La fortaleza de la estabilidad
A diferencia de otros equipos, un 80% de la plantilla del Athletic se mantiene año tras año, lo que la convierte en la más consolidada de la Liga
En una entrevista que concedió la semana pasada a Marcelino García Toral le preguntaron sobre la posible marcha de Ayoze al Atlético de Madrid y, ... en general, sobre los cambios que podrían producirse en su plantilla de cara a la próxima temporada. El técnico asturiano del Villarreal tiró de resignación cristiana y aseguró que, después de más de dos décadas en los banquillos, ya estaba acostumbrado a que los veranos fueran para él un sinvivir de entradas y salidas de jugadores. Eso sí, una vez dicho esto, no se olvidó de destacar una excepción: el Athletic. Sólo en Bilbao, vino a decir, estuvo tranquilo en la pretemporada sabiendo que su plantilla no podía ser más estable y que, de haber fluctuaciones, éstas serían mínimas.
Las palabras de Marcelino pusieron el acento en uno de los valores que más distinguen al equipo rojiblanco y que más se aprecian en esta época del año, una vez terminadas las competiciones de clubes. Y que no deja de ser una de las consecuencias más beneficiosas de la filosofía del Athletic. Hablamos de la estabilidad de su plantilla, de la permanencia año tras año de unos cimientos sólidos. Frente a los movimientos a veces sísmicos y hasta desmadres que se ven en algunos clubes, donde a principios de julio el entrenador no sabe ni si se va a quedar el utillero, el Athletic es una balsa de aceite.
El dato
19 futbolistas
se mantuvieron en la plantilla para la campaña que acaba de concluir
Los cambios son contados. Esta es una percepción general ya instalada en el club, pero nunca está de más sostenerla con algunos datos: entre la temporada 2021-22 y la 2024-25, el número de jugadores de la plantilla que se han mantenido de una campaña a la siguiente ha sido de 22, 23, 19 y 19. Si los planteles tienen una media de 26 componentes, hablamos de un porcentaje de continuidad del 80%. O visto de otra manera: sólo hay un 20% que fluctúa, que es casi lo mínimo que puede variar una plantilla de un año a otro ya que siempre habrá futbolistas que se retiren, no renueven o salgan cedidos, y otros entren en su lugar. Vamos, que algo de aire nuevo siempre tiene que entrar. Y es que una cosa es la estabilidad y otra la inmovilidad.
El Athletic siempre ha sentido que la continuidad tan alta de sus jugadores es una de sus grandes fortalezas. El equipo mejora cuando los lazos de unión de los futbolistas se han hecho fuertes a base de tiempo de trabajo en común y experiencias compartidas. El espíritu de cuadrilla del que tanto presumen los rojiblancos -y que demuestran con planes como ese viaje de todo el grupo a Mikonos- tiene mucho que ver con esa larga convivencia. Y no solo eso: la estabilidad, como es fácil de comprender, es clave para que un estilo de juego se consolide y un equipo progrese. De ahí que, si algo temen los entrenadores, son esas pretemporadas agitadas en las que se encuentran de repente con más de una docena de jugadores nuevos a quienes tienen que enseñarles su librillo desde la primera página.
Música de Champions
Si pensamos en la próxima temporada ya podemos dar por descontado que, salvo sorpresa, 22 de los actuales futbolistas de Valverde continuarán. (No incluimos en la lista a los cedidos Padilla, que parece que prolongará su cesión en los Pumas, Martón, Adu Ares y Nico Serrano, cuyo futuro es una incógnita). Las dos únicas bajas serían las de De Marcos y Nuñez, que vuelve al Celta, no se sabe si con posibilidad de regresar. Dependerá quizá de si acaba realizándose la 'operación Laporte'. Djaló parece que seguirá. Desde luego, eso es lo que se trasluce de las palabras de Mikel González el jueves en rueda de prensa, cuando mostró su deseo de que la próxima campaña el exfutbolista del Braga vuelva a ser el que fue en la Liga portuguesa.
Seguro que el técnico rojiblanco agradece la continuidad de un grupo que ha funcionado tan bien. No le gustan a Valverde los cambios. Quiere pocos pero buenos, que eleven el nivel de la plantilla. Areso y Laporte, por ejemplo. La renovación de Lekue pese a ser el vigésimo futbolista en minutos es un ejemplo de cómo valoran el técnico rojiblanco y la dirección deportiva la experiencia y el ascendente sobre el grupo de un jugador que será el segundo capitán del equipo en una temporada de la que ya empieza a escucharse la música de la Champions.
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