El Athletic tuvo un déficit de 21,5 millones en la pasada temporada y espera reducirlo a 16,6 en la actual

En cifras brutas, el club ha conseguido pasar de un déficit de 37,6 millones de euros en la temporada 21-22 a los 21,5 millones de la última, lo que supone una rebaja de 16 millones de euros. Pero no son del todo comparables. En la temporada 21-22 la actual directiva, que fue la que formuló las cuentas, aplicó una provisión extraordinaria de 5 millones de euros --perdidas futuras que se anticipan ya para ofrecer una imagen más prudente-, como consecuencia de la creación de la grada de animación y los costes del desplazamiento de algunos socios a otras zonas de San Mamés. Con ello, la comparación más real deja en 11 millones de euros el recorte del déficit.

La tendencia en la cuenta de explotación refleja una mejoría evidente, que según el presupuesto también se notará en la actual temporada, aunque con la persistencia de un abultado déficit estructural. Abrir y cerrar la persiana cuesta dinero y no deja rendimiento alguno, más bien al contrario va minando los recursos del club. La no participación en competiciones europeas o la ausencia de traspasos extraordinarios de jugadores que llenen la caja de Ibaigane siguen pesando como una losa. El club dependen de ello para enderezar su rumbo económico a corto y medio plazo. Hasta ahí, nada nuevo. Es el eterno problema de sobra conocido y analizado.

El club ha destacado el avance significativo en los ingresos, 9,8 millones de euros más, para situar la cifra total en 119,1 millones. Una evolución positiva que está ligada al esfuerzo de la actual directiva por mejorar la cuenta de patrocinios comerciales -venta de entradas, San Mamés VIP Area y museo, así como la venta en las tiendas-, que otorgan al presidente un margen de confianza. Aunque con resultados muy modestos todavía comienza a cosechar algunos objetivos del plan estratégico que planteó para su mandato.

En el capítulo de gastos se ha registrado una contención de 3,3 millones, que junto a los 2,5 millones menos destinados a amortizaciones han contribuido de forma decisiva a estrechar el déficit. Pero ahí parece haber poco margen de maniobra y el club ya telegrafía que van a crecer en el futuro. Las pérdidas previstas para este año superarán los 16 millones de euros y aunque reflejan un nuevo descenso sobre la temporada precedente también es cierto que se consigue por una significativa reducción -5,9 millones de euros- de las amortizaciones. Al final de esta temporada, si se cumple el presupuesto que será sometido a la aprobación de los compromisarios, aún quedará una cifra aproximada a los 22 millones de euros de la 'hucha'. Es el oxígeno que la actual directiva tendrá para explorar nuevas fórmulas de incrementar los ingresos recurrentes y dibujar para el futuro una economía saneada y, utilizando el término de moda, sostenible.

La junta directiva que preside Jon Uriarte va a plantear a los compromisarios una estimación de ingresos ordinarios relativamente conservadora, aunque con el aumento de otros 9 millones de euros en total. Más de la mitad, cinco millones, son de carácter extraordinario y su detalle no se conoce por el momento. Los ingresos por publicidad, los derechos de televisión y las cuotas de los socios aportarán tres millones más que en la última temporada. Crecimiento sí, pero más aparente que real. Si se descuenta la inflación estamos ante un estancamiento de estos capítulos.

En la vertiente de gastos ya no habrá contención sino aumento de ocho millones de euros, de los cuales 5,7 corresponden a la plantilla deportiva. Destaca también el aumento del 27% en la partida destinada a abonar servicios externos -pasará de 2,3 a 3 millones de euros-, que encaja con la filosofía expuesta por Jon Uriarte en la presentación del plan estratégico de reforzar algunas áreas de actuación comercial sobre las que sustentar la mejoría de los ingresos recurrentes.