Los goles llegan desde Galicia

El Alavés 'fala galego'. Puede que lo haga en el vestuario. Pero, sobre todo, la sufridora hinchada albiazul espera que lo hable sobre el césped. Porque de la conexión entre estas tres piezas, las más talentosas del bloque albiazul, pueden depender muchas de las opciones vitorianas de permanencia. El año pasado la sintonía entre los dos puntas, once goles cada uno, fue la mejor baza de un Alavés demasiado gris.

Peleteiro llega para ser esa figura que no ha sido fácil ver en Mendizorroza en las últimas temporadas. El gallego, de 29 años, es uno de esos enganches de talento. Con el 4-4-2, sistema habitual desde el regreso a Primera, la línea de tres cuartos sólo tenía inquilinos en los extremos. Es decir, más desborde y explosividad. Sólo Ibai Gómez completaba sus excelentes centros con una técnica de primer nivel. Tampoco Camarasa, cuando Pellegrino optaba por el 4-2-3-1, era el tradicional '10' de calidad.

De momento Machín ha prescindido de esa figura. Tanto en el sistema de cuatro defensas como en el de tres no existía. Los carrileros -o extremos- además de los interiores con vuelo eran el segundo batallón de la ofensiva vitoriana. En línea de tres cuartos los efectivos eran escasos. Y ahí los dos delanteros se han encontrado muchas veces demasiado solos. No ha sido extraño ver a Lucas retrocediendo muchos metros para mantener un contacto más continuo con el balón.

Jota es esa figura para transitar entre el centro del campo y la delantera. Por su perfil podrá hacerlo de varias maneras. Las últimas incorporaciones del mercado, así como la recuperación física de Pina y Manu, invitan a pensar que Machín consolidará su sistema de tres centrales. Con la opción de que Jota juegue como carrilero descartada -no es un futbolista que destaque por su despliegue y trabajo defensivo- su entrada en el once pasa por dos caminos. Puede hacerlo, primero, en el trivote del centro. Ahí el Alavés sacrificaría una figura más física para dar cabida al talento. Partiría en esa zona, aunque con un evidente vuelo que deberían compensar sus dos acompañantes.

La segunda opción obligaría a una vuelta de tuerca que no sería nueva en la libreta de Machín. En el Girona sacrificó durante muchos momentos uno de los dos puntas -y un futbolista del trivote- para introducir detrás de él a dos enganches. Ahí encontraría su mejor ecosistema, aunque a costa de romper la pareja en la delantera. Aunque Lucas podría ser esa pieza móvil entre Jota y Joselu.

También podría partir desde la derecha, a pie cambiado, en el 4-4-2. Ahí ha jugado la mayoría de los minutos en Inglaterra. Su talento y claridad con el balón, hasta ahora escaso en el Alavés, le permiten ser un verso suelto. Aunque no sin descuidar unas tareas defensivas obligatorias. En Vitoria se reencontrará con Pacheco y Burgui. Con ambos coincidió en su único año en el filial del Real Madrid, la 2012-2013.