En riesgo la inscripción de Laporte porque el Al-Nassr envió tarde la documentación

La situación es estudiada por la FIFA, que dará una respuesta en breve. El jugador, que ya está en Bilbao, espera expectante. El Athletic emplea contrarreloj todos los recursos y contactos a su alcance para encauzar una situación de salida muy complicada.

El problema se sitúa en que el Al-Nassr no subió a tiempo (antes de las 23.59,59 del lunes) los documentos al Sistema de Correlación de Transferencias (TMS, por sus siglas en inglés) de la FIFA. Se trata de una plataforma on line para certificar los traspasos internacionales. Cuando se hace una operación, el vendedor y el comprador dan los datos de la misma. Si ambas versiones coinciden, se da el ok. El problema es que hay un plazo estricto que no se ha cumplido por los saudíes.

Las fuentes del Athletic consultadas por EL CORREO destacan que el club subió a tiempo sus documentos y que ahora queda a la espera de que la FIFA y la Federación resuelvan el caso. Eso sí, el club no garantiza que los papeles saudíes entraran en hora.

El tiempo apremia en Ibaigane, que trabaja a destajo para desbloquear la situación. El club debe hacer una doble inscripción al jugador, para las competiciones nacionales ante LaLiga y para la Champions en la UEFA. El plazo de este torneo concluía a medianoche de ayer. Si la UEFA no le admite, se quedará sin jugar la fase de grupos y sólo participaría a partir de una posible primera eliminatoria. En España estaría inactivo hasta la apertura del mercado de enero.

El club confía en que si la FIFA le da la razón, la UEFA permitirá la inscripción con el argumento de que su recurso fue presentado antes del final del plazo.

Esta situación de futbolistas sin poderse inscribir ya se ha dado otras veces en el fútbol español. Le sucedió al Real Madrid con el portero De Gea en 2015, al Leicester con Adrien Silva (Sporting Lisboa) y al Eibar en dos ocasiones, con Páez y Kike García. El primero no fichó finalmente y los otros tres estuvieron sin jugar. Los recursos ante la FIFA y el TAS no sirvieron de nada.

Todo parecía resuelto a última hora del lunes. A pocas horas de que se cerrara el mercado de fichajes, la operación se había desbloqueado al solventarse el escollo más complicado para el regreso de Laporte a Bilbao siete años y medio después. El central y el Al-Nassr llegaron a un acuerdo para rescindir su último año de contrato.

La propia patronal le dio por fichado en una noticia que redactó, pero que retiró poco después. De hecho, desde el departamento de comunicación de LaLiga se dijo a los periodistas que cubrían la información de los traspasos que «todo el papeleo es correcto y Laporte ya es jugador del Athletic». Pero la realidad es que el central internacional es el único fichaje a la espera de inscripción. La Real Sociedad, sin ir más lejos, cerró el lunes una operación internacional con Carlos Soler (PSG francés) y el jugador ya ha sido presentado.

Fuentes de la FIFA advierten de que el Athletic ha hecho todo lo posible por solucionar el asunto, que no es culpable, pero avisan de que la única salida al caso es aplicar una excepción. El problema es que la lógica dice que si se da una salida honrosa a los rojiblancos en próximos mercados la FIFA puede verse forzada a hacer lo mismo con otros clubes en situación similar.

Al Athletic sólo le queda esperar. Pero el temor es enorme porque el fichaje estrella destinado a poner remedio a la falta de efectivos en el centro de la defensa se encuentra de repente en entredicho. Una de las cuestiones más sorprendentes del caso es que la crisis ha estallado poco después de que el Athletic entrara en la última parte de la operación para desatascar el caso con un acuerdo de traspaso con el Al-Nassr.

El Athletic ha pagado diez millones por el traspaso y ha firmado con el central internacional un contrato por tres temporadas a cambio de algo más de cuatro millones netos por curso, según fuentes cercanas al club rojiblanco consultadas por EL CORREO. Su nuevo contrato supone que el central pasará a cobrar en torno a un 80% menos que en Arabia, en donde tenía firmados 25 millones limpios por campaña.

La entidad rojiblanza ingresó 65 millones en enero de 2018 por el jugador. El coste total de la operación se va al entorno de los 34 millones. El jugador cobrará ocho millones brutos por campaña, lo que supone un total de 24 por los tres cursos, a los que hay que añadir el traspaso. Esta ficha no lleva a Laporte a la parte más alta de la plantilla. Los hermanos Williams están muy por encima de lo que va a ingresar el francés, y Sancet también le supera.

El club tenía claro que debía hacer un esfuerzo por Laporte, el central señalado por Ernesto Valverde para elevar el nivel competitivo del eje de la retaguardia. Es, junto a Berchiche, el único rojiblanco que ha jugado en Champions, un torneo que además ganó con el Manchester City.

La salida de Laporte del Al-Nassr se cerró con dos negociaciones que se desarrollaron a la vez y que finalmente se cruzaron. De un lado, había que resolver el año de contrato que le quedaba al central. El club árabe no le quería y él estaba deseando irse para volver al Athletic tras decir no a Villarreal, Bayer Leverkusen, Nápoles, Como y Olympique Marsella. Las dos partes estaban condenadas a entenderse, pero el proceso negociador ha sido muy largo.

El futbolista estaba representado en las conversaciones por el abogado de un despacho con sede en Bilbao. El Athletic, sin embargo, siguió las negociaciones desde la distancia sin enviar a ningún representante a Arabia Saudí. La negociación fue muy dura y se fue al último momento. Los saudíes son muy complicados en estas situaciones. El Fondo de Inversión Pública, perteneciente al Gobierno del país, es propietario del 60% de los cuatro principales clubes, entre ellos el Al-Nassr. Es con ellos con quien hay que sentarse, lo que dificulta los procesos.