Jugar después del Tres de Marzo

Lo mismo sucedió en el ámbito deportivo, aunque en cada caso se hizo de manera diferente. Así, algunas competiciones se suspendieron «debido a las circunstancias que concurren y que están en el ánimo de todos». Fue el caso de los partidos de fútbol de Regional Preferente -Alavés Promesas-Touring, Aurrera de Vitoria-Hernani y Forjas-Urola- o del campeonato provincial de baloncesto. En Primera división de este deporte, el Baskonia (entonces denominado Vasconia) anunció «que no iba a acudir a Santa Cruz de Tenerife para enfrentarse al Náutico, debido a las circunstancias por las que atravesamos». De hecho, los baskonistas se encontraron con que las agencias de viajes y los bancos estaban cerrados, por lo que no podían organizar su desplazamiento. Sin embargo, la federación avisó de que, si no comparecía, el sería descalificado, por lo que «los jugadores vitorianos han tenido que salir rápidamente para la capital de España, donde allí se encargará la Federación Española de facilitar billetes de avión y alojamiento a nuestros representantes».

El Alavés no fue ajeno a ese sentimiento de pena y repulsa, aunque lo expresó de manera distinta. El domingo siguiente, 7 de marzo, el equipo albiazul jugaba en Mendizorroza un partido de Liga de Segunda División contra el San Andrés catalán. El club decidió mantener el compromiso, pero «los jugadores del Deportivo Alavés vistieron brazaletes negros en señal de duelo por los últimos luctuosos sucesos acaecidos en nuestra ciudad».

Sobre el ambiente se cernía el recuerdo de la tragedia, tal y como escribió EL CORREO: «Media hora antes de comenzar, Mendizorroza se mostraba casi desierto en sus graderíos. Poco a poco, el público fue afluyendo. Preocupado, no sólo por el partido, sino porque las cosas no estaban para espectáculos deportivos, pero había que dar paso a los acontecimientos, y el partido era uno más». De hecho, la entrada fue muy floja, «aunque ya era esperado debido a que la ciudad se encontraba -y sigue- sobrecogida por los acontecimientos últimos. También el ambiente fue frío, sumamente frío, con silencio durante la mayoría del encuentro, a no ser los minutos que se utilizaron, muchos, para abuchear a los equipos por su mal juego».

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En efecto, los jugadores parecían haberse contagiado de la tristeza del momento. El entrenador albiazul, Ben Barek, alineó a Rodri, Martin Vila, Montejo, Español, Bea, Zuloaga, Ortigosa, Arambarri, Uriarte, Sánchez Martín y Pana. Apenas hubo ocasiones, salvo un tiro de Uriarte, a seis minutos del final, al que respondió el guardameta catalán Blanch con una buena parada. Finalmente, tras noventa minutos de aburrimiento, el choque terminó en empate a cero.

En sus declaraciones, varios protagonistas se refirieron, más o menos directamente, a los sucesos del 3 de marzo. Por ejemplo, el directivo José Manuel Saracho reconoció ya en el descanso que «quizás el ambiente está enfriando a los equipos». Ben Barek declaró por su parte que «era un partido que estaba rodeado de raro ambiente. Nuestros jugadores afectados y claro, no salió ese juego alegre; tampoco se contó con ese apoyo del público, lo que siempre anima mucho». Más explícito fue el presidente del San Andrés, Juan Coma: «Aunque sea meterme en un terreno extradeportivo, diré que, al llegar ayer a Vitoria, nos encontramos con una ciudad enrarecida, diferente a la de otras veces. Hemos sentido todos mucho lo que ha pasado aquí. Por eso, deseamos que mejoren pronto las cosas y que la situación se normalice».