

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La imagen es la mismísima definición de la emoción. Un Adrián Rodríguez encorvado, incapaz de contener las lágrimas. Es la felicidad por vivir un día histórico y disfrutar de un momento único. De cumplir un sueño. De recoger el premio a una lucha diaria trabajada con guantes y en esa especie de 'mina' que es la portería, tan sacrificada como poco agraciada. Debutó en Primera con el Alavés, al que llegó hace cuatro años, en un partido único por muchos detalles. Y lo hizo con una victoria que nunca olvidará.
Minuto 59 y Coudet le llamó para entrar al campo. Su estreno no fue el deseado porque lo hizo en sustitución de Sivera. El capitán albiazul cayó lesionado después de recibir un rodillazo de Ayoze en la cara en un balón cruzado; es más, el portero alicantino tuvo que se trasladado al hospital y le tuvieron que «reconstruir» el labio. Sin embargo, el testigo se lo pasó Cabanes. Ortiz Arias expulsó a Sivera tras revisar la acción en el VAR por malograr una ocasión manifiesta de gol con la mano.
Tienes 24 años y llevas media vida luchando por un sueño, esperando una oportunidad. Debutas en @LaLiga. La emoción se apodera de ti.
— Deportivo Alavés (@Alaves) March 8, 2025
✖️ Adrián Rodríguez:
PURO ALAVÉS,
PURO FÚTBOL ✖️#AlavésVillarreal | #GoazenGlorioso ⚪️🔵 pic.twitter.com/vHPvd2qTUt
Su debut no fue un examen, fue un máster en toda regla. El equipo debía defender las embestidas de un Villarreal que debía aprovechar su superioridad numérica. Y en ese esfuerzo titánico por sostener el chaparrón 'amarillo', la lluvia se afanó en dificultar aún más la tarea. Pero aún faltaba la puntilla con la expulsión de Blanco. Sobre los hombros de Adrián recaía la responsabilidad final de evitar que la victoria se escapase de Mendizorroza. Y el arquero se mostró seguro en las intervenciones que tuvo, tanto blocando como por alto. Incluso demostró madurez para demorar el tiempo necesario para dar un respiro al equipo, a pesar de que aquello le costase una amonestación.
Tras el pitido final toda esa tensión y emoción estallaron. «Tienes 24 años y llevas media vida luchando por un sueño, esperando una oportunidad», comentó el club en un tuit en el que compartió las lágrimas de Adrián. Diarra y el doctor del equipo se acercaron a abrazarle y felicitarle por este día que guardará siempre en su memoria. Tras ponerse en pie, se secó -con la lluvia resultaba imposible- las lágrimas y se dirigió al fondo para celebrar con su compañeros el triunfo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.