Adrenalina, rodamientos y cuesta abajo
Una docena de goitiberas de diverso tipo y categoría se dejaron caer a toda velocidad por la cuesta de Zabalbide en el X bajada Aste Nagusia
La de las goitiberas es una cuestión de gravedad y nostalgia. La segunda es la que sienten todos los que tuvieron una, en infancias cada ... vez más lejanas, cuando se acercan a las que van a tomar parte de la X bajada de Aste Nagusia, por la calle Zabalbide y hasta el Mercado de la Ribera. Y la primera es su fuerza motriz, la que mueve a los que probablemente son los vehículos más sostenibles del mundo. Cero emisiones, mucha velocidad. Más emoción.
Este domingo solo una docena participaron en esta prueba, de las que cerca de la mitad eran goitiberas tradicionales. Esto es, madera y rodamientos y poco más. A su lado, pero en diferentes categorías –porque en este peculiar deporte hay como media docena– había auténticos bólidos, construidos en fibra, con suspensión, neumáticos y, en un caso, hasta con cabina cerrada.
Javier Palencia, de Galdakao, tiene siete goitiberas, todas construidas por él mismo. Y son de las primeras. El tradicional trapecio de madera con rodamientos. «Esta es la goitibera perfecta, así es como tiene que ser», dice señalando a la que va a usar para competir, Zabalbide abajo. Eso sí, tiene frenos. «Los pones porque te obligan, pero frenar, lo que es frenar, frenamos con la zapatilla», aclara. Como toda la vida.
«No hay una categoría específica» para las goitiberas tradicionales. «A nosotros nos engloban en 'rodamientos'. Que tenga rueda de hierro». Una categoría algo injusta, porque incluye también a los vehículos cuya estructura es de hierro. «Vas a una competición y te encuentras compitiendo con una goitibera grande de hierro, con tres tíos empujando...»
«Yo he tenido goitibera antes que bici. Mis domingos eran subir al parque de atracciones de Artxanda y tirarme con la goitibera», evoca.Recuerdos muy similares a los que dejan caer quienes se acercan a su vehículo. «Esto es una goitibera de verdad», explica un espectador a una amiga. «La conduces con los pies, la barra de delante es móvil, ¿ves?».
«En Gernika todavía puedes ver bastantes de estas. Pero lo que era montar en una goitibera toda la cuadrilla ya solo se ve en Mutriku», añade Javier. Su salida es grabada al móvil por Juan Carlos Lucio, en un vídeo que va a enviar a su familia en Lima, Perú. Porque allí «también tenemos. Me gusta que aquí se haga la bajada con tanta seguridad. Allá se hacen de cualquier modo. Mi hijo perdió un diente» en una mala caída. ¿También son de madera y rodamientos? «Sí, es lo mismo». Solo que no se llaman goitiberas. «Son patines», apunta.
Tres de los competidores este domingo son familia: Iker Etxebarria y sus hijos, Udane y Sendoa, de 15 y 12 años. Los tres con goitiberas de las de toda la vida. «Esta es la mía, la de txiki». ¿Cuántos años tiene? «Treinta y pico», responde su hija Udane, en tono de revelar la cronología de un artefacto de notable vetustez. «Empecé con 15 años, bajando en las fiestas del pueblo, y hasta hoy», completa él.
Coincide con Javier al señalar que la categoría de 'rodamientos' es injusta al no separar a las goitiberas de madera de las de hierro. «Es una faena, porque si viene una de hierro nos funde. No podemos competir contra una goitibera de hierro con tres tíos que pesa 200 kilos». Porque la suya, la goitibera de verdad, «no pesa ni diez kilos». Los suficientes para completar una bajada como esta, un minuto con una velocidad punta de unos 40 kilómetros por hora «por un asfalto muy liso. Lo que es bueno y malo a la vez, porque «se corre muy bien pero patina mucho».
103 kilómetros por hora
En otra liga se mueve (cuesta abajo) Karlos Xabier que compite a nivel europeo con su 'goitibera', técnicamente un «cuatriciclo sin motor, que es lo que es». La parte exterior «es de fibra de carbono. La estructura es tubular, de acero, con doble chasis». Cabina cerrada. Neumáticos, suspensión, frenos de disco –«de kart, de doble pistón». Un niño del público lo ve enseguida: «Es el coche de Batman». «Solo he corrido en Gernika con ella, antes de ayer –hubo 73 participantes–. La estrené hace 5 días», aclara. «En Amezketa, de donde soy, he llegado a coger los 103 kilómetros por hora».
Son categorías diferentes. «Esta -señala a su bólido– es categoría europea y aquella –apunta a la de Javier– es la de toda la vida. También tuve una de esas. Pero en Europa corremos con esto».
Los tiempos cambian, pero los recuerdos no. «Mira, esas son goitiberas de verdad», le explica una amatxu a su hija señalando las de Iker y sus hijos. Goitiberas de verdad. Se dijo mucho esto ayer en Zabalbide. Quizá debería convertirse en categoría para futuras bajadas.
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