Aburto eleva el tono contra la inseguridad: «Ladrones, agresores y sinvergüenzas, ¡fuera!»

Al igual que lleva haciendo desde que comenzó la Semana Grande, el regidor recordó que la tarea de mantener el orden y lograr que el respeto impere en las fiestas «no es sólo de las policías y de los políticos», sino de toda la sociedad. Por ello, hizo un llamamiento a «unir fuerzas entre todos» para «sacar de las calles, rechazar, perseguir y eliminar» las conductas «incívicas, irrespetuosas, ilegales e inadmisibles en una sociedad que se dice moderna y educada». «Intolerantes, incívicos, insolidarios, racistas, xenófobos, homófobos, LGTBIfóbicos, machistas, ladrones, agresores y sinvergüenzas: ¡fuera de Bilbao, todos y cada uno de ellos!», lanzó.

Durante estas primeras jornadas de Aste Nagusia, la Policía ha sido protagonista al desmantelar campamentos de manteros y tratar de impedir la venta ilegal de comida en el recinto festivo. El alcalde ha defendido la «impecable» labor policial porque «Bilbao no puede ser una ciudad sin ley». En estos días de grandes multitudes, ha habido decenas de detenidos por hurtos y robos y agresiones a policías y sanitarios. Aun así, según las estadísticas municipales, los delitos que más alarma social generan, los hurtos y robos con violencia, han disminuido en comparación con años anteriores. Otros, como los ataques a la autoridad, en cambio, han aumentado y también se han producido detenciones por agresiones sexuales. En general, la delincuencia ha caído un 7%.

Aburto inició su intervención en el Salón Árabe del Ayuntamiento con un «abrazo solidario» a los bilbaínos «que hoy lo están pasando mal o están lejos de sus casas por razones diferentes», apoyo que extendió, con un mensaje de «solidaridad», a los «pueblos hermanos asolados por los incendios»; a Ucrania, que afronta «la invasión rusa»; y a Palestina, que padece «un genocidio terrible e injustificado».

Ya en clave doméstica, el alcalde cargó contra quienes «ensucian, manchan, rompen, gritan, insultan, tiran la basura al suelo, toman productos nada saludables en la creencia de que van a disfrutar más e incluso cogen el coche pensando que nadie les va a parar y multar». «Muchas de esas personas viven muy cerca de nosotros», advirtió.

En su discurso, Aburto insistió en recordar que «no es no y sólo sí es sí», un mensaje «fácil», pero «parece que todavía hay gente con la mollera muy dura», lo que obliga, prosiguió, a tener que «seguir insistiendo en el mensaje: cuantos más seamos y más juntos lo hagamos, mejor».

A su juicio, hay que aplicar ese respeto a todos los ámbitos de la vida porque «si no respetamos y cuidamos Bilbao, nuestros barrios, a nuestros conciudadanos, ¿qué vamos a decir a los demás? Saquemos a la calle, además de nuestras ganas de pasarlo bien, valores como el respeto, la diversidad, la solidaridad, la multiculturalidad y la participación activa». El regidor también insistió en que «si pedimos respeto, es porque todavía hay gente, incluso un partido que lo alienta, que cree estar haciendo bien siendo intolerantes, incívicos, insolidarios, racistas, xenófobos y homófobos».

La preocupación por las distintas agresiones ocurridas no se limita al Ayuntamiento. Las comparsas han activado su protocolo y, en la noche del miércoles al jueves, tuvo lugar una cacerolada en el recinto de txosnas. Ayer por la tarde convocaron una concentración en el Arriaga con el objetivo de «activar la alarma» social. En el acto recordaron que no van a «tolerar ninguna agresión» y que «hacer frente a este problema es responsabilidad de todos y todas, de los medios de comunicación, las instituciones públicas, los individuos, etc.».

«Desde el comienzo de Aste Nagusia, todos los días se han recogido agresiones de diferente índole, sexistas, LGTBIfóbicos, racistas y euskarafóbicos de distinta intensidad», señalan fuentes de Bilboko Konpartsak. «Tratamos de acoger, escuchar y acompañar a las víctimas, pero vemos que los casos no cesan, que las faltas de respeto son continuas hacia las personas racializadas, las mujeres y la diversidad de identidades», abundan. «Es por esto que vemos necesaria una respuesta social, que debemos salir una vez más a dejar claro que estas actitudes no son toleradas en nuestras fiestas».