Ondarru: «Era un buen día para robar en Vitoria, casi toda la ciudad estaba en la final»
El lugarteniente de Mané recuerda la imborrable trayectoria europea hasta Dortmund y a un grupo «fantástico dentro y fuera del campo»
Este domingo, coincidiendo con el penúltimo partido liguero y un final de Liga que se prevé taquicárdico en la pelea por la salvación, el Alavés ... celebra el veinte aniversario de la histórica final de la Copa de la UEFA ante el Liverpool. Uno de los protagonistas, Ángel Garitano, Ondarru, lugarteniente de Mané en el banquillo durante la mejor época albiazul, rememora aquella gesta. Siempre vital y jocoso, a sus 70 años el exsegundo entrenador alavesista recuerda que aquel 16 de mayo de 2001 «era un buen día para robar en Vitoria, casi toda la ciudad estaba en Dortmund».
-Veinte años después, ¿qué es lo primero que le viene la cabeza cuando se acuerda de la final de Dortmund?
-Que solo hemos jugado una, como para no acordarse, je, je... Bueno, que fue fantástico, a mi no me parecen veinte años, me parecen cuatro, lo tengo muy reciente todo. Llegar allí cuando ni lo esperábamos ni lo creíamos... Pero según ibas eliminando a equipos y llegó el Inter y después el Kaiserlautern, que igual estaba en horas un poquito bajas, pero había que meterles nueve goles (5-1 y 1-4). Y después la final... Fue impresionante. Eran momentos dulces para el equipo, después del ascenso del 98 había una base y año a año se iba armando el bloque y los jugadores fueron los que lo consiguieron.
-¿Ni el cruel desenlace puede amargar aquellos recuerdos?
-A ver... para nosotros llegar a la final fue como si la hubiéramos ganado ya. Luego hay que jugar contra un Liverpool. Evidentemente no te sabe bien perder y menos como sucedió.
«No me querían dejar salir»
-Le tocaba espiar el contrario.
-Me tocaba viajar por Europa y me pasó de todo un poco. Anécdotas que se quedan ahí.
-Puede contar alguna.
-Me acuerdo cuando nos tocó el Lillestrom y quedé allí con una persona del club y no aparecía. Quería ver el campo antes del partido. No aparecía y en un taxi fui solo al campo. Era un estadio antiguo y por detrás de la valla había como metro y medio y un peldaño, y ahí me metí porque no había nadie. Entré en el campo para pisarlo y de repente apareció uno de esos perros grandes y tuve que salir corriendo. Si le pillo a Martín Fiz no me gana.
-Antes, casi no sale de Turquía.
-Uff. Creo que soy la única persona que ha hecho un Barcelona-Estambul, Estambul-Gaziantep y la vuelta Gaziantep-Estambul y Estambul-Madrid sin un solo sello en el pasaporte. Las pasé canutas. Cuando salí de Barcelona vi el cartel de Estambul, me fui para allí y no me pusieron el sello. A partir de ahí... Llegué a Gaziantep, el aeropuerto era como la parte de atrás de una gasolinera, no había ni ventanilla y directamente salí de allí, porque me estaba esperando un taxi. Así que a la vuelta... No tenía sello de entrada y no me querían dejar salir. Con mi francés a las seis de la mañana, un aeropuerto de esos que van con cajas de gallinas... Un chaval me dijo que me incorporara al pasillo de entrada al avión unos metros más adelante de lo que se debía y eso hice. Y en Estambul lo mismo. Me salvó una revista Don Balón que llevaba y un periódico turco donde aparecía yo en el palco de Gaziantep con el presidente del club. Vino un sargento, vino otro, vino cristo... Al final pude pasar cuando la azafata estaba hablando por el walkie talkie. Así que volví a Madrid sin un solo sello. Allí me decían los guardias que era imposible, que a ver cómo lo había hecho.
«Empezó en un año donde no había la más mínima intención de ascender»
Gestación del aquel equipo
-¿Qué equipo de los que analizaba le impresionó más antes de las eliminatorias contra el Alavés?
-El Inter. Tenía cosas que no tenían los demás. Había equipos como el Rosenborg que estaban acostumbrados a estar en Champions y UEFA todos los años, como el Kaiserlautern. Pero el Inter, con Recoba y compañía, tenía unos futbolistas muy buenos. Pero el Alavés era entonces un equipo muy difícil de batir, bien organizado y con jugadores importantes. Javi Moreno, Tomic, que marcó el segundo gol allí. Pero nos enfrentábamos a un equipo de internacionales y fuimos el primer equipo de la Liga española que en 42 años ganaba en San Siro. Bueno, yo siempre decía que éramos un equipo vasco.
-Javi Moreno decía, Tomic...
-Era un equipo armado con una base, Karmona-Téllez, Desio-Pablo y Astudillo. Y luego a partir de ahí vinieron jugadores como Gerard, luego Contra, Geli, Jordi Cruyff... Y, bueno, acertamos con lo de arriba después de que se marcharan Serrano y Codina. Algo que no era fácil. Por medio de Juan Carlos (Rodríguez) y consensuando con nosotros. Pero la base seguía siendo la misma. Hubo otros que dieron ese salto de calidad al equipo, Contra, Tomic, Jordi cuando vino. Dos porteros (Leal y Martín Herrera) que fueron Zamora, en un equipo como el Alavés. Es la leche. Fíjate que todo empezó en un año donde no había la más mínima intención de ascender. Después de un año malo en Vitoria, con 35 jugadores en la pretemporada, con Mestrovic, Ozegovic, Marcelo... Todos aquellos que no contaban y estábamos ciento y la madre. Fueron saliendo poco a poco y llegó ese ascenso con el que comenzó todo. Y al final, pues igual no aciertas tanto con los fichajes, la base tiene ya una edad... La lesión de Desio en aquel partido amistoso en Inglaterra contra el Fulham nos hizo mucho daño, Javi Moreno y Contra se marcharon...
