El alavesista de Nueva York
Su padre era natural de Sestao y su madre había nacido en Páganos, pero Carlos del Escobal Rodríguez vino al mundo en la ciudad de los rascacielos y en 1939 fichó por el club albiazul
Tal y como expliqué en esta sección la semana pasada, durante la Guerra Civil jugaron en el Deportivo Alavés dos futbolistas originarios de Cuba y ... Filipinas (Mario Inchausti y Gregorio Ameztoy, respectivamente). En la temporada 1939-1940, nada más terminar el conflicto bélico, se incorporó a la disciplina albiazul otro jugador nacido en el extranjero, aunque –como los dos primeros– era de origen español. Se trataba de Carlos del Escobal Rodríguez, que había venido al mundo en Nueva York el 25 de febrero de 1918. Una página de Facebook dedicada a su memoria aporta recuerdos sobre su familia y su vida (www.facebook.com/carlosdelescobalrodriguez).
Su padre, Valentín, era natural de Sestao y su madre, Encarnación, había nacido en Páganos, en Rioja Alavesa. El matrimonio emigró a México en busca de mejores condiciones económicas y allí Valentín habría llegado a conocer en persona al líder revolucionario Emiliano Zapata. La idea de Valentín era trabajar de tornero en México, pero, al no poder lograr este objetivo, se desplazó a EE UU, donde nació «por accidente», como él mismo decía, su hijo Carlos. Sin embargo, Encarnación no se adaptó a 'la Gran Manzana' y el matrimonio regresó al País Vasco.
Según esa página de Facebook, al comenzar la Guerra Civil su padre fue encarcelado en Bilbao por su militancia socialista y asesinado tras ser liberado de la prisión. Sin embargo, Valentín Escobal aparece en la documentación de la época como miembro del Partido Republicano Radical-Socialista, y no como socialista. Además, su nombre no está incluido en el listado elaborado por Gogora de 'Víctimas mortales de la Guerra Civil en Euskadi' ni, aparentemente, en otras fuentes.
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En cualquier caso, su hijo Carlos, todavía muy joven, tuvo que apoyar a su familia, trabajando como empleado en Fornituras Bilbao, que vendía accesorios de prendas de vestir. Sin embargo, su pasión fue desde muy pronto el fútbol. Ya en 1935 jugó con el San Pedro de Sestao y en abril de 1938 fue suplente en el partido que enfrentó en Burgos al Athletic de Bilbao con un combinado de esta ciudad castellana.
Se dice que realizó dos veces el servicio militar, una por él y otra por su hermano Alejandro. Un teniente se percató de la suplantación, pero hizo la vista gorda, ya que le interesaba tenerlo como jugador de fútbol. Por ello, le destinó a tareas administrativas y le permitió compatibilizar la mili con el ejercicio del deporte rey. Por si fuera poco, al tener también nacionalidad norteamericana, habría sido llamado infructuosamente a filas por el ejército de EE UU durante la Segunda Guerra Mundial.
Como ya he adelantado, en el otoño de 1939 fichó por el Alavés. La prensa vitoriana pensaba que podía dar a la delantera albiazul «movilidad y rapidez, condiciones de que adolece notablemente». Debutó el 22 de octubre de ese año contra el Real Unión de Irún. El equipo babazorro venció por 2-0 y Escobal desarrolló «muy buena labor». En noviembre, con ocasión de un partido contra el Tolosa, 'Pensamiento Alavés' escribió que «Escobal, voluntarioso como nunca, comiéndose materialmente el cuero, fue el magnífico interior de otros partidos. ¡Esas combinaciones con Fernández quedarán para siempre en el recuerdo de los espectadores de ayer!».
Escobal estuvo solo un año en el Alavés. Más tarde, jugó en el Indauchu, en Osasuna y en el Logroñés. Su buen hacer llamó la atención del Español de Barcelona, que en 1942, «enterado de sus triunfos en el Indauchu, piensa probarlo, por si merece la pena que cambie de camiseta». Pero finalmente su trayectoria se centró en el conjunto del campo de Garellano. Aquí llegó a ser entrenador del primer equipo, contribuyendo al mayor éxito en la historia de este club, que fue el ascenso a Segunda División en 1955.
Después siguió dirigiendo equipos inferiores del Indauchu. Se casó con Francisca Elexpe, con la que tuvo dos hijas. Falleció el 11 de abril de 2010, a los 92 años.
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