El derbi copero entre el Alavés y el Athletic levantó un gran interés. Archivo Municipal. Yanguas

Alavés

La Copa llega a Mendizorroza

Derbi ·

El primer partido del Alavés en casa en este torneo fue en febrero de 1928 frente al Athletic

Jueves, 4 de enero 2024, 00:29

El primer campeonato de España de fútbol –también denominado Copa del Rey, por el trofeo donado por el monarca Alfonso XIII– tuvo lugar en 1903. ... Faltaban casi dos décadas para la fundación del Deportivo Alavés y además durante mucho tiempo disputaban este torneo solo unos pocos equipos. Por eso, el equipo albiazul tuvo que esperar hasta la temporada 1927-28 para jugar la Copa, tras proclamarse ese año subcampeón de Vizcaya.

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Aunque pueda parecer contradictorio, el Alavés comenzó jugando su primera Copa con un sistema de Liga. Tras dos eliminatorias previas, los veinticuatro clubes restantes se dividieron en cuatro grupos de seis, que disputaron una liguilla entre ellos. Los dos primeros de cada uno pasaban ya a cuartos de final, con eliminatorias a doble partido. El Alavés quedó encuadrado en el Grupo II, que englobaba a las federaciones vizcaína, cántabra y centro. Además, le tocó jugar sus dos primeros partidos fuera, en Santander y en Madrid, por lo que hasta la tercera jornada, el 19 de febrero de 1928, la Copa no llegó a Mendizorroza.

Lo hizo con un partido de gran interés, puesto que el contrario era el Athletic de Bilbao, el único que había superado al conjunto babazorro en el campeonato regional. La prensa destacó que no era un choque normal, sino un «partido del campeonato de España», y escribió que en Vitoria «el entusiasmo raya a la altura de la demencia. Aquí no se habla de otra cosa». En previsión de una excesiva tensión, se recomendaba al público «la mayor corrección: Que no falte el '¡Ánimo pues!', pero que se olvide nadie de sus deberes ciudadanos». Además, se recordaba que, en ocasiones anteriores, el Alavés se había sentido en San Mamés «como en su propia casa».

Orla de la plantilla del Alavés de la temporada 1927-28. Fundación Sancho el SAbio

El problema fue que, ante la expectación existente, era casi imposible conseguir entradas. Y eso que los socios tenían que pagar, tal y como contaba con gracia 'Heraldo Alavés': «Un socio que va a todas partes con el equipo, que se sacrifica a veces hasta desnivelar su presupuesto, se llega al Deportivo a por dos entradas de tribuna, una para él y otra para su señora, que hasta ahora creía que el fútbol era una sosada y ahora le ha entrado el 'sarampión'. El hombre quiere complacer a su señora por encima de todo y se acerca a la taquilla del Deportivo. A ver, dice –exhibiendo su carnet de socio–, una entrada de tribuna de socio y otra para mi 'socia', que no lo es del club. Perdone, señor –le responde el taquillero– no puedo complacerle más que en la primera parte de su petición. Le daré su tribuna solamente».

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Al final, el campo se llenó a reventar y hubo un ambiente espectacular, con muchas banderas albiazules y rojiblancas, incluyendo a chicas vitorianas «con la boina y la insignia del Deportivo». Ya por la mañana, los bares no daban abasto y «las calles de Vitoria tenían una animación desusadas». El Alavés dominó el partido y venció por primera vez al Athletic en un partido oficial (2-0, con goles de Crespo y Unamuno). Se abrió así el camino a un magnífico debut alavesista en la Copa, pues en su primera participación llegó hasta semifinales.

Este primer partido copero en Mendizorroza fue también muy comentado por el buen ambiente que reinó entre ambos conjuntos, a pesar de la tirantez que se temía: «Pese al interés que tenían bilbaínos y vitorianos por salir triunfantes en el partido de ayer, la más exquisita corrección y el más sano deportivismo imperó durante los noventa minutos de juego». Esa confraternidad continuó después, pues la directiva albiazul invitó a un 'lunch' en los locales del club a los representantes del Athletic, a los árbitros y a los jugadores de ambos onces, así como a otras personalidades que habían venido a presenciar el encuentro. Entre ellos se encontraba el presidente del Real Madrid, Luis Urquijo, de ascendencia alavesa. Algunos cronistas destacaron que estaban «realmente encantados de haber visto tanta deportividad y tanta educación por todas partes. Así y solo debe ser el deporte».

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