La plantilla más completa
Los fichajes de Areso y Laporte son claves para reforzar a un grupo fuerte y con la moral muy alta
Por lo temperamentales pero a la vez inofensivos que acostumbran a ser, los debates más divertidos entre los aficionados de un club son los que ... se producen por juicios comparativos sobre la calidad del equipo o de la plantilla en distintas épocas. Así como las discusiones sobre futbolistas concretos han sido siempre enconadas -en el Athletic empezaron de una forma agria con el propio Pichichi, con lo que está dicho todo-, discutir sobre si el Athletic de mister Pentland fue el mejor de la historia o lo fueron el de Juanito Urquizu o los 'once aldeanos' o incluso el de Clemente resulta casi gratificante. En el fondo, no dejan de ser ceremonias festivas y autorreferenciales de la tribu athleticzale cuando está de buen humor y se pone a charlar y a bailar alrededor del fuego.
Es lógico, por tanto, que estos días veraniegos, mientras comienza a perfilarse la próxima temporada, se esté hablando tanto de la actual plantilla. ¿Dónde la situamos en la comparativa histórica? Por supuesto, hay opiniones para todos los gustos. No podría ser de otra manera teniendo en cuenta que las referencias y conocimientos de los aficionados son tan distintos -por no hablar de su memoria- y que comparar épocas es siempre un ejercicio muy complicado, la mayoría de las veces abocado no sé si al fracaso pero sí a la injusticia.
¿Dónde se pone el foco principal del juicio de valor? Los defensores de la estricta contabilidad dirán que en los títulos, de manera que para ellos no hay discusión: ningún Athletic fue mejor que el que forjó mister Pentland, cuya obra continuaron Patricio Caicedo y Williams Garbutt, es decir, el de los años treinta anteriores a la Guerra Civil. Sin embargo, si se va más allá y uno se detiene a valorar la dificultad de las conquistas puede cambiar de opinión. Porque el equipo de los años cuarenta tuvo el mérito de nacer de una reconstrucción total en la postguerra y el de los cincuenta, de llevarse una Liga y dos Copas cuando en España dominaban el Real Madrid de Di Stefano y el Barça de Kubala. Y qué decir de los campeones de los ochenta, vencedores cuando en el resto de los clubes ya había dos extranjeros y los grandes hacían fichajes de campanillas.
Llegados a este punto hay que intercalar un matiz que resulta conveniente cuando vamos a meter en la comparación a la tropa de Valverde. Y es que una cosa es hablar del equipo y otra de la plantilla. Vamos, que una cosa es el uniforme de gala y otra la profundidad del armario. En ese sentido, se puede sostener que los grandes Athletic de la historia -y a los ya citados se les puede añadir el de Koldo Aguirre y el de Bielsa en su primera temporada- son superiores al actual en lo que se refiere al once titular. Ahora bien, probablemente ninguno de ellos lo fuera en lo que se refiere al nivel global de la plantilla.
Es cierto que esta equiparación no puede ser muy científica, por decirlo de alguna manera. La razón principal es que la normativa de los cambios, que al final son la mejor forma de calcular la profundidad de las plantillas, ha variado mucho a lo largo de la historia. Durante décadas no hubo sustituciones y en un momento dado se permitió sólo la del portero. Hasta 1969 no se introdujo la regla de los dos relevos, que pasaron a ser tres en 1995 y cinco en 2019. Si a esto se añade que en el siglo XXI la cifra de partidos que disputa un equipo ha aumentado considerablemente respecto a la centuria anterior, lo que decíamos: se hace muy difícil comparar. Para hacerlo hay que mostrar una cierta osadía y aceptar que los resultados siempre son relativos.
Alternativas sólidas
Me pongo a ello con espíritu aventurero y digo que, de lograr las incorporaciones de Laporte y Areso, dos futbolistas que elevarían el listón competitivo de una defensa que sin ellos ya ha tenido unas prestaciones magníficas, esta plantilla de Valverde sería la más completa que recuerdo. Por supuesto que tiene algunas posiciones que flojean un poco, como la del media punta o el delantero centro. En la primera, porque Sancet no tiene un relevo que haga olvidar sus ausencias, y en la segunda porque Guruzeta y Maroan no son precisamente Llorente o Aduriz, por citar a los dos últimos arietes rojiblancos que marcaron la diferencia. Pese a todo, creo que es el plantel que más alternativas sólidas ofrece a su entrenador a la hora de realizar rotaciones de forma continua sin que el rendimiento del equipo se resienta.
Valverde dispone de un grupo fuerte y compacto al que, además, se le supone una estabilidad rocosa, ya que todos los futbolistas, desde luego los más importantes, están atados y bien atados con contratos largos. Por otro lado, el hecho de conservar a Nico Williams a última hora, cuando ya parecía en el Barça bailando sardanas, y de hacer dos grandes fichajes seguro que elevaría todavía más la moral a un Athletic que, además de todo lo dicho, ya no tiene la espina clavada de no ser campeón desde hace cuarenta años.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión