Samu Omorodion | Jugador del Alavés
«Mi gran objetivo en el fútbol era brindar una vida mejor a mi madre»Entrevista ·
El delantero del Alavés evoca su origen humilde y lo «mucho» que sufrió su progenitora para salir adelante. «Ella priorizaba los estudios, pero yo sabía que sería profesional»Samu Omorodion (Melilla, 2004) habla en voz baja durante la entrevista. Con la timidez propia de un chico de 19 años que acaba de llegar ... al mastodóntico mundo del fútbol profesional. Un contraste colosal con la exuberancia física que destila en el campo. Un diamante en bruto extraído de los campos más humildes. Melillense de nacimiento, pero sevillano de sentimiento. «Nada más nacer, con menos de un año, mi familia emigró a Sevilla y me he criado allí toda la vida», explica el deslumbrante delantero del Deportivo Alavés.
– Sus raíces son nigerianas. ¿Cuál es la historia de su familia?
– Mi madre es de Nigeria, sí, y ella, como la mayoría de africanos que siempre quieren intentar venir a España, soñaba con una vida mejor para sus hijos. Ha pasado mucho para llegar hasta Europa. Gracias a Dios todo salió bien. Mi padre es de Nigeria también, pero están separados.
– ¿Y ese físico de quién de los dos le viene?
– De parte de mi padre, pero mi madre también es alta. Son características que vienen de los dos.
– ¿De pequeño en el colegio ya destacaba por su altura?
– Sí, ya era bastante alto. Había gente que no se creía que tendría ocho años o la edad que fuera en ese momento.
– ¿Le ha tocado vivir algún episodio de racismo en el fútbol en primera persona?
– Sí. El año pasado viví uno que no quiero recordar. Fue en la final de los play off por ascender a 1ªRFEF, pero prefiero no darle importancia porque a esas cosas no hay que darle mucho bombo.
– En una entrevista en 'El Ideal' de Granada decía que uno de sus objetivos en el fútbol era que su madre dejara de trabajar. ¿Ya lo ha conseguido?
– Sí, gracias a Dios. Era mi primer objetivo porque ella ha sufrido mucho para que yo esté donde estoy ahora. Todo se lo debo a ella y ahora se merece disfrutar y que yo le pueda brindar una vida mejor.
– En Sevilla vivía en el Barrio de la Macarena.
– Sí, un barrio humilde y con gente muy cercana. Muy feliz.
– ¿Ahora le pararán por la calle?
– Llevo tiempo sin ir, la última vez fue en verano y todavía no era nadie. No sé si ahora me pararían o no. Allí voy como uno más, como uno de toda la vida. Ahora estoy viviendo en una nube e intento normalizar esas cosas.
– ¿Era buen estudiante?
– Sí. Siempre he estudiado, mi madre siempre priorizaba los estudios al fútbol, pero cuando fui a Granada el primer año me costó mucho compaginarlos. Tuve una conversación con ella, le dije que yo sabía que iba a ser futbolista y que me iba a centrar en el fútbol. Entonces los dejé un poco de lado y ha salido bien, pero me gustaría retomarlos en el futuro.
«Siempre he sido bastante alto, en el colegio había gente que no se creía que tenía ocho años»
– En el Nervión, equipo vinculado al Sevilla, sí tuvo alguna duda porque no apostaron por usted.
– Yo tenía claro que iba a salir profesional, igual no con 19 años pero sabía que iba a ser futbolista. No confiaron en mí y pasé unos momentos duros porque veía que no llegaba la recompensa, pero confiaba en mí. Y le doy las gracias al Granada por confiar en mí cuando nadie lo hacía.
– Contra el Granada celebró el primer gol (propia puerta), pero el suyo, no.
– Ya lo he dicho. En el primero no toco el balón en ningún momento y por eso lo celebro. El que meto yo no lo celebro por eso, por respeto y gratitud.
– Todo explota este verano. En unas semanas pasa de jugar en 2ªRFEF a debutar en Primera; del Granada al Atlético y de ahí al Alavés. ¿Cómo se gestiona todo eso?
– Fue todo muy rápido. También la temporada pasada, debutar como internacional sub-19, ir al Europeo... Hice la pretemporada con el primer equipo, se me dieron bien las cosas y el míster decidió que estaba apto para debutar en la categoría. Y ya sabéis todo lo que pasó después. Muy contento.
– Luis García insiste mucho en tener calma con Samu. ¿Se lo repite también a usted?
– Tiene razón. Soy un chico de 19 años. La gente que me conoce sabe que tengo los pies en el suelo, soy un chico humilde y el míster me transmite tranquilidad, que confía en mí y que haga lo que sé hacer, lo que me ha traído hasta aquí.
