Yuri certifica con un golazo que llegará perfecto a la cita con la Real
El lateral batió a Marko Dmitrovic de una soberbia volea y estrenó su cuenta anotadora en este curso, que estabaen blanco desde hace más de un año
Lo celebró con rabia, lanzando un puñetazo al aire. Gritó. Sonido de liberación, de alguien que necesitaba regalarse una alegría. Yuri Berchiche abrió este sábado ... el marcador en el derbi contra el Eibar con una soberbia volea, uno de esos remates que gusta ver una y otra vez y regodearse en su perfección. El balón que cae, el cuerpo inclinado lo justo para dibujar el mejor ángulo y el zapatazo con la zurda que entra como un obús en la portería defendida por Marko Dmitrovic. Nada pudo hacer el guardameta armero ante semejante obra de arte, simplemente admirarla y maldecirla a la vez. El lateral se fue corriendo hacia su banda a celebrarlo, primero solo y luego con sus compañeros. Un misil acababa de ser disparado en San Mamés y anunciaba que el defensa llegará perfecto a la final contra la Real.
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Yuri lleva un año difícil, marcado por su infección de coronavirus y los posteriores mareos que le metieron miedo en el cuerpo. Un tipo joven, deportista de élite, físicamente perfecto, dominado por una sensación de inestabilidad que le hizo abandonar dos partidos en el descanso. Pruebas y más pruebas, con una lesión muscular leve de por medio sufrida a primeros de enero, le tenían en alerta y pendiente de las señales que le mandaba el cuerpo. Poco a poco ha ido dejando atrás las secuelas del virus y recuerda al que era antes, un cuchillo por la banda izquierda y un defensa con gol. Una gran noticia para el Athletic, que le necesitará en su cita con la historia.
No tardó nada en tirar el muro armero. Un saque de banda en el costado derecho terminó con el balón en las botas de De Marcos, quien puso un centró en el área. Allí estaba Yuri, disfrazado de ejecutor. Enganchó la volea y casi descosió la red. Puñetazo al aire, gritos de alivio. Volvió a marcar más de un año después. Su último tanto estaba fechado en el 5 de marzo de 2020, cuando metió al Athletic en la final de la Copa en el campo del Granada. Desde entonces, la nada, el silencio, roto este sábado con un disparo perfecto. Muniain fue el primero en correr a abrazarle, a decirle que echaban de menos su dinamita. 27 encuentros más tarde, el de Zarautz celebró de nuevo una diana. Le supo a gloria, justo lo que buscará su equipo en abril.
«Llegan partidos importantes»
A la conclusión del partido, todavía con las pulsaciones disparadas, Yuri no habló de su gol, sino del equipo. Cuestión de prioridades. No puso paños calientes a la actuación coral rojiblanca, sino que abrazó análisis puro y duro. «Sabemos que no ha sido nuestro mejor partido», comentó el guipuzcoano, contrariado por no haber podido conseguir la victoria. «Nuestro gol nos ha relajado un puntito y ellos, quizás por la situación en la que están, han metido más intensidad. Sin sufrir excesivamente, han sido mejores que nosotros», dijo en alusión a los primeros 45 minutos.
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El decorado cambió en la reanudación, con un Athletic más incisivo y peligroso, afanado en embotellar al Eibar y buscar el gol de la victoria. Si no llegó fue por la falta de puntería en los metros de la verdad. «Nos ha faltado el último pase arriba, definir, ese punto de calidad para terminar las jugadas», diagnosticó Yuri. «La sensaciones son un poco amargas -el Athletic de Marcelino solo ha sacado 14 de los 33 puntos en juego-, pero sabemos lo que nos viene. Debemos prepararnos a tope porque llegan partidos muy importantes».
El lateral piensa en La Cartuja, en el histórico derbi contra su exequipo. «Ahora, a descansar, y luego a entrenar para preparar a tope la final contra la Real. Vienen dos semanas importantes». Tanto que cuesta explicarlo con palabras.
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