El bilbainismo que va en la sangre y en el corazón

«Todos los premios que te dan en Bilbao son más bonitos porque son de la tierra», confesaba Ramón García. Y es que no hay mejor ocasión para homenajear a aquellos que llevan a la villa allá por donde van que la Aste Nagusia. «Es un gran orgullo cualquier premio que conlleve la palabra Bilbao. La cantidad de horas invertidas en fiestas por fin tienen su fruto», bromeaba Isabel Iturbe.

Marieli Oviedo, por su parte, admitía que es el primer premio que le conceden y que para ella es «como si estuviera recibiendo el Nobel». Aunque subrayaba que se siente confusa porque «hay mucha gente anónima que se lo merece tanto como yo». Pero no todos han sido galardones al uso. El de K-Toño Frade, presentado como el último botxero, ha sido in memoriam y lo han recogido su viuda Begoña Pikaza y su hija Elisabethe. «Ha sido muy emocionante para toda la familia ver que aunque aita ya no está le siguen recordando. Está todavía muy presente en la vida de los bilbaínos», expresaba emocionada su hija.

Pero eso de ser bilbaíno tiene que ver más con el sentimiento de serlo que con haber nacido en la villa. Prueba de ello ha sido el premio a Katerina Kaminska, ucraniana de nacimiento y bilbaína de corazón. «Ser una de entre cinco bilbaínos es muy importante para mí. Cosas como esta te motivan a seguir trabajando en tu proyecto». Esta bilbaína de Ucrania añadía que entre todas las personas con talento, ella también puede aportar, «ser parte de la capital del mundo».

El alcalde, Juan Mari Aburto, en su labor entregando los premios tenía una sorpresa para una de las personas que allí estaban. «Sé que son cinco premios, pero quería dar uno especial a un bilbaíno que también se lo merece: Agustín Herranz». El presentador de estos premios ha recogido su figurilla de Don Diego López de Haro entre lágrimas. «De verdad que no me lo esperaba. Como bilbaíno esto es todo un honor», confesaba emocionado.

Con la Aste Nagusia en su ecuador, los premiados, además del alcalde, han hecho un balance de las fiestas. «Vengo todos los años, pero ahora vengo más de día que de noche. Es otra manera de disfrutar de la Semana Grande», confesaba Ramón García. «Lo mejor es el buen ambiente que hay y reencontrarse con amigos a los que no has podido ver durante el año», expresaba Isabel Iturbe. A lo que Katerina Kaminska añadía que «son momentos grandes». Arte, cultura, fuegos artificiales… pero sobre todo y ante todo la compañía. «Las fiestas van bien. Pasan cosas, pero no grandes cosas. La protagonista está siendo la diversión y la fiesta», concluía Juan Mari Aburto.