La presión, otro aspecto por resolver para el Chacho Coudet
El cambio de esquema en ataque desajusta la disposición de intentar robar rápido como pretendía el técnico en sus primeros partidos
El Alavés del Chacho Coudet tiene piel de camaleón. Varía en función del rival y de las propias necesidades que el técnico precisa con el ... paso de los encuentros. «Quiero un equipo que pueda ser dueño del partido e imponerse desde la posesión, la presión y la intensidad», dijo en su presentación. Al entrenador no se le puede negar sus intentos por conseguirlo, especialmente en que los albiazules destaquen por su energía. Pero la voluntad que propuso el argentino por ahogar la salida de balón del rival se proyecta en unos partidos sí, como en Girona, y en otros no, como el último en el Pizjuán.
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Las dificultades de la defensa y el mediocampo sevillista por armar jugadas son consabidas por todos los equipos de La Liga. Sin embargo, el reciente cambio de entrenador, con la incógnita de saber qué estilo propondría Caparrós, provocó que Coudet ordenara a sus jugadores presionar con menor intensidad en la primera parte del campo y esperar a la altura del segundo tercio. La idea provocó desajustes en el esquema de juego, voluble en función de si se ataca o se defiende.
La posición de Aleñá
Si en el once titular figuran Guridi y Aleñá, que como canterano del Barcelona está más acostumbrado a correr hacia delante que hacia atrás, el catalán es el encargado en defensa de la banda izquierda, pero ataca también como mediapunta. De esa forma nunca llegaba a cerrar su flanco con el lateral, lo que provocó el inicio del tanto del Sevilla y varias acciones de peligro más.
Medirse a dos rivales de entidad en el manejo de balón como la Real Sociedad y el Atlético de Madrid en casa calibrarán la idea final de Coudet. Cuando a su llegada ordenó una presión intensa, los jugadores lo hacían mirando hacia atrás, con miedo por la tendencia del equipo a partirse y dejar mucho espacio a la espalda en los tiempos de Luis García. El técnico argentino ha logrado corregir parte de ese desequilibrio, pero la forma de presionar se mantiene sin resolver.
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