– ¿En el vestuario quién es su padre adoptivo, quién le da más consejos entre los veteranos?
– Owono me ayuda mucho. A Luis (Rioja) también le considero un padre para mí, siempre me dice las cosas cuando me las tiene que decir, me ayuda mucho dentro y fuera del campo.
«He hecho goles toda mi vida, los datos están ahí. Este año me está costando, pero irán entrando»
– ¿Qué se ha encontrado en el Alavés?
– Un grupo muy cercano, desde el primer momento me ayudaron a integrarme. Con un vestuario así es todo más fácil. Contento también en la ciudad y con el apoyo de la gente.
– ¿Algún compañero le ha sorprendido especialmente?
– Guevara, tío. Me ha sorprendido mucho, es un jugador muy completo. Bueno, ya estáis viendo todos su nivel en el campo.
– A alguno lo tendría en alguna liga fantasy.
– A Luis Rioja lo tenía en el Comunio, sí (ríe).
– Su ídolo fue Eto'o. ¿Ahora en qué delantero se fija?
– Me reflejo mucho en cómo jugaba él, ha sido un referente para mí. Ahora me fijo en todos los grandes delanteros, intento aprender de todos. Si están ahí es porque son top mundial y ojalá algún día pueda llegar a ese nivel.
– ¿Y el estilo de juego del Alavés le ha sorprendido? Le gusta proponer.
– Siempre queremos tener el balón e intentamos proponer. Sé al equipo al que vengo y tengo que estar preparado para jugar como me pida el míster.
– Jugando así no debería haber problemas para salvarse.
– No, el objetivo se va a cumplir. Habrá momentos duros en los que no nos salgan las cosas, pero la tónica de la temporada está siendo que nunca perdemos la cara a los partidos, siempre competimos y llegarán resultados como están llegando últimamente.
– ¿Ha tenido tiempo de conocer Vitoria?
– No estoy acostumbrado al frío, me cuesta convivir con ello, pero estoy muy contento, he visitado varios sitios de la ciudad ya. Cuando no tenemos entrenamiento, intento hacer cosas: ir al gimnasio, a la autoescuela, que me estoy sacando el carnet del coche. La vida normal de un chico de 19 años, sin mucho más misterio.
– Sin carnet de conducir, ¿con quién va a los entrenamientos a Ibaia?
– Con 'Karri' (Jon Karrikaburu). Vivimos cerca los dos. Hay varios compañeros que vivimos por esa zona y así es todo más fácil.
«No estoy acostumbrado a fallar tanto»
Samu Omorodion ha disputado seis partidos como titular en el presente campeonato y marcado cinco goles, cuatro con el Alavés y uno con el Granada. Le van cuadrando las cuentas que anunció a su llegada.
– Se presenta en Vitoria diciendo que va a anotar diez o quince goles. ¿Hubo vacile en el vestuario?
– No sé por qué tuvo tanta repercusión eso. Puede ser porque vengo de donde vengo y la gente no esperaba que dijera eso. Pero no me importa, me centro en trabajar y el objetivo, sobre todo, es seguir creciendo y aprender cosas de la categoría. Eso es lo importante, los goles vendrán solos.
– Sí denota confianza en uno mismo y ambición.
– Yo confío mucho en mí mismo y sé de lo que soy capaz.
– Seis partidos de titular y cinco goles. Olfato tiene.
– El gol lo tengo, los datos están ahí y yo no voy a descubrir nada. Yo he hecho goles toda mi vida. Es verdad que este año me está costando un poco más de cara a portería, pero voy a seguir trabajando para poder meter todas las ocasiones que tenga.
– ¿Se ve como el futuro delantero de la selección española?
– El tiempo dirá. Ahora mismo estoy en la sub-21 trabajando y demostrando que tengo nivel para ir convocado. Competir con la camiseta de España es un orgullo.
– El míster dijo que en el Alavés se le elogia por los que marca, pero en el Atlético le criticarían por las que falla. ¿Le da muchas vueltas a los fallos?
– Soy muy exigente. Antes le daba muchas vueltas, ahora asimilo mejor que se puede fallar. Pero no estoy acostumbrado a fallar tanto y me fastidia que me esté pasando, pero sé que dentro de poco las ocasiones me irán entrando.
– En el entrenamiento del miércoles erró un penalti y, de la mala leche, casi rasga el peto.
– Más o menos los compañeros ya me conocen y saben que no me gusta fallar ni perder, eso me enfada bastante.
– De momento son todo elogios. ¿Qué tal se lleva con las críticas?
– Hay que vivir con eso. Ni cuando hago un gol soy muy bueno ni cuando fallo ocasiones soy muy malo. Me estoy acostumbrado poco a poco a las críticas. La gente da su opinión y yo la respeto.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión