Los hosteleros celebran una Aste Nagusia «brutal: ha funcionado todo, barras y comedores»
Los hoteles también han registrado una importante actividad durante las fiestas con una ocupación superior al 90%
La quema nocturna de Marijaia despertó ayer a muchos hosteleros bilbaínos con una dulce resaca. Bastantes bares y restaurantes de la capital vizcaína dieron fiesta ... a sus empleados por el «extraordinario trabajo y compromiso» mostrado a lo largo de la Semana Grande. Han sido nueve días de intensa actividad, que ha dejado grandes recaudaciones y superado, en mucho casos, las expectativas previstas. «Brutal. Hemos estado a tope todo el rato», sonríe Susana Martínez, dueña del restaurante Cubita de Colón de Larreátegui.
«Ha sido una Aste Nagusia maravillosa en la que hemos notado bastante el tirón de los turistas extranjeros, especialmente franceses», esgrime José AntonioRamos, jefe de sala del Bilbao Berria, de Ledesma, convertida en el epicentro festivo de Abando. Esta compañía local suma ya cuatro restaurantes.Al Bocoy, Basuki y Bilbao Berria, han sumado en esta ocasión el Brasadero, inaugurado hace escasos días en la parte baja de Ledesma, con resultados parecidos y copado por una clientela algo más joven que el resto. Ramos es consciente de que las fiestas «son un valor seguro». Por algo, recuerda, es la Semana Grande. «Nunca falla. ¡La cantidad de gente que ha venido de fuera a ver los toros!», detalla.
«El asunto ha ido muy bien, en la línea del año pasado, que ya estuvo en muy buenos niveles, tanto en las barras como en los comedores», corrobora Félix Parte, propietario del Amaren, Aitaren y el Víctor Montes, entre la docena de locales que explota su empresa.
«Hemos estado a tope todo el rato. Hemos vivido llenos diarios con mayoría de clientes bilbaínos»
Susana Martínez
Cubita
A la fiesta de la restauración se ha sumado igualmente el sector de la hotelería, que está completando una excelente temporada veraniega, acentuada a partir del lanzamiento del txupinazo. Según Destino Bilbao, organización que agrupa a la mayoría de hoteles bilbaínos, las pernoctaciones ha superado incluso el 90%, cifras que confirman la atracción de la villa como destino estival.
A diferencia de bares y restaurantes, que andaban con la mosca detrás de la oreja al arrancar muy pronto este año las fiestas, la organización que preside Joseba Goirigolzarri ha agradecido que la Aste Nagusia empezara el 16 de agosto, ya que ha permitido desdoblar el perfil de los turistas que han recalado en la villa. «A los viajeros que han escogido Bilbao como referente para el verano se han añadido aquellas personas que lo habían seleccionado exclusivamente «para vivir y disfrutar de sus fiestas». Se han visto más sevillanos que nunca.
«Ha sido una Aste Nagusia maravillosa con muchos comensales franceses que venían a los toros»
José A. Ramos
Bilbao Berria
Sin embargo, no todo han sido alegrías. Hay hosteleros que han visto pasar la Aste Nagusia delante de sus locales sin hacer negocio. Es el caso de zonas 'apartadas' de los principales referentes festivos, como la Plaza de Arriquíbar, donde no llegan los ecos de Marijaia. Pese a recibir 1,5 millones de personas, 300.000 menos que en 2023, ha habido hosteleros que no «se han comido nada», lamenta el dueño del restaurante San Marcos, situado enfrente de Azkuna Zentroa. «El jueves y viernes anduvimos bien, pero el martes y miércoles estuvo todo muy flojito;tanto que abrimos tarde. El sábado a la mañana fue fatal», se queja Ángel Mari Martín Brezmes.
Son los menos, porque, salvo muchos establecimientos de la periferia, donde las fiestas pasan generalmente de largo, la mayoría saca tajada. El Valparaíso, de Colón, por ejemplo, extenderá una semana más su terraza después de las fiestas. «No ha estado nada mal. Ha merecido la pena», explica uno de los dueños.
«El negocio ha ido bien, en la línea del año pasado. Ha funcionado todo: las barras y los comedores»
Félix parte
Grupo La Olla
Otros hosteleros han sufrido vaivenes «inexplicables» y han pasado días de no dar abasto a enfrentarse a jornadas con ventas inusualmente bajas. «Ha sido una montaña rusa. Es curioso porque hemos tenido unas fiestas muy bonitas, con buen tiempo y sin problemas», explica René Jiménez, el encargado del Perita, el bar de las gambas de la calle Diputación. «Ha sido muy raro porque el miércoles fue fabuloso y al día siguiente a la mañana todo andaba muy bajo pero, en general, hemos trabajado muy bien», detalla. Portavoces hosteleros se congratulan de haber vivido unos festejos «brutalmente buenos y a tope de clientes».
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