Fernando Muñoz, en el centro de la imagen durante el partido amistoso en el que fue homenajeado el 10 de mayo de 1953. photo.araba.eus
Historias en albiazul

Un boxeador sobre el césped de Mendizorroza

Martes, 9 de mayo 2023, 00:05

Solo los aficionados más veteranos se acordarán de Fernando Jiménez Muñoz, pese a que durante mucho tiempo fue el masajista del Deportivo Alavés y que ... llegó a entrenar al primer equipo en la temporada 1952-1953, en Segunda División. Conocido en el mundo deportivo por su apellido materno (Fernando Muñoz), quienes lo trataron lo recuerdan por su gran humanidad y cordialidad, así como por su tartamudez. Su nombramiento como técnico fue debido a que el titular, Antonio Molinos, enfermó repentinamente y la Directiva hubo de buscar un sustituto de urgencia, pero hizo un buen papel, dejando al equipo cerca de la liguilla de ascenso.

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Antes de centrarse en el fútbol, Muñoz se había dedicado con alma y cuerpo al boxeo. Nacido en Vitoria en 1907, emigró con solo catorce años a Mar del Plata (Argentina), donde disputó 45 combates como aficionado, mientras trabajaba a la vez como dependiente de comercio. A su vuelta a Vitoria en 1925, contribuyó a fomentar este deporte en Álava. Formó parte de la sección de boxeo del club albiazul y llegó a proclamarse campeón provincial de peso ligero. No obstante, el hecho de que el boxeo no estuviera demasiado desarrollado en la capital alavesa le obligó a dejar su ciudad natal, comenzado una corta pero exitosa carrera como púgil profesional.

Muñoz, Durante su época como boxeador entre 126 y 1931.

Según la web especializada www.boxrec.com, disputó al menos 42 combates profesionales, entre 1926 y 1931, logrando 25 victorias, cinco de ellas por KO. Debutó en el Teatro Colón de San Sebastián, venciendo a Fernando Lacoste, y se retiró tras perder en el Salón Nuevo Mundo de Barcelona contra Fernando Sanz, en una pelea por el campeonato de España de su categoría. En Vitoria, donde disputó varios combates en el Ideal Cinema, con el escenario reconvertido en ring, era un ídolo local. En abril de 1926 'Heraldo Alavés' lo calificó como «un jovencito vitoriano a quien no quisiéramos tener la desgracia de pisarle un callo».

También fue muy querido en el resto del País Vasco. El diario deportivo bilbaíno 'Excelsius' publicó en 1931 una entrevista con Mr. Paddington, un inglés que conocía «al dedillo el boxeo español del Norte. No se pierde ninguna reunión por estas latitudes. Se sabe de memoria el boxeo de Fernando Muñoz». El experto alababa al púgil alavés: «Ese Muñoz tiene mucha sangre, mucho 'courage' y una izquierda muy veloz (…). Mucho adversario -'a great opponent'- ese Muñoz». Su fama saltó más allá de las provincias vascas y llegó incluso a las páginas de ecos de sociedad, como lo demuestra el hecho de que el periódico madrileño 'Gran Sport' publicara en 1930 la noticia de su próxima boda: «Fernando Muñoz, el buen peso ligero alavés, parece que piensa cambiar de estado. De veras le deseamos feliz prosperidad en esta nueva fase de su vida».

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Tras labrarse una carrera como púgil, Fernando Múñoz fue masajista y técnico en el Alavés de posguerra

Tras incorporarse como masajista al Alavés en la posguerra, Muñoz fue objeto de dos homenajes por parte del club, el 10 de mayo de 1953, en un partido contra el Valladolid, y el 22 de septiembre de 1963 contra el Langreo, con motivo de su retirada. Siguió después trabajando como fisioterapeuta en la Policlínica de la calle beato Tomás de Zumárraga hasta su jubilación en 1972. Con este motivo, concedió una entrevista a EL CORREO, en la que recordaba que en el Alavés cobraba 800 pesetas mensuales y había llegado «a ser de todo: masajista, practicante, entrenador…». Antes, como boxeador había celebrado muchos combates en Mendizorroza, en la pista de tenis: «Eran los buenos tiempos del Alavés y comenzaron mis tratos con don Amadeo [García de Salazar], don Hilario [Dorao], etc.».

Cuando el periodista le preguntó cómo veía en 1972 al Alavés, Muñoz mostró su preocupación por la suerte del equipo: «No quiero ni opinar. Yo por el Alavés daría todo. Pero que conste que digo por el Alavés. Han sido 29 años sintiendo los colores alavesistas. Me agradaría que ascendiera a Primera. ¡Ojalá!». Fernando Muñoz falleció en 1993, cinco años antes de que el Alavés volviera a la máxima categoría, en mayo de 1998.

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