Marijaia se prepara para nueve días de fiesta ininterrumpida
Montaje de txosnas, acopio de bebida, planes de seguridad... La ciudad ultima los detalles para dar la bienvenida al atracón festivo
Bilbao ya huele a fiesta. El sábado que viene Marijaia volverá a asomarse al balcón del Arriaga para prender la mecha de los que serán ... nueve días ininterrumpidos de auténtico desenfreno. Ahora sí, comienza la cuenta atrás para la edición número 45 de la Aste Nagusia. Con Kepa Junquera y su emblemática 'Badator Marijaia' comenzará un atracón festivo que llenará la villa de color, diversión y excesos. Conciertos, teatros, musicales, actividades populares, deportivas, infantiles, espectáculos pirotécnicos, concursos... Un sinfín de actividades que recobrarán la vida de la ciudad después de semanas de absoluta tranquilidad.
Pero para cuando todo esto suceda Bilbao ya habrá mudado de piel. El centro neurálgico de la fiesta se cerrará al tráfico a cal y canto, se intensificará el transporte público, se reforzará la seguridad dentro y fuera del recinto festivo y los bares se aprovisionarán de comida y bebida. A los turistas que estos días colonizan Bilbao se unirán los miles de vizcaínos que volverán de sus vacaciones para vibrar con la Semana Grande. El sosiego del Arenal será reemplazado por el trajín de las txosnas y las comparsas, mientras que Abandoibarra y el Parque Europa se transformarán en el epicentro de la música.
En ultimar esta metamorfosis festiva se encuentra inmersa la ciudad de Bilbao estos días. «La Aste Nagusia no se centra solo en organizar conciertos. Hay mucho más», señala Itziar Urtasun, concejala de Fiestas e Igualdad en el Ayuntamiento de Bilbao. «Ahora debemos afrontar los últimos coletazos, que son los más importantes», matiza la responsable.
- ¿Qué queda pendiente?
- El programa está diseñado, pero falta reunirnos con las empresas encargadas en montar los escenarios, instalar los baños portátiles, labores de jardinería, reforzar la limpieza o fijar los planes de autoprotección para cada espacio en el que vaya a haber alguna actividad.
La estampa más visible de cómo Bilbao se prepara para el jolgorio la encontramos en el Arenal, donde decenas de comparsas rematan los montajes y decorados de las txosnas. Pero para que la semana transcurra con total normalidad hay mucho más trabajo detrás. Muchísimo. Reuniones de coordinación y logística, diseño de protocolos o los controles de seguridad son solo algunas de las tareas en las que están sumergidos los agentes organizadores.
Urtasun explica que los planes de prevención siempre se dejan «para el último momento» por un motivo lógico: que los protocolos se adapten lo máximo posible a la realidad de la ciudad. Toca ponerse con ello. «Aunque se usen los mismos espacios, la ciudad va cambiando. Por ejemplo, la Plaza Nueva está en obras, así que el plan de autoprotección debe tener en cuenta cada uno de los andamios que estén colocados», dice la concejala. Además de los trabajos técnicos, el Ayuntamiento también está terminando de rematar la puesta a punto de los trajes que esta edición lucirán Marijaia, los gigantes y los cabezudos.
Protocolos
Otra cosa importante es perfeccionar los dispositivos de protección. Garantizar que todo salga según lo previsto. Esta misma semana el Consistorio informará sobre el plan de seguridad que la Policía Local y la Ertzaintza ha organizado de cara a la Semana Grande. Mientras tanto, Cruz Roja repasa la cobertura náutica que la entidad llevará a cabo cuando se celebren los espectáculos de pirotecnia. El director de Socorros y Emergencias en Bizkaia, Benjamín Romero, explica que uno de los objetivos del protocolo es «asistir a las embarcaciones que suban desde Getxo o Santurtzi» -que «cada vez son más»- para disfrutar de los fuegos desde el agua. Otro es «controlar las posibles caídas que puedan producirse desde las dos orillas de la Ría». Los voluntarios se encargarán también de «evacuar y remolcar» a los barcos que puedan accidentar.
Para el sector hostelero estos días son igualmente decisivos. La actividad se dispara. Los bares comienzan a trabajar sin parar, se incrementan las provisiones de cerveza, kalimotxo y bocadillos -los productos estrella de la Semana Grande- y las plantillas se refuerzan para cubrir la ampliación de horarios. «Hay un porcentaje de personas que están contratadas solo cubrir estos días festivos», asegura Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia. El responsable mantiene que los bares que llevan años en el meollo tienen «controlado» cuánta bebida y comida deben pedir de más. «Los distribuidores saben que son días de trabajo y si los locales se quedan cortos, se les surte más», añade.
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