Emilio, autor del sombrero y la txapela del pregonero y la txupinera: «Me gustaría que el siguiente fuera Fito»
Este comerciante lleva diez años preparando sus diseños en el taller de Sombreros Gorostiaga
Emilio Pirla lleva toda la vida entre txapelas. Pertenece a la séptima generación de Sombreros Gorostiaga, un negocio emblemático situado en el número 9 calle Víctor del Casco Viejo de Bilbao. La tienda lleva en funcionamiento desde 1857 y ha logrado coronarse como 'el templo de las boinas'. Es de los pocos locales que todavía mantiene la típica campanilla en la puerta. Al entrar suena un dulce tintineo que da la bienvenida a bilbaínos y turistas. No es una tienda al uso. Los rótulos 'vintage' de la entrada dan un pista de lo que se cuece en el interior: un espacio cálido con olor a madera en el que aún permanecen las marcas de las inundaciones de 1983. El techo del local tiene colocada una placa que indica hasta dónde llegó el agua.
Su escaparate capta la atención de los turistas. De hecho, es una de las paradas obligatorias en algunos 'free tours'. Pero también son muchos los bilbaínos que, a pesar de estar acostumbrados a verlo cada día, deciden pararse para observar la variedad de txapelas que cuelgan de la pared.
En el interior, los sombreros están perfectamente clasificados en cajas granates para poder identificar los colores y los estilos con más facilidad. Emilio suele estar en taller, dando vida y forma al complemento estrella de los bilbaínos: la txapela. «¡Aquí se lleva con mucho arte!», asegura. Desde hace diez años se encarga de elaborar el famoso bicornio de estilo napoleónico que lleva el pregonero de las fiestas y la txapela de la txupinera. Este año, Francis Díez, líder de Doctor Deseo, y Olatz Agirre, de la comparsa Txori Barrote, han sido los encargados de lucir sus diseños.
Quince días antes de que se hiciera pública la noticia, empezaron los preparativos. La Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao es la encargada de vestir al pregonero y la txupinera. Ambos desfilaron por el mostrador de Sombreros Gorostiaga para probarse el bicornio y la txapela. Emilio insiste en la importancia de medir bien la cabeza. «Es algo que no se puede hacer por internet. Hay que mirarse al espejo, sentir la prenda, tocarla, verse con ella», defiende el bilbaíno. Ayer nos abrió las puertas de su taller para contarnos el proceso de elaboración.
Paciencia y tiempo
«Primero hay que tomar las medidas, buscar la horma que corresponde y planchar el sombrero. Después, se colocan los adornos. Tardamos dos semanas en elaborarlo. Ponemos un ribete a lo largo del ala, el escudo de Bilbao y las plumas. Este último paso es un poco más laborioso. Coser las plumas cuesta, porque se enredan. Hay que hacer muchas ebras. Se necesita paciencia y tiempo», explica Emilio. Él tiene callo. Son muchos años de experiencia.
A lo largo de este tiempo ha elaborado los sombreros de diferentes personalidades del mundo del cine, del deporte… «Han pasado muchas personas famosas por aquí. Eso a Bilbao le da mucho prestigio y renombre. Siempre han llevado Bilbao por delante a todos los sitios a los que han ido. Para ellos es una responsabilidad», explica. Las fiestas son un momento de ajetreo en su negocio, pero su trabajo va mucho más allá de Aste Nagusia.
A lo largo de los años famosos de toda índole han desfilado por Sombreros Gorostiaga para comprar boinas o sombreros: artistas como Fito y Loquillo, el actor Álex Angulo e incluso Frank Gehry.
- Emilio, ¿a quién te gustaría colocar el bicornio?
- Ja, ja, ja. Pues no lo he pensado, pero creo que elegiría a Fito. Le quedaría bien y además se merece ser pregonero. Es un hombre entrañable, una persona humilde y también sencilla, a pesar de tener mucha fama. El otro día vinieron unas señoras de Madrid a comprar una boina y coincidieron en la tienda él. Les daba vergüenza sacarse una foto, pero él lo puso fácil. Conecta muy bien con las personas.