Urgente Un accidente en Ugao-Miraballes obliga a cortar la BI-625

Así están las cosas

Publicidad

La Real no solo fue mejor, la Real es mejor. Como equipo y como plantilla. No sirve de nada, pero tal vez alguien debería explicar ... el fracaso en los no fichajes de Mikel Merino y en su tiempo de Monreal. Y le siguen saliendo buenos jugadores de la cantera, que ni se plantean venir a Bilbao o tal vez nadie se lo haya propuesto. Varios de los realistas que estuvieron sobre el campo, y algunos de los que no pudieron jugar por variadas circunstancias, serían titulares en el Athletic y no estoy seguro en cambio de que ellos se plantearan siquiera la posibilidad de fichar a algún jugador del Athletic. Así están las cosas. Y entonces qué. Bueno, lo primero debería ser admitirlo. No es el primero ni va a ser el último equipo superior al que toque enfrentarse, pero estaría bien que el equipo técnico del Athletic, que yo creo que lo tiene muy claro, pero sobre todo los futbolistas, a quienes da la impresión de que les da más rabia admitirlo, lo asumieran. No pasa nada, hay otros equipos mejores, ya lo creo, unos cuantos, y se actúa en consecuencia al enfrentarse con ellos, como se hizo recientemente ante el Madrid y el Villarreal. La Real es mejor, lo que no significa que nos vaya a ganar todos los partidos, y como se figuran estoy pensando en la final de la Copa que tenemos pendiente. A la Real de hoy, el Athletic de hoy solo le gana como hizo en la temporada anterior, anticipándose en cada jugada.

La Real fue mejor y el Athletic fue una de las peores versiones de sí mismo. Sería muy difícil no ya destacar a alguien sino ni siquiera rescatar a ninguno, del naufragio general. Los delanteros no crearon una sola ocasión clara de gol, es más, ni siquiera tiraron una sola vez a portería. Berenguer, a quien ya va siendo hora de pedirle algo más, tuvo la mala suerte añadida de perder el balón con el que la Real tiró una contra envidiable, que supuso el gol. Williams no tocó, de nuevo, un solo balón. Su titularidad sistemática, el récord de Di Stéfano y todo eso, sencillamente no se puede entender, como no se entiende que se sorprenda por las críticas. ¿Habría que elogiarlo? ¿Cómo, en base a qué podría justificarse? Muniain lo intentó, pero apenas le salió nada. Dejó constancia de su clase en un caño tan bonito como intrascendente. Pero si en algo se reflejó la inferioridad que iba amargando a los jugadores del Athletic, a medida que transcurría el partido, fue en las pérdidas de balón y las entradas temerarias de sus centrales, quienes buscaron obstinadamente sendas tarjetas amarillas hasta que al fin las encontraron.

El equipo no está bien, y el club tiene problemas. Sobre la repetición de la asamblea de compromisarios solo quiero decir, y este es un artículo de opinión, que esa figura es insostenible por predemocrática. En la Historia funcionó algo así durante el siglo XIX, en la forma de asamblea de notables, primero, y sufragio censitario después. Sin duda propició el clientelismo. En democracia, un socio es un voto. Existen métodos sencillos y baratos de votación que garantizan la fiabilidad del resultado. Solo falta que algo tan elemental sea aceptado por quienes no quieren dejar de fardar por los bares.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad