Así es el Alzira, el rival del Athletic, un club donde el presidente coloca los carteles publicitarios

Allí está Sanjuán colocando el cartel publicitario de una marca de salsas que patrocina al club. «Y mira las que me quedan», explica señalando a un grupo de lonas tiradas sobre el suelo mientras echa mano de la cartera para dar dinero a un colaborador al que dice que necesitan más arandelas.

Sanjuán lleva más de dos horas en el estadio. «Antes hemos barrido y limpiado las gradas porque estos días ha llovido mucho», explica. El Alzira-Athletic deja de nuevo al descubierto ese fútbol modesto que no sobreviviría sin el trabajo desinteresado de directivos animosos como Sanjuán. No resulta fácil ocupar el cargo. «Esto es Segunda RFEF. Aquí hay que hacer de todo», indica mientras muestra el modesto vestuario que utilizará hoy el Athletic. Es buen anfitrión. «Le hemos dejado el más grande».

El equipo no ha entrenado hoy en su estadio porque quiere preservar su hierba natural. Acaba de ser resembrado y apenas se han jugado dos partidos sobre él. Tiene unas dimensiones casi idénticas a San Mamés, 104x68 frente a 105x68.

La plantilla del Alzira se ha ido al pequeño campo de césped artificial de la pequeña localidad de Albalat de la Ribera. Hoy están encantados. Es una mañana soleada. «Los dos entrenamientos anteriores nos tuvimos que ir corriendo a otra instalación porque se inundó por las fuertes tormentas», explica el lateral Carlos Morero, el único que ha jugado Copa en San Mamés, diez años atrás con el Albacete, 0-0 en la ida y 4-0 en Bilbao. Hoy es baja por lesión.

El Alzira está en puesto de descenso en la Liga y es un club modesto que paga una media de 1.200 euros al mes a cada jugador. «Entre plantilla y cuerpo técnico gastamos en torno a 300.000 euros. Mañana en la convocatoria el que más cobrará de los nuestros será en torno a 2.000 euros y el que menos 300», explica Toni Hernández, el secretario del club mientras observa el entrenamiento.

Pero el Alzira no se resigna. «Tenemos nuestras opciones. Cuando arranque el partido estaremos con un 50% de posibilidades cada equipo», advierte el capitán, Juan Carlos Lázazo 'Kaiser'. Este defensa central también ha estado en San Mamés, pero como espectador. Formado en las categorías inferiores del Valencia e internacional en categorías inferiores, en donde coincidió con Villalibre, recaló por primera vez en el Alzira en 2016. Luego se fue al filial del Eibar de Tercera (el Vitoria) y llegó a ser convocado en unos cuantos partidos por Mendilibar, aunque no debutó. Su último curso en Euskadi fue el 2019-20, en el que jugó cedido en el Arenas.

«Es un equipo muy humilde en el que la gente del club era una piña que se ayudaban unos a otros. Me fui con muy buenos recuerdos. No tengo ni una sola mala palabra negativa hacia el club». Se marchó con una espinita clavada. «Fue el año en el que las competiciones se suspendieron por el Covid y los compañeros no nos pudimos ni despedir».

Marc García era el segundo entrenador hasta que ascendió tras el cese de Fran Alcoy hace diez días. Padre de un hijo de dos meses, es el único en el vestuario que trabaja. Es administrativo en una cadena en la que se preparan las oposiciones. «Es una locura, pero económicamente no lo puedo dejar».

El viernes dio una charla a sus jugadores. Su mensaje fue claro. «Les dije que todo el mundo nos dice que es un partido para disfrutar, pero yo lo que quiero es competir y ponerles las cosas difíciles a ellos. Si pierdo 1-4 no disfruto. Y no me gusta lo de hablar del intercambio de camisetas antes de empezar porque eso es ponerte ya por debajo».

- ¿Qué porcentaje de posibilidades tienen?

– Estoy convencido de que vamos a clasificarnos. Es la única forma que tengo de liderar un grupo. Si me siento ante ellos y les digo que 'quizá pasemos' me quedo sin credibilidad.

El presidente del Alzira se acercará hoy al lujoso hotel La Galian Golf, cuartel general del Athletic, para saludar a Jon Uriarte. Antes pasará por su estadio para rematar los últimos flecos. Siempre hay fanea en el futbol modesto.