«Ser hija de Ana Belén y Víctor Manuel me ha traído más cosas buenas que malas»

- ¿Es una niña de papá o de mamá?

- Pues no sabría decirte. De los dos, depende de para qué. Ja, ja.

- ¿Le pesa ser hija de quien es?

- Pues no lo sé, porque como solo tengo estos padres. No puedo compararlos con otros, pero el parentesco me ha traído muchas más cosas buenas que malas.

- ¿Está acostumbrada a que la juzguen sin conocerla?

- Sí.

- Aparte de utilizar monosílabos, puede explayarse más.

- Ja, ja. La gente suele juzgar de por sí.

- ¿Le preocupan las opiniones ajenas?

- No, ya estoy acostumbrada.

- ¿Prefiere esquivar las cuestiones que no le conducen a ningún sitio?

- Llevo toda la vida así. Al final tengo también preparadas las respuestas.

- ¿Tiene respuesta para todo?

- Intento. (Risas)

- ¿Cuáles son las más difíciles de contestar?

- Las preguntas personales.

- ¿Pensó en veterinaria...? (No deja de terminar la pregunta)

- A mí lo que más me gusta son los animales. Una cosa es ser veterinaria, pero cuando tienes que abrir a los animalitos en canal ya no hace tanta gracia.

- ¿Qué animales le apasionan?

- Soy una fanática de los perros.

- ¿Tiene mascota?

- Sí, un podenco andaluz. 'Limona' se ha venido conmigo a Bilbao.

- ¿La lleva a todos los sitios?

- Ahora, en verano, como no se puede quedar en casa, me la llevo de gira.

- Como en 'Una semana nada más', título de la obra, ¿hay pasos que no se atreve a dar por cobardía?

- ¿En la vida real dices?

- Claro.

- Creo que como todo el mundo. Depende de lo acomodado que estés, del momento y de la situación.

- ¿Es miedosa?

- Depende de para qué, aunque tampoco te creas. Cuando hay que tirar para adelante, lo hago.

- ¿ Prefiere hacer de buena o de mala?

- Siempre mola más hacer de mala.

- ¿Por qué le encanta odiar más que amar?

- Porque en la vida real no puedes hacer de mala.

- Muchas personas lo hacen.

- También, pero no sé, sacar esa parte prohibida... En el escenario es más gustoso, como que se permite todo.

- ¿Es también muy disfrutona?

- Súper disfrutona.

- ¿Con qué le gusta disfrutar?

- Con la comida sobre todo.

- ¿Qué le gusta comer?

- Todo, todo, todo. Cocinar y probar. Mi especialidad siempre ha sido el risotto.

- ¿Nunca pierde el tiempo?

- Al contrario. Lo pierdo mucho.

- ¿Para bien o mal?

- Supongo que veces es malo y otras bueno para la salud.

- ¿Le gusta aparentar los años que tiene?

- Pocas veces he aparentado la edad que tengo. Normalmente me echan menos.

- ¿Confiesa la edad sin problema?

- Ah, sí, no tengo ningún problema.

- ¿Cuántos años tiene?

- 40.

- Sí, aparenta menos en fotos.

- (Carcajada)

- ¿Le alegra?

- Bueno, es lo que hay. (Risas).

- ¿Cuántos tipos de mujeres habitan dentro de usted?

- Nunca he sabido el número concreto, pero debe de haber unas cuantas.

- ¿Le llega para pagar todas las facturas a fin de mes?

- De momento, sí. Ja, ja. Virgencita, que me quede como estoy, por favor.

- ¿Lo perdona todo?

- Suelo.

- Ese 'suelo' suena...

- Nunca perdono una gran traición.

- ¿Cuándo supo que se había hecho mayor?

- Cuando empecé a hablar 'de hace veinte años' y yo ya tenía veinte años. Ja, ja.

- ¿Baja fácilmente los brazos?

- No.

- ¿El éxito es cuestión de suerte?

- La mayoría de las veces.

- ¿Le desorienta?

- Nunca, aunque tampoco es que haya tenido un gran, gran éxito.

- ¿Anda como loca detrás de él?

- No soy muy ambiciosa.

- ¿Tiene todo lo que necesita?

- Soy feliz por momentos.

- ¿Desearía poder vivir con menos?

- Sí. Tampoco me hacen falta muchas cosas. Yo, con mi perrilla y mis cuatro cosas, soy feliz.

- ¿Habla con 'Limona'?

- Ja, ja. No nos hace falta. Con la mirada ya nos entendemos.