Alavés

Un torbellino desatado en Mendizorroza

«Lo puedo hacer todavía mejor», decía el futbolista en una entrevista con ELCORREO. Dicho y hecho. Si la pasada temporada irrumpió con fuerza en Primera División, en ésta no parece tener techo. Velocidad, desborde, llegada, buena lectura de cada jugada y decisiones acertadas. Hace 16 meses jugaba en 1ªRFEF y hace poco más, cuando recaló en el Tarazona, se llegó a plantear su futuro en un mundo del fútbol que le había dado la espalda en la cantera del Zaragoza y en la del Nástic de Tarragona; hoy es uno de los jugadores de moda en la elite del fútbol español. Y los 600.000 euros que el Deportivo Alavés pagó en enero por él al Racing de Ferrol se antojan una ganga difícil de igualar.

Un fichaje de Sergio Fernández, ya que el entrenador admitió que no le conocía hasta su llegada. Ahora es el más fijo en una plantilla de alta competencia: el jugador de campo que más minutos ligueros acumula (530, el 98% del campeonato), el máximo goleador junto a Toni Martínez (2), el que más regates hace (8, cinco más que el siguiente, Stoichkov), el que más pases clave da (2,7 por partido), el que más centros pone en el área (2,7), el que más faltas recibe (1,7)... Como él mismo se describió en su presentación en Mendizorroza, un extremo «bastante rápido, desequilibrante y encarador». El faro de un ataque versátil que ya ha lucido hasta nueve piezas de inicio.

Y quiere más. Con los pies en el suelo. Con la cautela de quien sabe cuánto cuesta llegar arriba; pero con la ambición del que, precisamente por eso, confía en que la suerte es para quien se la trabaja mucho. Como él. Cuatro goles en el Ejea, once en el Calahorra, doce en el Racing de Ferrol... Ya van cuatro en el Alavés y su naturaleza le invita a pensar en metas más ambiciosas. «Yo siempre me veo bien y aspiro a lo máximo, a ser relevante en el juego. Me exijo mucho a mí mismo», asegura.

Por eso le gustan las declaraciones codiciosas como las de Conechny («Quiero llevar a este equipo a Europa») o Toni Martínez («Quiero ser 'Pichichi' de Primera»). «Está guay esa mentalidad, yo siempre he sido fan de la gente que aspira muy alto porque si no es imposible que llegues a conseguirlo», afirma.

Es su ADN. El de la superación. Lo ha hecho durante toda su carrera, forjada en el barro de la Segunda B, y desde su llegada a Mendizorroza, donde no ha parado de crecer. Acabó el curso pasado con 62,2 minutos por partido; en éste juega 88,3 cada jornada. Como dijo Luis García, su estado de forma invita a exprimir su inspiración. La lógica invita a darle descanso el martes en el Santiago Bernabéu, pero no sería extraño volverle a ver en el once. Solo Sivera, Abqar y él han jugado de inicio los seis encuentros ligueros.

Y tampoco se pone límites en la visita al Real Madrid. «Estamos trabajando muy bien y esto no para, hay que seguir pensando en los próximos partidos. Iremos al Bernabéu con ganas de dar guerra», dijo Carlos Vicente tras la victoria ante el Sevilla. El 'Vikingo' –le «encanta» que le llamen así– derrocha ambición. Particular y colectiva. «¿Por qué no soñar con algo más si se puede en un momento dado?», proclama cuando le preguntan por los objetivos de un Alavés que, como él, ha empezado lanzado.