Baño de multitudes en Lezama en el primer entrenamiento del nuevo Athletic

La afición, sobre todo los más pequeños, tiene ganas de Athletic. El primer entrenamiento de la escuadra de Ernesto Valverde se transformó este jueves en un baño de masas, con la presencia de alrededor de 2.000 aficionados que ocuparon casi cada hueco que existe en las instalaciones de Lezama: se sentaron en la grada reservada para los espectadores –caben unos 500–, pero también se colocaron en los dos fondos del campo 1, algo que no suele ser habitual. Los hermanos Williams fueron los más aclamados por unos hinchas que recibieron al equipo con aplausos cuando apareció, puntual, a las seis de la tarde, por el túnel de vestuarios. El bloque vizcaíno se los devolvió.

Pero una hora antes, a eso de las cinco, ya había familias esperando en la entrada reservada para los futbolistas en las instalaciones de la factoría rojiblanca. A la caza de una fotografía, de un autógrafo... De un recuerdo de esos deportistas que, para los niños y las niñas, son referentes, los ídolos a los que desean imitar el día de mañana: pisar San Mamés, vestir la camiseta rojiblanca...

Aguardaban a la puerta y cada vez que se aproximaba un coche, comenzaban las preguntas. «¿Quién es? ¿Quién es?».Si era un futbolista, pedían que parase. Y la mayoría de los profesionales agradecía ese gesto de los aficionados.Se detenían, se tomaban imágenes, estampaban su firma en papeles, en cromos y en camisetas... Todo por una sonrisa. Guruzeta fue uno de los primeros. «¡Qué paciencia tenéis!», le soltó una madre. Le siguieron Berenguer, Yeray, Vencedor, Petxarroman, Nico Williams, que se excusó y prometió que al término del entrenamiento les dedicaría tiempo.

Porque llegaba la hora esperada por los atheticzales.La de la sesión de una plantilla que estrenó sobre el césped una llamativa camiseta color rosa combinada con unos pantalones azules. Un bloque que se ha quedado sin uno de sus referentes, Iñigo Martínez. Y muchos espectadores situaban en la centro de la zaga la zona a reforzar de aquí a final del mercado de verano. «Se ha ido Iñigo y en defensa tenemos que hacer fichajes», pedía Ibai, que se desplazó a las instalaciones vizcaínas junto a su hermano Unai. Compartía opinión. «Ahora que se ha ido Iñigo en defensa estamos jodidos», lanzó. Eso sí, es optimista. «Yo creo que los jóvenes pueden dar un paso adelante».

Entre ellos Nico Williams, uno de los futbolistas más aclamados este jueves. Aunque el primero que recibió un grito de apoyo fue el entrenador. «¡Vamos Txingurri!», se oyó desde la grada cuando surgió la plantilla rojiblanca del interior del nuevo edificio. Para entonces, con el cielo gris, uno de los fondos ya estaba repleto –poco después se llenó el otro–. Jon, Peio, Amets, Endika eran alguno de los nombres que se leían en las camisetas de los chavales que se acercaron hasta Lezama. Observaban con atención lo que sucedía sobre el césped: primero unos rondos, luego unos pases. Esto es, nada que ver con aquellos inicios de pretemporada en los que el balón estaba prohibido y los futbolistas se limitaban a acumular kilómetros en sus piernas. Y cuando los futbolistas se acercaron a esa zona del campo, comenzaron los gritos, con los Williams como protagonistas. «A ver si este año, sinMundial, la temporada no se le hace larga a Nico y aguanta todo el año en forma. ¡Y ojalá renueve!», reflexionó Yoli.

Galarreta, «buen fichaje»

Otros se alegraban por el regreso de Galarreta. «Me parece un buen jugador, un buen fichaje. Siempre me ha gustado», comentó Txus, que espera que Martón, procedente de la Real Sociedad B, sea ese delantero que tanto tiempo lleva esperando el Athletic. «A ver qué tal le va. Porque necesitamos refuerzos en la delantera y también en defensa si queremos clasificarnos para la Europa League», analizó este hincha, uno de los 2.000 que estaban en Lezama en un entrenamiento del que también fue testigo José Ángel Iribar y Mikel González, director de fútbol de la entidad vizcaína.

Después de alrededor de 75 minutos,Txingurri decidió dar por acabado el entrenamiento.Y se produjo otro de los momentos que muchos de los menores que estaban en la factoría vizcaína no olvidarán en mucho tiempo. Los futbolistas se acercaron, firmaron autógrafos y se hicieron fotos con todo aquel que se lo solicitó. Ilusión, alegría. Un momento único. Que este sábado se podrá repetir porque el Athletic volverá a entrenar a puerta abierta a las 10.30 horas.

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