Misión cumplida
En junio de 1975, el Alavés libró la promoción de permanencia en Segunda contra el Levante con empate en Valencia (1-1) y triunfo en Vitoria (1-0)
Para el Deportivo Alavés la temporada 1974-75 terminó casi tan tarde como la actual. Lo hizo el 15 de junio en un partido precisamente ... contra el Levante U.D. en el que el equipo babazorro se jugaba la permanencia en Segunda División tras verse abocado a disputar la promoción. En esa época había veinte equipos en la categoría de plata: bajaban directamente los cuatro últimos y los cuatro anteriores jugaban una promoción a doble partido con el segundo de cada grupo de Tercera.
El Alavés había hecho una mala campaña y podía dar las gracias por haberse librado in extremis del descenso directo. Quedó empatado a puntos con el Mallorca, que ese año bajó, y solo se salvó gracias al 'golaverage'. Tras el final de la temporada regular se celebró el sorteo para resolver el emparejamiento entre los de Segunda que promocionaban y los de Tercera que aspiraban a subir. Cuando se supo que al Alavés le había tocado el Levante, cundió la preocupación al entender que había tenido mala suerte: «Al Deportivo Alavés le correspondió el Levante, sin lugar a dudas, al menos sobre el papel, el equipo más difícil de cuantos intervienen en Tercera».
La estrella levantinista era Caszely, considerado uno de los mejores jugadores chilenos de la historia. No obstante, se decía que existía «cierta tirantez entre Caszely y sus compañeros, como se evidenció recientemente en unas declaraciones del internacional de su país que ponía a bajar de un burro a sus colegas e incluso a la afición levantina». Los aficionados granotas se olvidaron de esos supuestos piques y acudieron en masa (25.000 en total) al encuentro de ida en Valencia, en un campo «más propio de Primera División que de Tercera».
Dada la ancestral afición levantina a los petardos y el nulo control que existía en aquella época en los estadios, «no faltaron los consiguientes 'bombazos' y tracas, aun a costa del peligro que ello suponía para el vecino de localidad». Por su parte, «un puñado de vitorianos» se desplazó a Valencia para animar a su equipo, que tuvo una actuación excelente, destacando no tanto la técnica sino «el pundonor puesto en la lucha por cuantos defendieron la camisola albiazul». Moreno secó completamente a Caszely y Pana, en el minuto 83, compensó el gol azulgrana, marcado por el chileno tres antes.
El 1-1 final ponía las cosas de cara para el Alavés, pero la prensa animó a no confiarse: «Quedan por medio 90 minutos de juego en los que se va a solventar lo que no han decidido 38 partidos de liga. 90 minutos trascendentales en los que los albiazules, con el incondicional apoyo de su hinchada, deben inclinar la balanza de su lado». Los aficionados albiazules no fallaron y se convirtieron en «los principales protagonistas del encuentro», alentando a los suyos sin parar. Incluso cuando algún jugador cometía algún error, en vez de pitos se oían aplausos de ánimo. Ello hizo que los futbolistas se vaciaran en un esfuerzo constante. En el minuto 62, Aramburu marcó el gol que dio la victoria al conjunto vitoriano.
Al final se produjo una auténtica explosión de júbilo colectivo: «Hasta que el colegiado de turno dio por terminada la contienda, nadie se movió de su localidad, pero luego se pasó a la gran apoteosis ya que la hinchada, eufórica, invadió el terreno de juego para abrazar y sacar a hombros a los jugadores que exteriorizaban también su alborozo con efusivos abrazos».
El once babazorro continuó la celebración en el vestuario. Aramburu declaró que el que había marcado era el gol más importante de su vida deportiva y todos los futbolistas destacaron el apoyo de «la hinchada, que hoy ha tenido un comportamiento ejemplar. Así podremos llegar lejos». EL CORREO resumió así una eliminatoria con la que el equipo albiazul cerraba con éxito una temporada difícil: «El Alavés, aunque haya sido a trancas y barrancas, con sufrimiento hasta el último minuto, mantiene el tipo en Segunda. Esa era la meta, ese el objetivo. Por tanto, misión cumplida».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión