Villalibre se gana a la Virgen Blanca a golpe de trompeta

Promesa cumplida. Asier Villalibre ha tocado la trompeta ante su parroquia albiazul. Para regocijo de los más de 30.000 presentes en la Virgen Blanca se ha soltado con varias piezas. Con la segunda, el 'Ikusi Mendizaleak ', ha provocado que toda la plaza haya botado como si no hubiera un mañana. El 'Txoria txori' de Mikel Laboa, e interpretada a medias con Álex Balboa, ha puesto la piel de gallina a una 'grada' entregada.

Y es que Villalibre ha tenido que frotarse los ojos al asomarse a la barandilla. «Esto es especial», ha acertado a decir el héroe del 0-1 en Valencia. Antes de salir a la balconada, ha prometido no defraudar con la trompeta, que llevaba bajo la ikurriña. ¿Alguna sorpresa? «He preparado algún cántico para que cantemos todos juntos. No hace falta que yo haga nada», se ha excusado con su humildad habitual. Cuando se ha lanzado a tocar ha ido de menos a más, la verdad. Por cierto, sus compañeros Alkain y Rioja han intentado tocarla, pero sin tanto éxito.

Ya fuera de la primera fila, el 'búfalo' se ha acordado de su penalti. «Lo he visto un par de veces y lo volvería a tirar igual; mirando al portero». Villalibre está siendo el más demandado. No ha parado de hacerse fotos y recibir parabienes. «Esto es indescriptible. Lo guardaré en mi corazón para siempre».

Un par de horas antes, a eso de las siete de la tarde, el ariete cedido por el Athletic de Bilbao se ha subido al autobús del club con el instrumento guardado a buen recaudo, aunque por las redes sociales de los jugadores se ha sabido que lo ha desenfundado este mediodía en la barbacoa que han compartido los futbolistas antes de emprender su viaje triunfal por la ciudad.

Y si había alguna duda de que el 'búfalo' iba a ser el rey de esta fiesta, ha bastado con ver cómo han subido algunos integrantes del club al autobús de la celebración. Les ha crecido una poblada barba -de 'atrezzo' claro- para homenajear al héroe del 0-1 contra el Levante. Otros han optado por coloridos pelucones.

Durante el recorrido, Villalibre, enfundado en una ikurriña, se ha colocado en la parte delantera del autocar descapotado. No ha parado de saludar y de levantar el brazo izquierdo para seguro regocijo de los asistentes. En la Virgen Blanca ha entrado pegado al técnico, Luis García Plaza. Se le ha visto contenido... hasta que el convoy de Primera ha parado frente a la balconada. Ahí, como sus compañeros, ha estallado de felicidad.

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