Iván Martín, el bilbaíno que es una pieza fundamental del Girona líder
El mediocentro nació en la capital vizcaína cuando su padre, guardia civil, estaba destinado en ella y lleva años en el radar del Athletic
«Iván es el gran desconocido del equipo». Así define Miguel Ángel Sánchez 'Míchel', a su jugador Iván Martín (Bilbao, 24 años). «Genera espacios y ... siempre da salidas a sus compañeros. Siempre tiene una respuesta. La que siempre debe. Tenerlo en propiedad es espectacular». Los elogios no vienen de cualquiera. Míchel es el entrenador del momento en Primera.
Este liderato que asombra en Europa ha llenado de alabanzas a jugadores como Dovbyk, Savio, Aleix García o Yangel Herrera, pero pasa de largo por futbolistas como el centrocampista multiusos Iván Martín, titular en doce de los trece partidos y autor de tres goles.
«Ese papel de estar más en la sombra y que no se hable tanto de mí, no me desagrada. Al final lo importante es contar por el míster y jugar todos los partidos», dijo hacer tres días a 'Diari de Girona'.
Martín es un jugador que lleva tiempo en el radar del Athletic. Este periódico reveló el pasado verano que Ibaigane sondeó al Villarreal, propietario en aquel momento del jugador, sobre las opciones de ficharle, aunque finalmente el que lo contrató fue el Girona, en donde había jugado cedido.
«Sergio Moya (entonces en el Villarreal y hoy en el Mallorca) me comentó que hubo opciones en su momento cuando estaba en la cantera del Villarreal. Se oía que era un jugador que les interesaba», explica Juan Andrés 'Lucho' Herrera, uno de los entrenadores más importantes de su carrera. Fueron años en los que, según las fuentes consultadas, su agente se dirigió en un par de ocasiones al Athletic, pero no hubo ningún paso adelante a por él.
Herrera le empezó a entrenar en alevines en la ciudad murciana de Torre-Pacheco y explica sus primeros pasos en el fútbol. «Nació en Bilbao porque su padre, que era guardia civil, estaba destinado allí». Su progenitor era madrileño y su madre burgalesa. «Cuando su padre llegó destinado aquí, vino al club con seis años», evoca su presidente, Gregorio García. Hoy en la ciudad murciana de 38.000 habitantes sólo queda un hermano de la familia.
«Aquí empezó a destacar en benjamines. En su segundo año en la categoría ya le pusimos a jugar con los alevines. Era un zurdo cerrado que podía jugar en todas las posiciones», indica Herrera.
El Torre-Pacheco es una potencia del fútbol base. «Este año tenemos 530 jugadores. Hemos tenido que poner el cartel de que no admitimos más», se felicita su presidente.
«La medalla es tuya»
El club murciano trabaja desde 2010 para el Villarreal, del que es convenido y cuyo escudo lucen los jugadores de cantera. Esta relación abrió a Martín la puerta del club castellonense, que comenzó a reclutarle para torneos.
Pero el Villarreal no lo veía claro. Herrera insistió en que lo ficharan. El Almería vio las dudas amarillas y se metió por medio para captarlo. «Sergio Moya me dijo si alguien se tiene que poner la medalla de Iván eres tú, porque no todos veíamos que iba a llegar al fútbol profesional».
En categoría infantil firmó por el Villarreal, a cuya residencia se fue a vivir. «Lo pasó muy mal. Llamaba a su padre los primeras meses para que fuera por él», cuenta Herrera. Estaba tan unido a su ciudad que en sus primeros años jugaba con el nombre de Pacheco a la espalda.
Una vez asentado, comenzó a crecer en el club de Castellón. «Era un jugador que llamaba la atención, entre otras cosas porque calzaba un 46 de pie», dice el presidente. La selección española le llamó. Jugó 9 partidos con la sub'16, 12 con la sub'17, dos con la sub'18 y otros tantos con la sub'19.
Tras jugar en Segunda B con el Villarreal B comienza las cesiones para testarle. Brilla en el Mirandés (33 partidos y 4 goles) en 2020-21 en su debut en Segunda A. Eso le permite saltar al siguiente curso a Primera. Va al Alavés, en donde le espera en el banquillo Javi Calleja, con el que ha jugado en el club amarillo. Las cosas no salen. Apenas juega seis partidos y a finales de enero, un mes después de la llegada de José Luis Mendilibar al banquillo vitoriano, abandona el club con destino al Girona, que estaba en Segunda A.
En la primera campaña se lesiona el día en el que su equipo logra el ascenso en Tenerife, pero Míchel insiste en que se quede a su lado en Primera como cedido por el Villarreal. Es baja por su fractura de peroné y suplente en los seis primero partidos, pero a partir de la jornada 13 coge vuelo. Fue titular en 20 partidos.
El Girona se lo queda
Es un comodín para Míchel, que lo emplea como extremo derecho, mediocentro o mediopunta. El técnico pide a su club que se lo quede en propiedad. Hay miedo a que se entrometa el Athletic, pero el Girona se mueve rápido. El Villarreal ejecuta la cláusula de rescisión de Ramón Terrats por 2,5 millones y los catalanes invierten buena parte de esa cantidad por quedárselo a cambio de dos millones, una ganga visto su rendimiento. Eso sí, el Villarreal no le pierde de vista. Se reservó una opción de recompra y un porcentaje de un futuro traspaso.
Es feliz en la ciudad catalana. «No puedo jugar cualquier tipo de fútbol. O está la pelota por el suelo y combinamos entre todos o no juego», se sinceró esta semana. El «gran desconocido» está en su mejor momento con el Athletic al tanto.
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