidos de todos los tiempos, el truño que protagonizaron los dos equipos podría incluirse en esa relación tan laxa. Como la cercanía entre Bilbao y Brisbane, que más lejos está Marte.
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