Los primeros infantiles del Alavés
Desde muy pronto, el Deportivo Alavés trató de fomentar el fútbol entre los jóvenes de la ciudad integrándolos en las actividades del club. No obstante, ... el juego estaba todavía en pañales y las diferentes categorías de edad tampoco se habían concretado. Así se reflejó en el primer campeonato infantil organizado por la entidad babazorra en la primavera de 1923. En principio, el reglamento del Alavés preveía la existencia de 'socios infantiles', que serían los menores de dieciocho años y pagarían una cuota menor. Esta edad límite parece hoy exagerada, pero hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el derecho de voto estaba entonces en los veinticinco años. Pero a la hora de organizar su campeonato infantil, el Alavés rebajó la edad máxima primero a diecisiete y más tarde, a dieciséis.
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Para inscribirse, los equipos debían enviar una carta al presidente del Alavés antes del 15 de marzo consignando el nombre del conjunto y el color de su uniforme. El 28 de ese mes, el Alavés anunció que se habían apuntado seis conjuntos: Amaya, Álava F. C., Hispania, Numancia, Unión Deportiva y el propio Deportivo Alavés. La competición iba a empezar el domingo de Pascua, 1 de abril, pero enseguida surgieron dificultades derivadas del límite de edad.
En efecto, casi a la vez había surgido una polémica al respecto entre los dos diarios locales. 'Heraldo Alavés' publicó varios artículos pidiendo que se subiera la edad máxima a veinte o incluso veintiún años, como al parecer se hacía en Madrid. El periódico afirmaba que con menos de diecisiete años los «jóvenes no han adquirido suficiente desarrollo para un ejercicio continuo, violento y prolongado». Además, «en Vitoria la afición a este deporte desde hace bastantes años ha sido poca, por no decir nula, y los jóvenes no han podido desarrollar todas las facultades que poseían».
Por el contrario, el otro diario local, 'La Libertad', apoyó la decisión del Alavés alegando que bastantes jugadores del primer equipo albiazul tenían menos de veintiún años: «Según esta teoría, no puede darse el título de infantil a tal serie de encuentros, porque, si han de jugar muchachos de 21 años, tendremos que los colosos Echevarría, Espada, Lorente, etc., tendrán que competir con el Numancia y otros equipos en los que la mayoría de los equipiers visten aún pantalón corto». Por ello, el campeonato no tendría interés, pues ningún conjunto, salvo los regimientos militares de la ciudad, podía compararse al once babazorro: «Sería una lucha muy desigual, en la que de antemano conoceríamos al campeón». Además, 'La Libertad' recalcaba que en otras ciudades, donde el fútbol estaba más desarrollado, había campeonatos para chicos de trece a dieciséis años y ello no suponía problemas de salud para ellos.
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La polémica trajo consecuencias prácticas, pues uno de los clubes apuntados, el Amaya, decidió retirarse del concurso, acusando al Alavés de contradecir su propio reglamento, que claramente delimitaba la edad infantil hasta los dieciocho años. El Amaya añadía que «el balompié en Vitoria está muy decaído y no tiene ni término de comparación» con localidades cercanas, como Bilbao o San Sebastián, donde sí era posible organizar un torneo para menores de dieciséis.
Pese a estas discusiones, el campeonato pudo celebrarse por sistema de liga con seis equipos, pues al final un nuevo once, el España, se apuntó a la competición. Varios jugadores albiazules, como Espada, Sagarna o Goicoechea, actuaron en calidad de árbitros. Sin embargo, en la disputa del torneo se acumularon los problemas: varios conjuntos no se presentaron a sus encuentros; un partido tuvo que suspenderse cuando faltaba media hora porque en el mismo campo tenía que jugar el primer equipo del Alavés; y hubo protestas porque en algunos conjuntos estaban compitiendo futbolistas no inscritos. Todo ello era un reflejo de las dificultades que un Alavés casi recién nacido tenía para fomentar la cantera.
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