«Creían en ellos mismos»
-¿Como fueron aquellos días previos a la final en Dortmund? ¿Cómo veía a los jugadores?
-Hombre, la experiencia del Liverpool era la que era, pero creo que se demostró en el campo que el equipo estaba preparado. Si lo piensas igual solo nos faltó un poco de suerte. Pero en los días previos veía bien a los jugadores. Había jugadores con mucho carácter y experiencia. Geli, Contra, Jordi, gente con personalidad y desparpajo, Karmona y Téllez, Desio y Pablo. Era algo que se habían ganado y creían en ellos mismos.
-Contra, Téllez... A veces jugadores complicados de llevar.
-Óscar era un chico excelente. Me acuerdo como si fuera hoy cuando Camacho me preguntó sobré él para la selección. Estaba jugando Paco Jémez en la selección y le llevó después a Óscar. Le dije, ya sabes porque le ha dejado a éste, porque cada día está más gordo, así que anda listo que como cojas un par de kilos... La verdad es que Óscar no tenía una situación familiar muy allí, con problemas en casa y de vez en cuando se le fundían los cables, pero muy buen chico. Una pena, porque podía haber mucho muchas más cosas en el fútbol. Era una central zurdo de los que no hay ahora. Potente, con una salida de balón en corto y en largo muy buena y serio en defensa. Mira que dúo hacía con Karmona, qué te voy a decir de Karmona. Además se llevaban como una cuadrilla de amigos y era lo importante. El grupo era fantástico dentro y fuera del campo.
«No sabe bien perder así, pero para nosotros llegar a la final fue como haber ganado»
orgullo
-¿Ha vuelto a ver el partido?
-Hasta el año pasado no. Pero con la pandemia no se podía salir de casa, dieron el partido y lo ví entero. Lo dejé grabado y alguna vez lo he vuelto a ver.
-¿Se ve muy diferente con perspectiva?
-Bueno... parecido. No tuvimos suerte en los goles que nos metieron. Y luego las expulsiones. Sobre todo la de Magno nos mató enteros. Salió acelerado y la jodimos en dos minutos. Luego no había nada que hacer.
-¿Qué recuerda del ambiente?
-Era buen día para robar en Vitoria. Estaba casi toda la ciudad en Dortmund y los demás se habían juntado para ver el partido. La cantidad de gente que había en el campo y el ambiente por parte de los dos equipos. Son partidos a repetir.
«Está todo muy ajustado, pero que se salve el Alavés, ¡claro!»
Una vida alejada de los banquillos, pero no del fútbol. «Ahí estoy, en activo», explica, como comentarista en Euskadi Irratia, y también como comercial de venta de vinos de las bodegas CVNE. «Creo que el trabajo, además de dignificar, te mantiene un poco en forma. Tampoco me mato ni tengo que fichar», bromea. Y ante el inminente desenlace de una Liga complicada para el equipo vitoriano, expresa su deseo. «Está todo muy ajustado, pero que se salve el Alavés, ¡claro!».
-Desde la temporada 2006-07 alejado profesionalmente de los banquillos, pero siempre ligado al fútbol.
-Sí, ahí estoy, en activo. Como comentarista de partidos del Athletic en Euskadi Irratia. Y el resto, pues ver siempre muchos partidos. Casi todos de Primera y alguno de Segunda también.
-¿Ha cambiado mucho el fútbol en estos quince años ?
-Sí, ahora mismo, también con los arbitrajes y el VAR. Yo estoy de acuerdo con la implantación del VAR, pero todavía hay muchas dudas sobre su utilización. Las manos, por ejemplo, no se pone de acuerdo nadie, a veces entra el VAR a veces no entra... Es una buena herramienta que todavía no se manipula demasiado bien y por eso deja muchas dudas. Igual es poco tiempo y hay que mejorarlo.
-En el aspecto físico y táctico, ¿ve muchos cambios en estas dos décadas?
-A ver, los equipos ahora tienen todos los datos del mundo físicos de los jugadores y analistas por todas las esquinas. Cómo juega el contrario... Pero también hay más igualdad. Incluso los equipos grandes, si no encarrilan rápido los partidos, sufren y les cuesta contra cualquiera y pasan apuros. Pierden el control del juego. Creo que antes había más distancia entre los tres o cuatro de arriba y los demás. Aunque es cierto que los de abajo suman pocos puntos este año. No sé si serán necesarios 36, 37 ó 38 puntos para la permanencia. Queda muy poco y está todo muy ajustado, pero que se salve el Alavés, claro. También han cambiado cosas con el dinero de las televisiones, pero si esto, como parece ahora con la pandemia y la ausencia de público, baja los equipos pequeños volverán a pasar apuros para fichar.
-Vamos, que sigue encima de todo lo que acontece en el fútbol y le interesa.
-Sí, sí... no voy a ponerme ahora a ver hockey sobre patines, je, je... Veo fútbol por todos los lados.
-Sigue recogiendo setas, perretxikos y hongos.
-Sí, cerca de casa tengo algunos senderitos para coger perretxikos y setas de vez en cuando, algún honguito también, pero ahora ya solo para casa. Pero sigo trabajando también en las bodegas CVNE, de comercial, vendiendo vino. Desde que dejé el fútbol lo he hecho. No me echan, así que estaremos todos a gusto. Bueno, tampoco me mato ni tengo que fichar, pero trabajo, mientras pueda, porque creo que el trabajo, además de dignificar, te mantiene un poco en forma.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
